Mujeres indígenas, invisibles y sin derechos
A diferencia de las ciudades, en las comunidades rurales la lucha contra la violencia de género ha tenido poca incidencia, pues no se han destinado los recursos ni el capital humano. Mientras que en la comunidad científica, las mujeres siguen enfrentando acoso tanto laboral como sexual
Laura IslasLas protestas y manifestaciones contra las desapariciones y los feminicidios de mujeres y niñas que se dan en las grandes ciudades son una realidad lejana para quienes habitan en las zonas indígenas de México.
“No lo vemos mal, de que se pronuncien, de que levanten la voz para poder exigir justicia por estos casos tan lamentables, sabemos que esto pasa en las metrópolis, en la Ciudad de México, en Guadalajara, que ellas están levantando la voz por esas compañeras.
“Pero el tema de las comunidades indígenas es totalmente diferente, aquí desafortunadamente no ha habido una atención de la violencia hacia las mujeres indígenas”, dice Neil Arias, defensora de derechos humanos en el municipio de Tlapa, en la región de la Montaña de Guerrero.
La abogada y asesora en el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan señala que en esas comunidades, las mujeres deben apegarse al papel que culturalmente les es asignado, como encargarse de las tareas domésticas y cuidar a los hijos.
Además, muchas solo hablan su lengua originaria, lo que les impide denunciar agresiones ante las autoridades que carecen de intérpretes en los Ministerios Públicos y tampoco atienden con perspectiva de género.
“Desde que iniciamos este trabajo hemos visto cómo la violencia contra la mujer ha cambiado de nivel, anteriormente hablábamos de una violencia donde estaba la violencia física, la agresión verbal, psicológica, pero ahorita ya vienen otras cuestiones que han llegado hasta los feminicidios”, dice.
En las comunidades indígenas la violencia de género también ha aumentado durante la pandemia. Neil explica que desde marzo, cuando comenzó, seis niñas indígenas han sido violadas, siete mujeres fueron asesinadas de manera violenta y tres más están desaparecidas.
“Aquí desafortunadamente no ha habido una atención al tema de la atención a las mujeres indígenas, aquí tiene siete años que esa agencia del ministerio público especializada en delitos sexuales y violencia no cuentan con personal femenino que puedan examinar a las mujeres víctimas de agresiones, o una psicóloga que pueda valorar el daño que sufran las mujeres, peritos mujeres o personal con perspectiva de género”, señala.
Mujeres Científicas, luchar contra el machismo
Las mujeres que se dedican a la ciencia tampoco se salvan de sufrir acoso laboral o sexual por parte de sus compañeros y asesores.
Andrea Elizabeth Gutiérrez Quezada, investigadora postdoctoral en la Universidad de Lisboa, quien trabaja con modelos de agregación de proteínas que causan enfermedades como Huntington y Alzheimer en células vivas, dice que es una situación común
“He visto historias de chicas que han tenido que abandonar el doctorado porque son acosadas sexualmente por sus asesores y más allá del acoso sexual, que es muy grave, también existe el acoso laboral”, relata.
Otro de los desafíos a los que se enfrentan las científicas es el robo de sus créditos cuando tienen una buena idea —generalmente por un hombre— o la burla cuando parece que no, aunque más tarde demuestren que tuvieron razón, dice.
Además existen presiones que los hombres no tienen, como la maternidad o el matrimonio, por parte de familiares y amigos.
“Muchas mujeres terminan optando por no seguir la carrera de científicas porque llevan muchos años, porque prefieren dedicarse a ser madres y al final se traduce en que la mayoría de los científicos en México son hombres”, dice.
Combatir desde las redes
En medio de la pandemia de COVID-19 hay activistas que usan las redes sociales como una herramienta para combatir la violencia que se genera ahí.
“Hemos hecho un montón de guías que se traducen a varios idiomas y se publican en digital, por ejemplo, unas compañeras desde Brasil hicieron una guía en portugués y unas compañeras la tradujeron para que pudiera distribuirse en español, esas ya son acciones para erradicar la violencia”, explica Candy Rodríguez, integrante de Colectiva Mecha.
Actualmente, Candy es parte de “Chidas en Línea”, un proyecto de investigación que busca identificar cómo afecta la violencia digital a las mujeres adolescentes en México, cuáles son las consecuencias en su vida y quiénes son los principales agresores.
Explica que tener estas comunicaciones tan inmediatas puede hacer que círculos se activen para ayudar a otras mujeres, por ejemplo, ha visto cómo en grupos hay mujeres que piden ayuda e inmediatamente reciben respuesta de otras aunque no se conozcan.
Candy también señala que es importante aprender a cuidar la seguridad digital, pues no hacerlo puede resultar riesgoso.