Mota-Engil, millonaria bonanza pese a conflictos

Asociada con el Sindicato Mexicano de Electricistas en 2015 cuando se luchaba por la reposición de derechos después de la extinción de Luz y Fuerza del Centro, Mota-Engil se consolidó como proveedora del Gobierno federal con contratos de decenas de miles de millones de pesos
Linaloe R. Flores Linaloe R. Flores Publicado el
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Mientras el conflicto de los electricistas mexicanos pervive sin lograr satisfacer las demandas de miles de trabajadores, Mota-Engil, la empresa con la que el Sindicato Mexicano de Electricistas creó una sinergia en 2015, se afianza como proveedora del Gobierno federal.

La empresa de origen portugués ejerce en estos momentos contratos de infraestructura que vencerán entre 2026 y 2032.

Además, está por incursionar en el sector aeroportuario al ser partícipe de uno de los grupos empresariales que se formó durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador en conjunto con Aeropuertos y Servicios Auxiliares.

Operará, en principio, los aeropuertos de Nayarit y Puerto Escondido, de acuerdo con anuncios hechos por el Gobierno federal.

En 2022 Mota-Engil se posicionó entre las empresas que recibieron los contratos con los montos más grandes de la administración federal.

El año pasado la empresa logró el mayor monto hasta ahora en su historial desde 2013 de contrataciones públicas. Foto: Especial
El año pasado la empresa logró el mayor monto hasta ahora en su historial desde 2013 de contrataciones públicas. Foto: Especial

Para la rehabilitación del tramo Compostela-Las Varas en Nayarit, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), le otorgó por adjudicación directa más de 12 mil 542 millones de pesos, lo que la situó en el tercer lugar de compañías según las contrataciones de mayor a menor cantidad del año, de acuerdo con una localización de asignaciones realizada por Reporte Índigo.

La compañía, presidida en México por José Miguel Bejos, solo fue superada con contratos más grandes por la empresa Solar Bodega, que vendió e instaló un sistema de paneles solares en el ayuntamiento de Chochola, Yucatán, y Agroasemex , la aseguradora del Gobierno federal, que resguardó los bienes patrimoniales de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, según está asentado en Compranet.

El año pasado, por tres contratos, Mota Engil logró una suma de 26 mil millones de pesos, la más grande en una década.

La mayor contratación fue por 12 mil 417 millones de pesos para el mantenimiento del tramo de la carretera Jala-Compostela, Nayarit; la segunda, la que le dio el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur) para la construcción del tramo Chiná y Campo de Tiro del Tren Maya, y la última se la otorgó la Secretaría de Marina para la rehabilitación integral de 310 kilómetros de vía férrea y acondicionamiento de 87 puentes de un tramo de Coatzacoalcos-Palenque por más de 10 mil 326 millones de pesos. Esta contratación fue la quinta más grande de todas las otorgadas en 2022.

En medio de la batalla

Fundada en 1946 en Portugal como Mota & Companhia, en el año 2000 se convirtió en Grupo Mota-Engil.

En México ganó fuerza y presencia con las compras públicas del gobierno a partir de 2013, cuando estaba en curso la administración de Enrique Peña Nieto.

El impulso de la reforma energética del sexenio pasado permitió que la firma portuguesa y el sindicato pudieran generar una fusión a la que llamaron Generadora Fénix.

Bajo esa nomenclatura recibieron en concesión 15 plantas hidroeléctricas y una termoeléctrica. En ese paquete se encuentra la planta Necaxa, construida en 1905 por la ‘Mexican Light and Power’ y nacionalizada en 1960.

Hoy, el SME y su cooperativa cuentan con el 49 por ciento de las acciones de Generadora Fénix. El otro 51 por ciento lo tiene Mota-Engil.

Generadora Fénix ha estado en el centro de la disputa laboral de los electricistas: pleitos por las tierras por donde corre el agua que utiliza la hidroeléctrica Necaxa y acusaciones de corrupción al secretario general del sindicato, Martín Esparza Flores, y otros integrantes de la cúpula gremial han suscitado enfrentamientos constantes.

El reclamo también es por la defensa de la soberanía nacional. En la Presidencia de la República se encuentra un documento entregado por la disidencia del sindicato en octubre de 2022 con 15 mil 390 firmas.

En la misiva, los electricistas demandan “rescatar” las plantas e instalaciones de energía entregadas “de manera ilegal” a la empresa Mota-Engil .

Esa batalla volvió a obtener reflectores el pasado mes de mayo cuando integrantes del Frente Amplio de Unidad “Jorge Tapia Sandoval” A.C. sostuvieron en conferencia de prensa que a partir de la formación de Generadora Fénix, el dirigente del SME creó un enjambre de 40 empresas que le ha permitido enriquecerse.

Un mes después, miembros del SME y trabajadores de la Generadora Fénix se enfrentaron.

Los primeros intentaron realizar un presunto despojo a unas 40 familias de un predio en Papatlazolco, Huauchinango, Puebla.

Los pobladores defendieron ser los dueños legítimos de las tierras donde se encuentran las aguas utilizadas por la hidroeléctrica Necaxa. Dijeron que la Generadora Fénix pretende quedarse con sus tierras.

Mientras tanto, Mota-Engil mantiene una suma de 37 mil 103 millones 899 mil 456 pesos en contratos públicos.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos, Banobras y el Fonatur son quienes han contratado sus servicios.

El problema del SME en 2023

La madrugada del 11 de octubre de 2009,  aproximadamente 40 mil elementos de la entonces Policía Federal, entraron al edificio de Luz y Fuerza del Centro de la capital del país.

Sacaron a los trabajadores y colocaron vallas en torno al edificio. El Gobierno consumó de esta forma la extinción de la compañía que desde 1903 suministró energía a la región central del país.

Al amanecer, los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas ya estaban organizados para reclamar los derechos laborales que en esas horas eran pisoteados.

Desde ese momento las manifestaciones callejeras y protestas ante las autoridades se volvieron un lugar común. Así pasaron casi 15 años.

En 2023 el clamor ya no rebota al unísono. Los electricistas mexicanos están divididos. Por un lado están quienes se quedaron con el liderazgo de Martín Esparza Flores y aceptaron trabajar en cooperativas para pugnar por la producción de energía eléctrica en el país.

En la lucha de los electricistas mexicanos por sus derechos después de la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, la traición ha sido uno de los parteaguas. Foto: Especial
En la lucha de los electricistas mexicanos por sus derechos después de la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, la traición ha sido uno de los parteaguas. Foto: Especial

El otro grupo se opone a ello y reclama sus derechos con la representación de Rosendo Flores Flores y bajo la denominación del Frente Amplio de Unidad “Jorge Tapia Sandoval” A.C.

Antonio Almazán, exsecretario del Trabajo y del Exterior en el sindicato, usa un término para explicar las fracturas: traición.

“El Gobierno de Calderón presentó una iniciativa (…) para extinguir al organismo (…) sin argumentos y bajo la fuerza de la imposición de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

“El golpe no hubiera pasado si no se hubiera dado una división al interior del sindicato en unas elecciones celebradas en el 2009 que permitieron la injerencia del Gobierno a través de Javier Lozano (en ese momento secretario del Trabajo y Previsión Social) … Finalmente aprovechando esa división interna en el SME se planteó la extinción de Luz y Fuerza del Centro a todas luces inconstitucional (…)”, dice Antonio Almazán.

El trabajador electricista jubilado relata una lucha de resistencia que se prolongó hasta que en 2015 apareció de nuevo el fantasma de la traición y, otra vez, la división.

El SME, bajo la dirigencia de Martín Esparza Flores, se asoció con la empresa portuguesa Mota-Engil bajo la denominación de Generadora Fénix, la cual recibió concesiones, entre estas, la histórica planta Necaxa.

“Le fue entregada esa concesión para uso y usufructo a una empresa extranjera y ahí se violó nuevamente la Constitución”, expone.

Desde entonces, hay dos SME. Antonio Almazán sostiene que no se trata de dos corrientes al interior del sindicato, sino de “una mafia sindical que encabeza Martín Esparza” y un grupo opositor.

Cada uno da batallas diferentes y tiene conquistas distintas. El grupo disidente logró un sistema de compensación vitalicia por justicia social que fue decretado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en agosto de 2022. Hasta ahora, 7 mil trabajadores han sido beneficiados y esta semana otros 900 estarán en condiciones de reclamarla.

En tanto, cada día 11, el SME, con la dirigencia de Esparza Flores, vuelve a salir a las calles de la Ciudad de México.

Los electricistas marchan desde Insurgentes, toman Reforma y desembocan en el Zócalo frente a Palacio Nacional.

Algunas veces van a la Secretaría de Gobernación, en Bucareli. Las demandas principales son reinserción laboral y pago del Seguro Social.

Así fue Mota-Engil con EPN

El impulso de Mota-Engil como proveedora del Gobierno mexicano inició en 2013 durante la administración del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018).

Ese año obtuvo dos contratos que sumaron 517 millones 88 mil 216 pesos. Para el 2014, la constructora firmó siete que en conjunto fueron de 8 mil 351 millones 681 mil 176 pesos.

El salto de un año a otro fue de 16 veces la cantidad de adjudicaciones obtenidas, un acontecimiento inusitado en la competencia, según se observa en el histórico de la plataforma Compranet.

Pero, al mismo tiempo, la buena estrella de la empresa se empezó a opacar con observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

Entre 2013 y 2014, durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, Mota-Engil registró un crecimiento de 16 veces en el monto de contratos públicos obtenidos, pero también empezó a acumular observaciones. Foto: Especial
Entre 2013 y 2014, durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, Mota-Engil registró un crecimiento de 16 veces en el monto de contratos públicos obtenidos, pero también empezó a acumular observaciones. Foto: Especial

En la cuenta pública de 2014, el órgano fiscalizador encontró que en la contratación 2014-11-DE-A027-W-00-2014 para construir vías en Celaya, Guanajuato, la compañía incumplió con la fecha de entrega y añadió 112 conceptos no previstos por 211 millones 28 mil 800 pesos.

En el contrato 2014-06-CE-A-025-W-00-2014 para la reconstrucción de un subtramo de la carretera Manzanillo-Minatitlán, en Colima, la ASF supuso daño al erario por más de 3 millones de pesos debido a que el Centro SCT Colima “omitió vigilar y controlar el desarrollo de los trabajos”. Los costos de la obra se modificaron tres veces.

También hubo problemas con el contrato 2014-27-CE-A041-W-00-2014 para ampliar un tramo de la carretera Coatzacoalcos-Villahermosa.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes se vio obligada a erogar más de 52 millones de pesos para indemnizar a 39 propietarios de inmuebles por donde pasaría el camino.

Pero justo antes de iniciar la obra, la dependencia no adueñaba los terrenos, por lo que carecía del derecho de vía, según expuso la ASF.

Esto no pesó para que en 2015 Mota-Engil volviera a ganar tres contratos que sumaron 763 millones 521 mil 612 pesos. Ese año se asoció con el Sindicato Mexicano de Electricistas para fundar Generadora Fénix que en estos momentos tiene más de una decena de concesiones.

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