Monterrey, la más contaminada

Contrario a la creencia popular, la Ciudad de México no es la urbe con mayor contaminación en el país, pues ocupa el séptimo lugar según un estudio dado a conocer por la Organización Mundial de la Salud.

El primer lugar lo ocupa Monterrey. El estudio realizado por la OMS mide los niveles de partículas menores a 10 micras (PM10) y de menores a 2.5 micras (PM2.5) y recoge datos de casi 3 mil ciudades de todo el mundo.

Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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hectáreasde áreas verdes son con las que cuenta la ciudad, marcada por la deforestación urbana

Contrario a la creencia popular, la Ciudad de México no es la urbe con mayor contaminación en el país, pues ocupa el séptimo lugar según un estudio dado a conocer por la Organización Mundial de la Salud.

El primer lugar lo ocupa Monterrey. El estudio realizado por la OMS mide los niveles de partículas menores a 10 micras (PM10) y de menores a 2.5 micras (PM2.5) y recoge datos de casi 3 mil ciudades de todo el mundo.

La capital del estado de Nuevo León registró niveles de 36 PM2.5 y 86 PM10, el doble de lo que registró la Ciudad de México, colocándose como la urbe más contaminada del país y ocupando el lugar 255 de las 2 mil 973 ciudades evaluadas.

La OMS explica que las partículas PM10 son las más perjudiciales a la salud de las personas, ya que pueden penetrar y alojarse en el interior profundo de los pulmones.

La exposición reiterada a dichas partículas aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, enfermedades del sistema nervioso y cáncer de pulmón.

Por la actividad industrial

Las causas de la alta concentración de contaminantes en la zona metropolitana de Monterrey podrían ser diversas, desde la incesante actividad industrial de la zona, así como los climas extremos que dominan en la región, sumado al parque vehicular de alrededor de 3.5 millones de vehículos y la falta de regulación de los mismos.

A estas fuentes contaminantes se deben sumar también la deforestación urbana de Monterrey y las zonas aledañas.

De acuerdo a los estándares de disponibilidad de áreas verdes por habitante de la OMS, en Monterrey deberían existir 2 mil 500 hectáreas de áreas verde, y sin embargo el número está debajo de 500 hectáreas.

Sin embargo, también se exhibe una falta de planeación en materia de desarrollo sustentable, la falta de inversión en transporte público, un deficiente sistema de monitoreo y la falta de inversión pública en temas medioambientales.

En 2015, la Organización de las Naciones Unidas dio a conocer que Monterrey era la ciudad más contaminada del continente americano.

Se trata de un tema que ya está creando problemas de salud pública, pues se sabe que un importante porcentaje de los tumores malignos en nuestro país son causados por la mala calidad del aire que respiramos.

Permisos y corrupción

El activista Guillermo Martínez Berlanga advierte que la única planeación que ha tenido el estado de Nuevo León es la de la corrupción.

Ya que por años se han otorgado permisos de cambios de uso de suelo sin los estudios correspondientes que avalen la viabilidad de las obras.

“Usted quiere destruir una montaña, deposita 500 mil dólares en un moche y le dan el permiso. Aquí las tiendas de conveniencia detienen el tráfico en los principales cruceros, no hay estudios de impacto vehicular, de impacto ambiental, de cuánto se contamina por ir a menos velocidad, no hay movilidad planeada”, asegura.

A pesar de los efectos y secuelas en la salud que han ocasionado los altos niveles de contaminación en Monterrey en los últimos años, Martínez asegura que aún es tiempo de actuar para revertir la situación, aunque reconoce que la capacidad de maniobra se redujo drásticamente.

“Nunca es tarde para nada, pero si no existe la voluntad política, las ganas de trabajar y el liderazgo que debería tener el gobernador del estado en este asunto de la contaminación, sencillamente no vamos a encontrar como solucionarlo”, advierte.

Uno de los temas que más preocupan al ambientalista es la falta de un esquema de rejuvenecimiento de parque vehicular y el mejoramiento de las gasolinas.

Y la existencia de un transporte público obsoleto e ineficiente, lo que genera una gran emisión de contaminantes.

“El transporte público en Monterrey tienen un atraso de alrededor de 25 años y está tan mal planeado que solamente está diseñado para mover al que menos tiene, entonces cuándo van a eliminar el auto”, asegura.

El aire tóxico

Guillermo Martínez Berlanga, regiomontano ambientalista por más de 25 años, está convencido de que gran parte del problema de la contaminación que aqueja a su ciudad tiene que ver con el poco interés de las autoridades en el tema ambiental, sobre todo en la aplicación de presupuesto.

“Probablemente somos el estado que menos le invierte a cuidar el medio ambiente en todo el mundo. En un estado que maneja un presupuesto de 86 mil millones de pesos al año, no puede ser que le dediquen 70 millones del presupuesto al medio ambiente”, apunta Martínez Berlanga.

Asegura que las autoridades no atienden la emergencia ambiental, no hay planes de contingencia ni proyectos congruentes.

Además de que el tema está en manos de funcionarios improvisados como Roberto Russildi, secretario de Desarrollo Sustentable de Nuevo León, a quien señala de haber llegado al cargo por su sociedad con el gobernador.

“Las consecuencias son un estado prácticamente desértico, erosionado, totalmente deforestado, y la zona metropolitana de Monterrey, que son 12 municipios conurbados, tiene el aire más tóxico que uno pueda respirar”, señala Martínez.

La OMS dice

La Organización Mundial de la Salud hizo un ranking de ciudades contaminadas:

> Recogieron datos de 2 mil 973 ciudades de todo el mundo

> Midieron los niveles de partículas menores a 10 micras (PM10) y de menores a 2.5 micras (PM2.5)

> Monterrey registró niveles de 36 PM2.5 y 86 PM10, el doble de lo que registró la Ciudad de México

> De acuerdo con la OMS, las partículas PM10 son las más perjudiciales a la salud de las personas porque se alojan en el interior profundo de los pulmones

> Exponerse constantemente a esas partículas aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, del sistema nervioso y cáncer de pulmón

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