Morena consiguió una victoria aplastante en el Congreso de la Unión. Foto: Especial

Morena y sus aliados a punto de hacer historia con la mayoría en el Congreso

El partido de AMLO podría tener hoy el control total del Legislativo con lo cual podrá modificar la Constitución a su antojo y sin freno

La coalición Sigamos Haciendo Historia, conformada por Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM) no solo hizo historia por abanderar a la que será la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también consiguió una victoria aplastante en el Congreso de la Unión.

Con el próximo aval del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que se prevé suceda el día de hoy, el partido guinda y sus aliados, tendrán en la Cámara de Diputados la mayoría calificada con 364 legisladores, lo que les abre la puerta para poder realizar reformas constitucionales con la mayor holgura.

En el Senado de la República, la coalición oficialista se quedó a tan solo tres legisladores para repetir hazaña, pero Manuel Velasco, quien será coordinador de los verdes en la Cámara alta, reveló que ya casi lograron convencer a los legisladores faltantes.

“No nos faltan, ahí lo van a ver. Muy probable, se está construyendo. Un 99.9 por ciento, ahí lo van a ver, se ha estado construyendo, sí hemos estado dialogando con todos y hay una posibilidad muy amplia.

“Se ha estado construyendo, (…) es una decisión de ellos, pero sí hemos estado dialogando con todos y hay una posibilidad muy amplia de que se trabaje en torno a ello. Precisamente en el Senado de la República se tiene que tener siempre diálogo abierto con todos y se ha estado dialogando con senadoras y senadores de la oposición”, reveló el exgobernador de Chiapas.

Velasco no quiso mencionar nombres, solo descartó que Manlio Fabio Beltrones se vaya a sumar a su bancada.

La reforma de Zedillo que secuestró a la Suprema Corte

Con estos tres senadores prácticamente en la bolsa, Morena y sus aliados estarían haciendo historia y replicando un congreso mayoritario y afín al Poder Ejecutivo, un fenómeno que no se veía desde 1994, justo cuando Ernesto Zedillo ocupó la silla presidencial.

En aquel entonces, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) consiguió 300 diputados y 95 senadores.

A cuatro días de su toma de posesión como presidente de la República, Ernesto Zedillo presentó una iniciativa de reforma constitucional en la que propuso cambios estructurales en materia de justicia y seguridad pública.

La reforma se aprobó en un tiempo récord y estuvo lista para su promulgación antes de que concluyera el año.

El 31 de diciembre de 1994 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los decretos que modificaban 27 de los 136 artículos de la Constitución entre los que se encontraba reformas relacionadas con la integración de los poderes judiciales de las entidades, la designación del titular de la entonces Procuraduría General de la República, la creación del Sistema Nacional de Seguridad Pública y lo que causó más impacto, una reforma para modificar la estructura y competencias del Poder Judicial de la Federación.

Por un lado, Zedillo ordenó la creación del Consejo de la Judicatura Federal como instancia encargada de la administración y vigilancia de los tribunales federales, pero también rediseñó la estructura y atribuciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para convertirla en un órgano más compacto y que solo se dedicara a la resolución de asuntos que involucraran la interpretación de la Constitución federal, es decir, por primera vez en la historia del país se introdujeron recursos como la “acción de inconstitucionalidad” y “controversia constitucional”.

A la par de estos avances, el priista dio estocada final al aparato burocrático que representaba en ese entonces la Suprema Corte y separó de su cargo a sus 26 ministros a través de la figura de “jubilación inmediata”.

Mientras los integrantes del Poder Judicial, algunos especialistas y el partido opositor PRD alegaban que Zedillo quería una Corte a modo, el argumento del entonces presidente fue que la reforma era una respuesta a la exigencia ciudadana de una mejor impartición de justicia.

Y es que la reforma de Zedillo disminuyó el número de ministros de 26 a 11 y puso un límite de 15 años para ocupar el cargo que antes era vitalicio.

La Corte renovada se compuso de 2 ministros que se mantuvieron y 9 nuevos, entre los que se encontraba la hoy morenista Olga Sánchez Cordero. Los ministros de Zedillo se materializaron gracias a los votos en el Senado del PRI y el PAN.

Nuevos tiempos, nueva reforma

A 30 años de distancia de ese episodio de la política mexicana la historia se repite, ahora, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador y su sucesora, Claudia Sheinbaum, buscan replicar la hazaña de Zedillo, reformar la estructura y capacidades de la Suprema Corte y de todo el Poder Judicial.

Con la nueva conformación legislativa, es muy probable que avance sin problemas la reforma judicial de Morena, actualmente fue aprobada en la Comisión de Puntos Constitucionales en la Cámara de Diputados y pasará al pleno en los próximos días.

Con su aprobación, Morena y sus aliados estarían haciendo historia, pero también de alguna manera replicándola.

Entre oficialistas y opositores, se prevé una Legislatura polarizada

Así como iniciaron las pasadas legislaturas, la que está por arrancar el 1 de septiembre próximo, estará polarizada, consideran senadores de oposición salientes y electos, mientras que morenistas aseguran que, con la mayoría calificada que está por concretarse, se tomarán las decisiones para cumplirle al pueblo en el marco de la Cuarta Transformación.

Entrevistados por separado para Reporte Indigo, las y los senadores de la oposición y de Morena coinciden en señalar que los pendientes son muchos, pero confían que se tendrán que abordar en la LVII legislatura, tengan o no mayoría.

Adán Augusto López Hernández, senador electo de Morena, comenta que en todos los parlamentos del mundo siempre se intenta la construcción de mayorías, se hacen alianzas y se construyen acuerdos políticos, lo que deriva en mayorías legislativa simple y calificadas donde se requieren.

Senadores oficialistas y opositores coinciden en que en la legislatura pasada poco se avanzó y en que la que viene seguramente solo se trabajará en las reformas del Ejecutivo, aumentando el mar de pendientes. Foto: Especial

“No debe de extrañarnos que los grupos parlamentarios en el Senado intentemos construir alianza o acuerdos legislativos; por ello, vamos a estar siempre en la permanente construcción de mayorías en la legislatura que está por iniciar”.

Beatriz Paredes Rangel, del PRI, acepta estar insatisfecha con el trabajo legislativo, pues la quedó mucho a deber a la sociedad mexicana.

“Me parece que la polarización que se estimuló en el país desde el titular del Poder Ejecutivo repercutió de manera negativa en el Congreso y eso dificultó la generación de consensos, por ejemplo, en nombramientos que se debieron haber procesado adecuadamente”.

La legisladora tlaxcalteca señala que la oposición tuvo que constituir un “bloque de contención” ante iniciativas del Ejecutivo federal que estaban mal elaboradas o que no correspondían al espíritu de transición democrática.

Reconoció que la oposición no encontró mecanismos de negociación, ante un grupo mayoritario que no estaba dispuesto a construir consensos a partir del diálogo.

Paredes Rangel refiere que no juzga a la siguiente legislatura; sin embargo, los legisladores seguramente pondrán lo mejor de su esfuerzo, pues hay gente muy inteligente.

La deuda de los senadores salientes

Miguel Ángel Mancera, senador saliente del PRD, comenta que el próximo periodo será una legislatura absolutamente diferente.

“Aquí pudimos conformar un bloque de contención y frenar reformas constitucionales. Aquí se trabajó mucho más el diálogo político. La que sigue es una legislatura que está totalmente cargada para un lado. Espero que haya en algún momento dado diálogo y que se puedan recomponer esta composición política”.

Jorge Carlos Ramírez Marín del Verde Ecologista enfatiza que esta legislatura deja pendientes importantes, sobre todo en salud y nombramientos en diferentes áreas de gobierno, pero en términos generales, se avanzó mucho en temas como equidad de género y seguridad social.

No obstante, el legislador yucateco dice esperar de la nueva legislatura que haya una gran visión de futuro, comenzando con las reformas que envió el Presidente de México, en especial la del Poder Judicial.

Verónica Camino Farjat, quien repite escaño por Morena, reconoce que se quedaron muchos pendientes, pero en la legislatura que inicia el 1 de septiembre, de inmediato se abordará el tema de la reforma judicial, porque “primero de lo primero”.

Señala que la mayoría legislativa que se construye es para aprobar con responsabilidad las iniciativas.

“No quiere decir que no se escuchará a la oposición, pero eso sí, las decisiones al final sí serán de la mayoría, eso nos queda claro”.

José Narro de Morena destaca que la legislatura que concluye “fue como el Constituyente de la cuarta transformación”, por lo que las y los nuevos senadores no deberán bajar la guardia”.

Clemente Castañeda, de Movimiento Ciudadano acepta que esta legislatura que está por concluir deja un grave déficit, fue poco productiva, fue una especie de ventanilla de trámites de los temas del presidente de la República.

El panista Erandi Bermúdez coincide con el emecista al señalar que la siguiente legislatura, si logra la mayoría calificada, solamente va a ser una oficialía de partes en donde senadores y diputados serán solo “levantadedos”.

No todo está cantado, los retos que tendrá que enfrentar Sheinbaum en el Congreso

Juan Carlos Montero Bagatella, Profesor de Transformación Pública del Tec de Monterrey, comenta que la conformación del próximo Congreso de la Unión será una aplanadora a favor de Morena, sobre todo en la Cámara de Diputados, pero esto no significa, que Claudia Sheinbaum podrá disponer a su antojo del Legislativo federal.

“Esto no es un cheque en blanco para Claudia Sheinbaum, muy por el contrario. Vamos a encontrar, en primer lugar, divisiones entre Claudia y los anteriormente contrincantes o aspirantes a la candidatura a la presidencia. Por parte de Morena estos liderazgos no son 100 por ciento leales a Claudia Sheinbaum, son leales a Andrés Manuel López Obrador, entonces Claudia Sheinbaum tendrá que negociar con estos liderazgos al interior de Morena.

“Es muy probable que estos liderazgos expongan abiertamente sus desacuerdos en algunas ocasiones, Claudia tendrá que negociar con su propio partido”, explica

A pesar de tener mayoría en el Congreso, Claudia Sheinbaum no la tendrá fácil ya que deberá de negociar sus reformas incluso con los grupos políticos de su mismo partido. Foto: Especial

En segundo lugar, dice el especialista, hay que recordar que la mayoría calificada la estará obteniendo Morena por la coalición que tuvo junto al PT y al Verde.

“Estos tampoco son cheques en blancos, quizá los del PT sí, pero los del Partido Verde me parece que van a negociar muy caro cada una de las iniciativas de Claudia”.

El especialista además señala que el gobierno de la morenista arrancará con dos polémicas muy fuertes: la reforma al Poder Judicial y la de la de desaparición de varios órganos autónomos, las cuales incluso podrían congelar para evitar la mala imagen en su gestión.

“El Senado tendrá una configuración diferente ya que Morena no tendrá la mayoría calificada. La Cámara alta podría convertirse en el espacio en el cual la oposición podrá detener a Morena. Si es así, cada vez que la oposición triunfe lo van a cantar a los cuatro vientos y será vendido como una derrota contra el sistema y por supuesto esto va a fortalecer a los liderazgos de ‘Alito’ Moreno y de Marko Cortés”.

Debido a esta situación, el especialista prevé que el gobierno de Claudia Sheibaum respecto a la arena legislativa, será mucho más moderado que el de López Obrador.

“La estrategia de Claudia Sheinbaum, sabiendo que tiene que negociar con Morena, que también tiene que negociar con el Partido Verde y que cada derrota va a ser muy costosa, probablemente sea más moderada a como lo estamos viendo hoy con el presidente López Obrador”, concluye.

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