Las mujeres mexicanas están hartas de la violencia que enfrentan todos los días en la calle, en el trabajo y en sus propias casas.
Pero no solo es eso, las mujeres de todo el país no toleran ni un segundo más la ausencia de justicia ante los delitos que marcan a más de la mitad de la población: feminicidios, violaciones, agresiones sexuales y acoso.
La indignación explotó el viernes pasado. Las mujeres que viven en la Ciudad de México y algunos estados decidieron salir a las calles con pancartas y diamantina rosa para exigir justicia después de que el 3 de agosto una adolescente dijo que fue violada por cuatro policías cuando volvía a su casa de una fiesta en Azcapotzalco, en el norte de la capital.
La fiscalía local afirmó que el ministerio público examinó a la joven de 17 años cuatro días después de los hechos por lo que se perdieron las pruebas genéticas del delito.
Las mujeres que tomaron las calles están molestas por la forma en que las autoridades manejaron el caso, pero también por la impunidad ante la violencia de género cotidiana y sistemática que llega a sus vidas desde la infancia y se lleva a sus amigas, hermanas o familiares.
En México, nueve mujeres son asesinadas al día, 6 de cada 10 enfrentan un incidente de violencia en un momento de su vida y 41.3 por ciento son víctimas de violencia sexual, de acuerdo con los registros de ONU Mujeres.
La violencia de género ya invadió la primera mitad del año de las mexicanas. De enero a junio de 2019 fueron cometidos 448 feminicidios en México, lo que da un promedio de casi tres por día, de acuerdo con el reporte más reciente del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
El ejemplo más claro es que mientras las manifestantes lanzaban brillantina rosa en la Ciudad de México, Querétaro, San Luis Potosí y Aguascalientes como símbolo de protesta, una joven de 15 años fue asesinada en Guadalupe Victoria, Durango.
El feminicidio es la forma más extrema de violencia que enfrentan las mujeres mexicanas, pero este año también lidiaron con otros tipos. De enero a junio del presente año se registraron 2 mil 586 casos de abuso sexual y mil 895 incidentes de violación, de acuerdo con el mismo reporte del SESNSP que se basa en llamadas de emergencia al 911.
No hay que ir tan atrás en el calendario para encontrar otro caso de abuso que incluye a las autoridades en México.
La semana pasada, el 8 de agosto, un policía fue acusado de violar a una adolescente de 16 años en el Museo Archivo de la Fotografía, localizado en el Centro Histórico de la CDMX.
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Impunidad, el principal problema
La impunidad es una de las razones por las que prevalece la violencia contra las mujeres en México. Organizaciones civiles consideran que la falta de castigo a las personas que cometen delitos de género no permite que estos disminuyan y sean erradicados.
“Hemos documentado una ruta de impunidad y patrones que responsabilizan a las mujeres de las agresiones y violaciones en su contra; la reproducción de los estereotipos de género por parte de las propias autoridades y lo que ello implica para ellas y sus familias”, cita un comunicado firmado por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y otras organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres.
En este sentido, María de la Luz Estrada Mendoza, presidenta del Observatorio, dice en entrevista que la impunidad en los delitos relacionados con la violencia de género permanece porque la sociedad mexicana es machista y ese machismo también se encuentra en las diferentes estructuras para acceder a la justicia.
Estrada Mendoza detalla que cuando una mujer denuncia un delito relacionado con violencia de género es revictimizada o se le culpa por provocar la agresión.
La presidenta de la organización agrega que este tipo de actitudes son constantes en las diferentes instituciones encargadas de la impartición de justicia.
Además, la especialista comenta que algunos procesos judiciales no avanzan porque se filtra información de las carpetas de investigación, por ejemplo, el vocero de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México,Ulises Lara López, reconoció que desde la dependencia que representa se filtraron datos personales de la joven que denunció a los cuatro policías y que eso generó la pérdida de confianza de ella y por lo cual su familia decidió no seguir el caso por el momento.
Esta cifra se relaciona con el hecho de que el 93 por ciento de todos los delitos quedan sin resolverse en México, incluidos los sexuales, según el SNSP.
La filtración de datos también se da por parte de los medios de comunicación. Un par de videos que muestran las imágenes de la noche en que la joven de 17 años presuntamente fue violada por cuatro policías fueron revelados en el noticiario En Punto, de la periodista Denisse Maerker.
En las grabaciones se muestran distintos momentos del recorrido de la menor antes de llegar al domicilio donde tocó el timbre para solicitar ayudar.
Durante el noticiero, la periodista explica que las imágenes fueron tomadas por cámaras de seguridad instaladas por vecinos de la zona. En las grabaciones se observa que los horarios están desfasados. Hay media hora de diferencia entre ambas.
Las imágenes no muestran con claridad qué es lo que sucedió. Un poste impide ver la escena donde los policías se acercan a ella.
La presidenta del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio asegura que la filtración de datos tan importantes para una investigación pueden obstaculizar el acceso a la justicia.
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El trasfondo de la protesta de las mujeres mexicanas
La violencia de género en el país no ha causado la misma indignación que ocasionaron las pintas y quemas en el Metrobús Insurgentes y el Ángel de la Independencia.
El viernes pasado, las mujeres mexicanas tomaron las calles de Chiapas, Estado de México, Puebla, Sonora, Veracruz y de la Ciudad de México para protestar por el abuso sexual presuntamente cometido por cuatro policías a una menor en Azcapotzalco.
Sin embargo, el movimiento #NoMeCuidanMeViolan fue acusado de caer en prácticas de vandalismo.
Tras advertir que su administración no caería en provocaciones, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, aseguró en una reunión con colectivos feministas que no abrirá carpetas de investigación ni criminalizará a quienes participaron en las movilizaciones.
“Como ciudadana, a lo mejor dices que así no es, pero como mujer sí lo entiendes. Es como nos voltearon a ver porque hubo una respuesta muy forzada por parte de las autoridades de la Ciudad de México, pero al menos la hubo”,refiere quien se dedica al acompañamiento de víctimas de feminicidio.
Guerrera asegura que hubo gente infiltrada que desvirtúo la concentración el 16 de agosto.
“Es la punta del iceberg de esta impotencia de ver cómo todos los días, desde que nos gritó Ciudad Juárez, no entendimos. Es sólo un poco de lo mucho que sentimos y muchas veces no expresamos de esa manera por prudencia”, sostiene quien desde 2016 documenta el tema de feminicidio en México.
Van apenas ocho meses del 2019 y tan sólo en la Ciudad de México colectivos feministas han tomado las calles para protestar en tres ocasiones.
En dos de éstas, las marchas han sido a nivel nacional, mientras que una tuvo impacto mundial. El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la manifestación salió del Ángel de la Independencia a la plancha del Zócalo capitalino.
En aquella ocasión, la capital se pintó de bengalas de humo violeta, el color de la lucha feminista, y una joven subió a la estatua de Francisco I. Madero, frente al Palacio de Bellas Artes, para colocarle un pañuelo verde, símbolo del derecho que tienen las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
El 10 de mayo, la VIII Marcha por la Dignidad Nacional Madres buscando a sus hijos, hijas, verdad y justicia llegó al Ángel de la Independencia desde el monumento de Reforma. Las pancartas de los desaparecidos eran el estandarte.
Previo a la movilización del 16 de agosto, en una protesta en la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC),un grupo de mujeres lanzó diamantina a Jesús Orta, jefe de la policía capitalina.
“Era diamantina morada y yo creo que va a ser un símbolo de esta protesta femenina en contra de todo este terror que vivimos todos los días y las autoridades que brillan por su ausencia”, asegura Guerrera.
¿Cómo erradicar la violencia?
Frente a la violencia de género en México y las protestas del viernes pasado, la abogada feminista Socorro Damián Escobar menciona en entrevista que para acabar con este tipo de violencia en México es necesario que se aplique el marco legal que ya existe con servidores públicos competentes.
“Las leyes no cambian mentalidades. México es un país donde tenemos todo un bagaje jurídico en materia de derechos humanos de las mujeres… Eso no es suficiente porque mientras esas leyes no se apliquen por los servidores públicos, las mujeres seguimos en un estado de indefensión”, comenta la también responsable del Programa de Género y Derechos Humanos en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) unidad Iztapalapa.
“Tendrían que empezar por depurar a quienes integran el sistema de procuración de justicia. Mucha gente no tiene la mínima capacitación en derechos humanos y, si la tiene, cuando llevamos una víctima de violación la chica es tratada de forma despectiva y hay revictimización”, comenta Damián Escobar.
La abogada añade que las mujeres mexicanas también tienen que comenzar a articular estrategias alejadas de las instituciones gubernamentales.
“Hace falta generar análisis más complejos tanto de las violencias que afectan la vida de las mujeres mexicanas como la manera en la se aplican estos mecanismos para la prevención y erradicación de esta problemática”, opina Robles Rodríguez.
La doctora Lucía Núñez Rebolledo asegura que para erradicar la violencia de género en México también se tienen que utilizar estrategias de prevención que no se enfoquen en los delitos contra las mujeres, sino en la estructura social que las coloca en situación de desigualdad.
“El hecho de las mujeres podamos tener acceso al mismo rango de jerarquía que ocupan los hombres en la política puede ayudar. Hay que crear estrategias encaminadas a desarticular los sistemas de opresión que se encuentran en las leyes y en las instituciones de gobierno”.
Núñez Rebolledo comenta que también se tendría que buscar la despenalización del aborto a nivel nacional, ya que a pesar de que esta medida parece que no tiene un efecto en la violencia feminicida, significa reconocer que las mujeres son sujetos de derecho.
Las mujeres mexicanas enfrentan violencia a lo largo de toda su vida. La pasividad del gobierno de todos los niveles las tiene cansadas y por eso deciden salir a las calles con diamantina rosa en los puños y gritar: ¡ya basta!