Tras varios meses de polémica en torno a la obra del Metrobús, la Academia de Ingeniería de México exigió a las autoridades capitalinas demostrar los estudios de impacto integral de la Línea 7, y el reacomodo de las rutas de transporte público aledañas, entre otros datos.
No obstante la exigencia, la postura de la Academia de Ingeniería de México fue muy clara al puntualizar que no pretenden presentar ni un amparo ante la Suprema Corte de Justicia en contra de la obra, pero sí exigirán que el proyecto se abra y determinar si a futuro habrá más problemas que beneficios.
Los especialistas partieron de reconocer que toda obra vial o servicio de transporte tiene impactos negativos y positivos que deben ser evaluados antes de su implementación.
En el caso del Metrobús que circulará por Reforma, coincidieron, se deben analizar los impactos en la movilidad, incluyendo el tráfico, en los tiempos de recorrido de todas las vialidades que confluyen con esta vía primaria.
Angélica del Rocío Lozano, secretaria de la Comisión de Especialidad de Ingeniería Municipal y Urbanística, precisó: “si el Gobierno de la Ciudad tiene estos estudios, entonces que los muestre, no sabemos qué pasará con las rutas que ya hay en esa vialidad, con los impactos por zona, y sobre todo, una proyección a futuro para irlo modificando y mejorando”, puntualizó la también académica en el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Mientras fijaban públicamente su postura en un restaurante al sur de la capital una mujer interrumpió la conferencia, dijo ser funcionaria de Banobras y que el Gobierno de la Ciudad de México sí cuenta con estudios de impacto, no sólo social sino también financiero y económico.
El problema, sostuvieron los especialistas de la Academia de Ingeniería, es que el Gobierno de la Ciudad de México no los ha hecho públicos, lo que impide conocer a detalle qué pasará con las otras rutas de transporte que ahí circulan, a dónde llegarán las unidades y cuál será el centro de transferencia.
Y la última, qué ocurrirá con los anuncios y pantallas de publicidad que se plantean a lo largo de la cobertura del Metrobús.
La experta mencionó que una de las consecuencias negativas que podría tener esta obra es que podría impactar los tiempos de recorrido del resto de los automovilistas que circulan por esa avenida u otras que conectan con Reforma.
Mientras que Óscar Monroy Hermosillo, otro de los integrantes de la Academia de Ingeniería, cuestionó el tipo de autobuses que fueron elegidos para la Línea 7 del Metrobús, ya que se eligió los que utilizan diésel en lugar de tecnología con cero emisiones contaminantes.
De acuerdo con el proyecto, la primera fase que inicia de Indios Verdes a Fuente de Petróleos contará con 90 autobuses de doble piso, mientras que para el tramo complementario, que irá de ese punto hasta Santa Fe se proyectan al menos 30 autobuses compactos más.
Quieren certeza
La falta de información es una exigencia no sólo de expertos. Desde el 14 de junio colectivos y vecinos entregaron a la Secretaría de Gobierno una solicitud de información sobre la línea 7 del Metrobus, fundamentalmente el proyecto de infraestructura y estudio de factibilidad técnica del funcionamiento vial; permiso federal para intervención de Calzada de los Misterios y Paseo de la Reforma; Contrato del Fideicomiso de Administración; manifestación de impacto ambiental, programa detallado de resarcimiento y áreas de reforestación como mitigación y permisos, entre otros.
Ante la nula respuesta se presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
Los activistas le piden a la titular, Perla Gómez, con carácter de “urgente” intervenir en el caso “a fin de dar certeza a los habitantes de que el jefe de Gobierno está respetando las instituciones y el Estado de Derecho”.
Apoyan ahorro de traslado
Pero no sólo hay voces en contra, el pasado 31 de mayo, diversas organizaciones civiles dieron su aval al proyecto al considerar benéfico el modelo de calle completa y la sustitución de 180 unidades contaminantes por 90 autobuses de doble piso con tecnología que emite muy baja contaminación.
Las organizaciones señalaron que la Línea 7 del Metrobús permitirá tener un ahorro de más de 40 por ciento en los tiempos de traslado, así como un aumento en la seguridad personal y vial de los usuarios del transporte público.
Entre las organizaciones que respaldaron este proyecto están la Comisión de Movilidad de la Coparmex CDMX, ITDP México, WRI México, El Poder del Consumidor, Ethos Laboratorio de Políticas Públicas, Greenpeace, IMCO, Bicitekas y Fundar.
La Academia Mexicana de Derecho Ambiental fue uno de los primeros frentes en oponerse a la obra al interponer un amparo para frenar su construcción.
Ese amparo suspendió por días la obras, lo que puso en apuros a las administración local que se apresuró a presentar diversa comunicación al juzagador.
En este punto, la obra sobre avenida Reforma avanza sin que se conozcan mayores detalles. Tampoco si cuajará o no la instalación de más 800 anuncios publicitarios como parte del pastel del Metrobús.