En contraste con Morena, las fuerzas de oposición parecen sufrir del síndrome de la “caballada flaca” rumbo a 2024, siendo que, aunque el dirigente de Acción Nacional, Marko Cortés, destapó a ocho posibles presidenciables y su homólogo del Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno, ha sido mencionado por sus correligionarios como posible candidato, ninguna figura ha capturado la atención como los aspirantes oficialistas.
Sobre esta situación, la doctora Ivonne Acuña Murillo de la Universidad Iberoamericana, comenta a Reporte Índigo que “efectivamente la oposición no tiene una figura suficientemente fuerte, un liderazgo para ser oposición de los nombres que suenan en Morena y además tienen el respaldo del presidente, quien en 2024 va a estar ahí, aunque no esté en la boleta, él estará detrás de esa elección”.
Entre los factores a destacar, la académica menciona que al precipitar la sucesión presidencial, López Obrador también puso su “granito de arena” para abrir fisuras entre los partidos de la ya de por sí debilitada oposición, particularmente el PAN y el PRI, pues ahora hay disputas internas para lograr la candidatura.
Además, recalca que las aparentes cartas fuertes de la oposición son “cartuchos quemados”, poniendo como ejemplo principal a Ricardo Anaya, o bien, a figuras que podrían no entrar en esta definición, pero que tampoco cuentan con reconocimiento a nivel nacional, como el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila.