Una ola violeta se levanta en México y no hay nada que la detenga. Así ha irrumpido el movimiento feminista ante la crisis de violencia contra las niñas y mujeres en un país donde se cometen en promedio 9 asesinatos cada día en contra de esta población, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De manera insólita, las mujeres que exigen justicia y seguridad, se han convertido en el contrapeso del Gobierno federal, un lugar que la oposición no ha logrado consolidar.
Su impacto ya se siente en la respuesta positiva que han tenido las convocatorias para marchar este próximo 8 de marzo —Día Internacional de la Mujer—, y para el paro nacional convocado un día después, el 9 de marzo (9M), que busca evidenciar lo que económicamente significaría para el país quedarse un día sin mujeres.
“Además de poder evidenciar lo que quita la participación de las mujeres en la vida económica de los países al ausentarse de sus áreas de trabajo, también se está buscando mandar una señal de lo que pasa cuando a las mujeres nos están matando, es decir, qué pasaría en un país sin mujeres por la violencia feminicida”, dice la diputada federal Martha Tagle.
Sin embargo los resultados pueden ir mucho más allá. La coyuntura puede ser la oportunidad para que finalmente se consoliden derechos a nivel nacional a favor de este sector de la población.
Tal es el caso de la interrupción legal del embarazo, aprobada en la Ciudad de México desde 2007, mientras que en Oaxaca se logró su despenalización desde el 2019, no obstante en el resto de los estados del país, poco se ha avanzado en esta materia, pues sigue prohibida o únicamente se puede acceder a esta posibilidad bajo ciertas condiciones.
“A pesar de que existe la Norma 046 para permitir la interrupción de un embarazo por situación de abuso sexual, en la mayor parte del país no se ha trabajado para que exista una política pública.
“Hay temas sobre los cuales las mujeres todavía no están conscientes, como que en el caso de una situación de abuso sexual hay una serie de protocolos que desde la Secretaría de Salud y desde las ministeriales se deben de implementar para evitar embarazos no deseados como ofrecer la píldora de emergencia cuando se conoce del abuso sexual o la interrupción de un embarazo sin que haya una denuncia de por medio”, explica Tagle.
Sin embargo, la diputada ve algunas trabas para lograr que haya una legislación en estos temas, como los prejuicios de corte religioso y las opiniones personales sobre los derechos de todas las personas.
“Deberíamos legislar conforme al derecho a la libre personalidad de las mujeres, al derecho a decidir de las mujeres sobre su propio cuerpo y basados en los más altos estándares de derechos humanos que ya han sido incluso reconocidos en resoluciones de la Corte Interamericana en materia de salud sexual y reproductiva de las mujeres”, dice.
Para la senadora Patricia Mercado, actualmente hay más probabilidades de lograr un consenso y legislar para que en todo el país las mujeres tengan derecho a interrumpir un embarazo no deseado, una lucha que el movimiento feminista ha librado desde hace 30 años.
“Hemos peleado por el derecho a decidir de las mujeres y yo creo que estamos más cerca, primero porque tenemos el Congreso paritario y eso nos da muchas más posibilidades de encontrar acuerdos entre las mujeres y hacer fuerza para lograr decisiones mayoritarias como sucedió recientemente en el estado de Oaxaca”, dice.
La legisladora señala que también hay un movimiento feminista en esta época con nuevas energías que está logrando alianzas con muchos otros movimientos no solo en México, sino en toda América Latina, lo que se ha conocido como la Marea Verde.
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De Veracruz a todo México
La propuesta del 9M tiene su origen en la colectiva feminista de Veracruz llamada Brujas del Mar, la cual rápidamente trascendió lo local y fue retomada en todo el país.
“Lanzó la propuesta por redes, llegó a muchos Whats Apps, muchas mujeres nos animamos, primero decenas, luego fueron cientos y luego ya eran cientos de miles en las redes”, señala Sabina Berman.
Para la escritora, la razón de esta coyuntura es muy poderosa, pues en México las cifras del feminicidio no solo han escalado, tampoco se han implementado políticas públicas que ayuden a revertirlas.
“Creemos que hay que responsabilizar de esto al Estado mexicano, a los empresarios y a todos los hombres. Los estamos llamando a que actúen para que esa atroz violencia disminuya”, dice.
Berman recuerda que el actual Gobierno federal ganó en las urnas con promesas hacia las mujeres que estuvieron a cargo de la hoy secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
“Ninguna de las dos cosas sucedió a pesar de que tenemos congresos paritarios en todo el país ahora ya por Ley. Ni así teniendo una representación de mujeres paritaria con los hombres se ha podido tomar estas dos medidas.
“Entonces este es un llamado de atención también a las mujeres que están en puestos de poder, ellas están ahí, sí, por mérito propio, pero también porque las otras mujeres abrimos los espacios para ellas y nos la deben”, asegura la escritora.
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¿Paridad o simulación?
El movimiento feminista que agita a México no surgió de manera espontánea, tiene décadas de tradición en el país.
En el 2018 obtuvo una de sus últimas victorias cuando el Congreso de la Unión alcanzó por primera vez en su historia la paridad de género, es decir, que tanto la Cámara de Diputados como el Senado estuvieran integrados en igualdad por mujeres y hombres.
Sin embargo, a la fecha, esa paridad no ha logrado impulsar una legislación a nivel federal para la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario, el derecho a una muerte digna o la legalización de la cannabis.
“Es típico de nuestra sociedad patriarcal que los asuntos de mujeres se pospongan o se pacten, existe la sospecha muy fundada que esto de posponer las leyes pro mujer viene de un pacto con el PES, que es un partido evangelista.
“Primero, es un despropósito, las mujeres son el 50 por ciento de la población y el PES en las urnas tuvo 300 mil votos, entonces es absurdo, pero eso es típico del patriarcado, que los asuntos de mujeres se pospongan y estamos diciendo no, ya basta”, comenta la escritora Sabina Berman.
Para la diputada Martha Tagle, el que la mitad del Congreso de la Unión esté conformado por mujeres no garantiza que todas estén de acuerdo o apoyen estos temas a favor de los derechos reproductivos, aunque sí existe un respaldo unánime relacionado con el combate a la violencia de género.
La congresista señala que actualmente ella no considera que las 241 legisladoras de la Cámara de Diputados votarían a favor de la interrupción legal del embarazo.
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Larga trayectoria del movimiento feminista
Maricruz Castro Ricalde, profesora investigadora del Tecnológico de Monterrey, señala que el movimiento feminista en México tiene una larga historia que permitió que las mujeres consiguieran el voto.
“Ha sido una lucha permanente del movimiento feminista y no me refiero a las mujeres que de forma aislada deseaban tener ciertos derechos en la arena política y en cuestiones de equidad, por eso me parece que los movimientos feministas, porque hay que hablar en plural, muchos de ellos tienen formas distintas de pensar en relación a cómo lograrlo, en relación de hasta dónde, en relación a cómo se pueden hacer alianzas”, dice.
Para la especialista, la coyuntura actual no puede lograr que de manera generalizada se legalice el aborto o su despenalización, porque a la par del movimiento feminista hay un ala articulada por grupos religiosos vinculados con una mirada más conservadora en relación a las decisiones de las mujeres.
Movimiento Feminista Contra el oportunismo
El paro nacional de mujeres convocado el próximo 9 de marzo no solo causó que miles de mujeres en todo el país se sumaran a él, sino también que políticos y políticas conocidos por ser o haber pertenecido a partidos conservadores se adhirieran.
“Hay mucho oportunismo político con respecto a las manifestaciones porque en este tema del derecho a decidir y en general de la violencia, las mujeres han venido manifestándose por muchos años y desafortunadamente no se vieron acciones concretas”, señala la diputada Martha Tagle.
La legisladora dice que particularmente en el sexenio del expresidente Felipe Calderón Hinojosa hubo una ofensiva en contra de los derechos sexuales de las mujeres e incluso en 17 congresos locales se reformaron leyes para establecer el derecho a la vida desde la concepción.
En el periodo del expresidente Enrique Peña Nieto, la diputada señala que tampoco se avanzó en esta materia.
Acciones concretas
Raquel Ramírez Salgado, comunicóloga feminista, señala que instituciones que han sido señaladas de proteger a agresores sexuales incluso se han solidarizado con las mujeres.
“A mí me suena como que forma parte, no estoy diciendo que todos los casos, sino hablo a partir de una reflexión histórica, que tiene que ver con este oportunismo y esta estrategia de apropiarse del movimiento.
“Más allá de dar un día, en realidad me gustaría que las instituciones tuvieran unidades de género, que tuvieran protocolos de atención ante casos de violencia de género, que no hubiera brecha salarial, que tuvieran condiciones justas de trabajo para todas las personas, pero en concreto para las mujeres; que respeten una crianza corresponsable, que respeten la maternidad de las mujeres, en fin, que tuvieran cero tolerancia con la desigualdad y violencia contra las mujeres”, dice.
Aunque parece que está de moda, el feminismo es un movimiento social que tiene por lo menos 300 años y que llegó a México en el siglo 19, explica la también doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM.
“Por supuesto que ya había críticas y movilizaciones de mujeres, pero puntualmente podemos decir que en la segunda mitad del siglo 19 las mujeres se organizan y en el siglo 20 pugnaron por el derecho a la educación, los derechos políticos, los derechos económicos y también por la despenalización del aborto”, dice.