Movimiento del 68, reconocido por la izquierda

Por primera vez en la historia el movimiento que conmemora la matanza estudiantil de Tlatelolco de 1968 será reconocido de manera oficial hoy en su 50 aniversario por el próximo gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador y el Congreso de la Unión
Imelda García Imelda García Publicado el
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La llegada de la izquierda al poder, tanto al Ejecutivo como al Legislativo, marcó también el reconocimiento histórico de los hechos del 2 de octubre de 1968.

Justo 50 años después de la matanza de estudiantes en Tlatelolco, instituciones del Estado mexicano han reconocido la relevancia del acontecimiento en la conformación del México moderno.

Este martes será develado en los muros de honor de la Cámara de Diputados y del Senado la referencia al movimiento estudiantil de 1968; estará escrito con letras de oro.

En el caso de la Cámara alta, la leyenda “Movimiento Estudiantil del 68” será la primera inscripción en los muros de su Salón de Plenos. En la Cámara de Diputados se inscribirá “Al Movimiento Estudiantil de 1968” en su muro de honor.

Además, en ambos órganos legislativos se llevarán a cabo sesiones solemnes para conmemorar el 50 aniversario de los hechos de 1968.

La conmemoración incluye la asistencia de diputados y senadores al izamiento de bandera, a media asta, en la Plaza de la Constitución

En la nueva coyuntura política donde la izquierda es mayoría, por primera vez se hará un homenaje oficial a todos los estudiantes que perdieron su vida en la Plaza de las Tres Culturas.

Las primeras pinceladas del nuevo viraje las dio la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), que hace unos días anunció el procedimiento para la reparación del daño a quienes fueron afectados por los hechos del 2 de octubre de 1968.

“Fue un crimen de Estado el empleo de francotiradores que dispararon a fin de crear caos, terror y una narrativa oficial para criminalizar la protesta. Fue un crimen de Estado que continuó más allá del 2 de octubre con detenciones arbitrarias y torturas”, expuso Jaime Rochín, titular de la CEAV, al presentar el documento. Es la primera vez que una entidad oficial del Estado mexicano hace un reconocimiento de esa naturaleza.

Un intento fallido

Luego de las elecciones del año 2000, Vicente Fox intentaba también posicionar la imagen del nuevo régimen y dio pie a abrir el Archivo General de la Nación y a la creación de una Comisión de la Verdad para investigar los hechos del 2 de octubre en Tlatelolco.

Aunque antaño ya se habían dado intentos de grupos civiles de crear comisiones investigadoras de los hechos, la del gobierno foxista fue la primera con carácter oficial, por lo que pudo tener acceso a información gubernamental.

En su afán por mostrar que habría un cambio en el país, Fox incluso invitó al Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU a que estableciera una oficina en México, primera que colocó en un país que no estaba en guerra.

En el 2000, Vicente Fox intentó crear una Comisión de la Verdad por los hechos del 2 de octubre de 1968 y abrir los archivos resguardados sobre el acontecimiento

Nació así la Fiscalía Especializada para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado en el año 2002. Su tarea era investigar y llevar a juicio a los responsables de los hechos de 1968.

Sin embargo, fracasó. La Fiscalía funcionó hasta 2007 sin que procesara a ninguno de los responsables de la masacre.

¿Hubiera pasado con el PRI?

Para Carlos Silva, historiador de la UNAM, es indudable que este reconocimiento al hecho histórico llega de la mano del arribo de la izquierda en el poder; aunque quizá también pudo haber sucedido si otro partido hubiera ganado la elección del 1 de julio, aunque no con tanto bombo y platillo.

“Por supuesto que tiene que ver que ya se ponderó la llegada de un grupo de izquierda al poder en el país y esto tiene todas sus aristas, no solo del reconocimiento de esto, sino de que llegue un presidente de izquierda, por primera vez (…).

“Seguramente sí hubiera pasado (si ganaba otro partido) por el avance de la democracia. Hay que recordar que con Vicente Fox se hace la apertura de los archivos de 1968 y era un gobierno de un partido conservador. No sé si hubiera llegado a tanto el reconocimiento, pero por lo menos ya se daban visos”, comentó Silva en entrevista.

El experto señala que, en realidad, este reconocimiento a los hechos de 1968 llegó también muy rápido con la izquierda por el 50 aniversario, por lo que también debe tomarse en cuenta la coyuntura.

“Esas son las coyunturas que da la historia; les tocó como de rebote el aniversario del movimiento. Porque si hubiera sido hace unos meses este aniversario, no se hubiera llevado a cabo por parte de este gobierno; no lo sé.

“De que influye (que haya llegado la izquierda), claro que influye; pero de que se están subiendo al tren, yo también creo eso”, consideró Silva.

Sin embargo, el historiador hizo énfasis en que es indudable que la izquierda pone un sello especial a la ocasión, pues al haber siempre defendido las causas de los movimientos sociales, ahora le llega el momento de hacer justicia en lo que le toca.

Este tipo de reconocimientos, en los que instituciones del Estado hablan de actos que no debieron ocurrir, presiona de alguna manera para que el propio Estado trate de que no haya repetición de estos hechos; aunque esto solo se logra a la distancia.

“Las tragedias son tragedias y todas tienen sus circunstancias, por eso es muy complicado compararlas. Yo sí creo que el 68 fue un quiebre total del sistema político mexicano y apenas el Estado empieza a alzar la cara de lo que sucedió”
Carlos SilvaHistoriador, UNAM

“Y no sé, los hechos que ocurrieron recientemente en Ayotzinapa, marcaron definitivamente una política de Estado errónea, sin rumbo, y que por lo menos ahora que se acaban de cumplir 4 años de esto, a lo mejor todavía no tienen la fuerza y el poder para que sea leído históricamente como el 68. Pero probablemente sí en algunos años lo veremos y el Estado tenga la necesidad de reconocer esto, hasta que se aclaren bien las cosas”, expuso.

Silva, autor de libros como “Los días que cambiaron a México” (Grijalbo, 2017) y “101 preguntas de la historia de México” (Grijalbo, 2009), este tipo de actos realizados por instituciones del Estado abona para mantener al país en calma.

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