La elección del Estado de México ha servido para que Andrés Manuel López Obrador y su partido, Morena, acepte y busque alianzas con personajes cuestionados que en el pasado rechazó.
Su lema político, “Honestidad Valiente”, que lo acompaña desde el 2000 cuando compitió por la jefatura de gobierno del Distrito Federal, ahora se ve manchado por la cercanía de personajes que han sido cuestionados por sus presuntos actos de corrupción y abuso del poder.
El caso más evidente es el de Elba Esther Gordillo, “La Maestra”, quien hoy enfrenta un proceso legal por varios delitos y que todavía ostenta un poder político en uno de los sindicatos más poderosos del país: el SNTE.
La condición para que el apoyo de Gordillo sea aceptado en Morena será, según palabras del propio López Obrador, que confiese haber participado en el supuesto fraude del 2006.
En la elección del 2006, López Obrador rechazó el apoyo que le ofreció “La Maestra” para mover sus hilos políticos y ganar la elección presidencial; hoy, parece que el rechazo ya desapareció y los allegados a Gordillo ya participan en la campaña de Delfina Gómez, candidata de Morena a la gubernatura mexiquense.
Fernando González, yerno de la exlideresa sindical y de quien se dice que ha actuado como su operador político y financiero, ha arropado a Delfina Gómez.
Todo indica que López Obrador ha cambiado de estrategia y ha decidido agrupar fuerzas, aunque esto signifique un golpe a su discurso repetido mil veces en contra de “la mafia del poder”.
El terreno para la redención empezó a prepararse desde principios del 2016, cuando López Obrador recibió en las filas de su partido a Evaristo Hernández Cruz, un político tabasqueño al que apenas unos meses antes el propio Andrés Manuel había reprobado: “es un corrupto (…) el tal Evaristo”, habría dicho.
Sin embargo, en febrero del 2016, Hernández Cruz renunció al PRI y se integró a Morena, con la anuencia de López Obrador.
“Ha tomado la decisión de sumarse a Morena y eso lo exonera. Todo el que está mal en el PRI y decide pasarse a Morena, y se arrepiente de lo que pudo haber hecho mal, nosotros pensamos que se le debe perdonar”, sentenció López Obrador.
Así, el tabasqueño abrió la puerta a todo tipo de personajes políticos, cuestionados o no. El cambio de estrategia es evidente de cara a las elecciones del 2018.
¿Ni perdón ni olvido?
“No sé por dónde andes, por azul o por amarillo; pero si vas por azul, que es lo que pensamos, vale más hablarle a Felipe y decirle algo, ¿no? para no quedar mal. Va a ganar eh… vamos a sacar ahorita todo el voto ciudadano”, se escucha decir a Elba Esther Gordillo cuando habla con Eugenio Hernández, entonces gobernador de Tamaulipas, para orquestar la operación de voto a favor de Felipe Calderón.
El audio donde se escucha la conversación fue presentado por Andrés Manuel López Obrador como prueba del supuesto fraude en la elección presidencial del 2006.
“Nosotros seguimos luchando contra la mafia del poder y del dinero para acabar con la corrupción y lograr el renacimiento de México”, dijo el tabasqueño cuando presentó aquellos audios.
En el año 2011, casi al finalizar el sexenio calderonista, Gordillo reconoció su intervención en el 2006 y dijo que en aquel entonces López Obrador no quería ni verlos.
“No aceptó estar, nunca quiso un encuentro con nosotros. Dijo que después del 6 de julio nos veríamos. Ustedes entenderán que no podíamos vernos después de julio, teníamos que hablar antes para ver qué compromisos adquiría con la educación”, reveló Gordillo en 2011.
Hoy todo indica que esa historia ya fue olvidada y, quizá, hasta perdonada.
Fernando González, yerno de Gordillo y exsubsecretario de Educación Básica en el sexenio calderonista, y quien es considerado uno de sus principales operadores políticos y financieros, hizo acto de presencia en un evento de Delfina Gómez y en varias entrevistas dijo apoyarla por sentir “gran admiración” por ella.
Rafael Ochoa, exdirigente del SNTE y uno de los más cercanos colaboradores de “La Maestra” cuando estaba en libertad, también ha llamado a los maestros mexiquenses a votar por la candidata de Morena.
Andrés Manuel López Obrador aceptó la adhesión de estos personajes, dijo que su partido será cuidadoso y pidió que Elba Esther Gordillo confiese lo que hizo en 2006.
“Morena actuará de manera precavida ante la adhesión pública de algunos del líderes del SNTE, que hasta hace poco apoyaban a la mafia del poder.
“Es indispensable que la maestra Elba Esther Gordillo informe sobre su participación en el fraude electoral en el 2006 para imponer a Felipe Calderón causando un enorme daño al pueblo y a la nación. La maestra Elba Esther está en la cárcel y no estoy acostumbrado a hacer leña del árbol caído, pero sin transparencia y democracia no habrá futuro para el país”, escribió el tabasqueño en su página de Facebook.
Otra de las adiciones cuestionadas fue la de Fernando Espino, el dirigente del Sindicato de Trabajadores del Metro, quien decidió dar la espalda a su pasado priista.
Espino ha sido diputado –entre federal y local- en cinco ocasiones y ha ocupado múltiples cargos en asociaciones de sindicatos, siempre representando al gremio al que pertenece desde 1970.
El líder sindical ha sido señalado desde cometer actos de nepotismo, hasta de desvío de recursos públicos.
Higinio Martínez, actual alcalde del municipio de Texcoco y jefe político del grupo al que pertenece Delfina Gómez, también ha sido acusado de múltiples irregularidades en su ejercicio de poder.
Búsqueda de aliados… o responsables
En los meses previos al inicio de las campañas electorales en el Estado de México, algunos representantes de los partidos de izquierda buscaban conformar un bloque opositor que enfrentara al PRI.
Andrés Manuel López Obrador se negó a tener tratos con los otros partidos de izquierda; tachó en varias ocasiones a sus dirigentes de “vulgares” y “corruptos”.
Y ahora, tal parece que busca aliados en esos partidos que despreció, pero nadie sabe si es para ganar la elección o para tener a quien culpar si vuelve a ganar el PRI.
“Hasta hace un mes ya estaba un certificado de defunción, ya casi casi firmado, donde por enésima vez estaban matando al PRD. Y yo creo que en esta campaña pensaron que el PRD iba a estar debilitado a tal grado de que se perdiera hasta el registro en el Estado de México, porque así lo vaticinaron.
“Pero ya vieron que en lugar de desfondarnos, nos estamos fortaleciendo y creo que ahora el cálculo ya es distinto (…) yo creo que ya no les dan las cuentas”, ha dicho Juan Zepeda, candidato del PRD a la gubernatura mexiquense.
El perredista ha dicho a quien quiera escucharlo que nadie le puede “cargar el muertito” en caso de un triunfo del PRI.