“El amor de una niña se confunde”, dicen familiares de Montserrat, quien le entregó su confianza y seguridad a Marlon porque siempre se mostró como una pareja protectora y amorosa con la joven de 20 años. Tras un año de relación, el hombre acabaría propinándole la golpiza brutal que le arrancaría la vida.
El 17 de abril, alrededor de las 19:40 horas, la pareja sentimental de Montserrat Bendimes Roldán, Marlon Botas Fuentes, se lanzó contra ella para golpearla en su propia casa, en el municipio de Boca del Río, Veracruz. La joven murió siete días después por la golpiza que le ocasionó muerte cerebral.
El presunto feminicida, junto con sus dos hermanos, padre y madre, huyeron de la localidad la misma noche del crimen; no sin antes trasladarla ellos mismos a un centro de salud, en automóvil, resistiéndose a llamar a los servicios de emergencia para que las autoridades no reportaran el delito.
“Era un día normal y estuvieron conviviendo durante el día en un evento familiar, de ahí salieron, se dirigieron a la casa de Montse y el tipo ahí la atacó en cuestión de minutos”, dijo a Reporte Índigo Luis Bendimes, tío paterno de Montserrat.
Montse perdió la vida el 23 de abril, víctima de la golpiza y la negligencia de los familiares y cómplices de su pareja, quienes continúan en calidad de prófugos aún cuando la Fiscalía en Veracruz emitió la orden de aprehensión 1250/2021 para procesar a Marlon por el delito de feminicidio.
Recientemente, las autoridades catearon el domicilio del agresor, ubicado en el número 48 de Tlacotalpan, en el fraccionamiento Tampiquera, pero en ese lugar ya no hay quien viva.
Montse y Marlon se conocieron en la Universidad del Valle de México de Veracruz, donde estudiaban el tercer semestre de Ingeniería Civil. Marlon, de 23 años, siempre se mostró como un caballero con la familia de su pareja.
“No había antecedentes de violencia. Nos engañó, siempre se portó muy bien”, platica Luis Bendimes. “Era un tipo, hasta cierto punto, paternalista. Tenía toda la confianza de mi familia, hasta tomaban clases juntos, estudiaban juntos”.
Padres solaparon el ataque a Montserrat
A Montse le truncaron la vida, futuro y sus sueños durante la noche en que Marlon decidió golpearla y los padres de él, Diana Fuentes y Jorge Botas, solaparlo “al negarle los primeros auxilios profesionales que brinda el servicio médico de una ambulancia, ya que decidieron no llamarla cuando la encontraron en su casa”, denuncia Leslie, hermana de Montse.
“Era una niña muy tierna”, continúa el tío de la víctima. “Atleta, estudiosa, con buenas notas. Una niña de hogar, quien visitaba la familia de Marlon y era bien recibida. No sabemos qué haya pasado para que se le metiera el demonio”.
Y es que los índices de feminicidio en Veracruz han escalado a niveles exorbitantes, incluso pisándole los talones al Estado de México, entidad que encabeza la incidencia de ese crimen desde hace varias décadas.
En los últimos dos años, Veracruz se mantuvo en segundo lugar nacional por asesinatos violentos de mujeres, con 183 delitos según las cifras oficiales: 104 en 2019 y 79 el año pasado. Tan solo de enero a marzo de este 2021, el estado registró 21 feminicidios y hoy continúa en segundo lugar después del Edomex, con 35.
Pero detrás de los números hay personas con nombre y apellido: Samara Arroyo, Florisel Ríos, Paloma Vizcarro y Gladys Merlín. También Adriana Beatriz, Ana Arely, y ahora Montserrat Bendimes.
“Hay cientos de miles de casos en México y con una facilidad que se les hace matar a alguien”, narra Luis Bendimes. “Ya vamos a cumplir 15 días del asesinato de Montse y el agresor no aparece, la verdad es que sí hemos sido atendidos por las autoridades, nos toman las llamadas, están en el tema… pero las carpetas (de investigación) llevan muchos días en integrarse”
Los papás de Montse afirman estar destrozados tras el asesinato de su hija Montserrat.
“Mi Monserrita es una gran guerrera, lucha por vivir, quiere vivir y va a vivir en la Tierra o en nuestros corazones”, escribió la mamá de Montse, Cecil Roldán, horas antes de la muerte de su hija.
Luis Bendimes reconoce que Marlon Botas Fuentes no sólo destruyó a una familia, sino a dos: a la de Montse, por un lado; y la suya misma, por el otro, tras obligar a sus padres y hermanos a escapar y dejar atrás su vida para evadir la ley.
“Queremos justicia. No dañó solamente a una familia, sino a dos, la otra familia también está destruida porque está huyendo”, reflexiona.
La familia de Montse quiere justicia no sólo para ella, sino para todas las que ya no están. Exigen el cese de amenazas contra la vida de las mujeres, porque saben que las mexicanas diariamente corren el riesgo de no regresar a casa; de “perderse” y ser localizadas, días después, en algún paraje abandonado o barranco, semidesnudas y sin vida.
“Ya no quiero una mujer menos, una golpeada más”, señala Luis.