Día con día más de 11 millones de mujeres con discapacidad en México luchan para dejar de ser invisibles, violentadas y discriminadas en un país en el que es un reto para ellas acceder a servicios de salud, trabajo y educación.
Aunque después de años de lucha se logró que el 12 de septiembre se institucionalizara como el Día Nacional de las Mujeres con Discapacidad y que en esta LXV Legislatura dicho sector de la población tenga una representación real en el Congreso de la Unión, aún falta mucho camino para vencer las brechas que las convierten en invisibles ante sus familias, autoridades y la sociedad.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México la prevalencia de la discapacidad es del 16.5 por ciento, es decir, casi 21 millones de personas. De este sector, el 53 por ciento, alrededor de 11 millones, son mujeres
El censo también arrojó que en 5 millones de hogares (14.5 por ciento del total) vive al menos una persona con discapacidad, el 6.9 por ciento de los cuales están encabezados por una persona de dicho sector y en el 40.8 es una mujer con discapacidad.
En contraparte, solo el 27.6 por ciento de estas mujeres son económicamente activas en México y solamente el 19.6 por ciento accede a una educación media superior y superior.
Además, la probabilidad de las mujeres con discapacidad frente a los hombres en la misma condición de ser analfabetas es tres veces mayor, mientras que de tener un empleo y de utilizar internet es dos veces menor.
Al respecto, Hilda Vázquez, mujer con discapacidad y experta en el manejo de tecnologías de asistencia para personas con discapacidad visual, comenta que es de suma importancia hacerse presentes y visibles porque “sin presencia, no hay incidencia.
“Los retos son el doble que los que enfrentamos normalmente las mujeres, hay desigualdad, una brecha muy grande, discriminación, hay una interseccionalidad en la que estamos en desventaja. Por eso, si queremos hacer valer nuestros derechos hay que incidir más para poder participar más”
La entrevistada señala que si bien han habido avances para incluir a las mujeres con discapacidad, las victorias han sido a cuentagotas.
Por ejemplo, el 9 de agosto, el Instituto Nacional de las Mujeres, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y el Consejo para Prevenir la Discriminación (Conapred) presentaron la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 para fomentar la igualdad laboral y combatir la discriminación.
Si bien la Norma especifica que para acceder a la certificación se deberá de contar con una plantilla de personal con al menos el 40 por ciento de mujeres, incluidos puestos directivos, y cinco por ciento de personas con discapacidad del total de los trabajadores, no se ordena en ningún punto que mujeres con discapacidad deban de formar parte de los equipos de trabajo.
“Hay rubros en los que las mujeres pueden ser incluidas, pero no las que tienen con discapacidad”, agrega la entrevistada.
Hilda, quien además es promotora de la lucha por los derechos de las personas con discapacidad, comenta que el reto para ellas es titánico, ya que además de intentar terminar con la brecha entre mujeres y hombres por no tener el mismo poder adquisitivo, deben de participar en las labores del hogar y en muchos casos hacerse cargo de estos espacios.
“A las mujeres con discapacidad las mismas mujeres las rezagan, te dicen que como mujer con discapacidad debes de estar en la casa para ayudar y que no te vas a casar. Como colectivo nos enfrentamos a todo, lo más difícil es vencer la violencia interseccional por ser mujer y tener discapacidad, todas la hemos padecido, muchas desde la familia.
“La violencia no solo son golpes, son los sucesos, los hechos, las palabras que te vulneran, que te digan que no puedes estudiar, que no puedes participar económicamente, que prefieren contratar a hombres o a mujeres sin discapacidad. En la familia te dicen que las herencias van para los hombres porque a las mujeres con discapacidad las van a mantener y cuidar”, agrega.
Para comenzar a acortar la brecha y hacerse más visibles, Hilda comenta que lo primero que deben de hacer es aceptarse con discapacidad, prepararse y fortalecerse con todos los defectos y virtudes.
“Debemos de combatir todos los roles y problemas, ya comenzamos la lucha, tal vez no vivamos los resultados de nuestra lucha, pero hay que seguir participando para que todas las mujeres con discapacidad podamos tener los mismos derechos. Como mujeres con discapacidad debemos de hacernos presentes y generar los cambios, pero primero debemos aceptarnos e informarnos”, concluye.
El poder de la tecnología
Daniel Ríos es vicepresidente adjunto de Asuntos Externos en AT&T México y una persona con discapacidad, quien comenta que la tecnología siempre ha sido impulsada para ser aliada de las personas con discapacidad, dotarlos de autonomía e independencia.
Ríos menciona que tanto la esposa como la madre de Alexander Graham Bell eran sordas, por lo que esa condición determinó su trabajo en acústica que con el tiempo resultó en la primera patente estadounidense de un teléfono.
Comenta que el siguiente paso para que hombres y mujeres con discapacidad dejen de ser invisibles debe de ser la incorporación del sector en todos los niveles de las empresas y en los puestos de toma de decisiones
“El tener personas que contamos con alguna discapacidad en todos los niveles de las empresas, ayuda a entender cómo podemos hacer de este mundo uno más accesible, por eso es muy importante ponernos en lugares donde se toman decisiones”, comentó en el Foro “Accesibilidad: Cómo construir sociedades para todas las personas” que se llevó a cabo en el marco de la conmemoración del 12 de septiembre.
