El sistema científico nacional, es decir, la ciencia e investigación en México se encuentra en una coyuntura preocupante.
A pesar de que entre sus 100 compromisos anunciados el 1 de diciembre de 2018, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, prometió que se promovería “la investigación científica y tecnológica, se apoyará a estudiantes y académicos con becas y otros estímulos en bien del conocimiento, el Conacyt coordinaría el Plan Nacional para la Innovación en beneficio de la sociedad y del desarrollo nacional con la participación de universidades, pueblos, científicos y empresas”, nada se ha hecho realidad, acusa la organización ProCienciaMX.
La organización civil conformada por la red de científicos e investigadores de todo el país, explica que lejos de las promesas que realizó la actual administración al ocupar el cargo, la actividad científica en México inició el 2022 en una situación crítica.
“Hay instituciones de educación superior, como la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) que, víctimas de la austeridad, deben operar sin recursos y con personal en condiciones laborales precarias.
“Varias universidades autónomas, como la Universidad de Guadalajara, viven embates políticos y recortes presupuestarios por parte del gobierno estatal. La comunidad de la Universidad de las Américas-Puebla (UDLAP) ha sido despojada de sus instalaciones. Y en varias instituciones, como el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), se ha impuesto a autoridades de espaldas a la comunidad y se ha pretendido eliminar la pluralidad académica en pos de un pensamiento único, definido por el gobierno.
A través de diversos comunicados, los científicos explican que la forma en que esta crisis se manifiesta por todo el país desde hace varios años es sumamente diversa: desgaste institucional, incertidumbre jurídica; reducción presupuestal, políticas de estigmatización y menosprecio hacia el sector, son las constantes.
Al complicado panorama, se suma el hecho de que las autoridades del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y del propio Gobierno federal, han cerrado las puertas al diálogo con la comunidad académica, al tiempo que profundizan los conflictos con sus diversos actores e instituciones: investigadores, profesores, centros públicos de investigación, universidades e instituciones de educación superior.
Para revertir esta realidad, ProCienciaMx opina que es necesario emprender una discusión nacional sobre el sistema científico y tecnológico de nuestro país, en especial, sobre las acciones y cambios emprendidos por este gobierno, así como sus efectos y las posibles acciones por venir en los próximos años, en particular frente a los ataques a la autonomía universitaria y la discusión de una Ley General de Ciencia y Tecnología e Innovación.
Cambios en ciencia e investigación a contra corriente
De acuerdo con la red de científicos de todo el país, durante la actual administración, el Conacyt ha emprendido una serie de cambios en la normatividad, en la configuración institucional, en los programas y lineamientos que componen al sistema científico del país, no sólo con el objetivo de reducir y centralizar los recursos, sino también, con el fin de sujetar la investigación científica a lineamientos políticos e ideológicos.
“En la larga lista de agravios y desaguisados se encuentran la eliminación de los fideicomisos de ciencia y tecnología, que significó una reducción significativa en los recursos y de la autonomía para concluir proyectos de investigación; los cambios en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) que violan los derechos de científicos de universidades privadas y los excluyen de facto de estímulos a la investigación; la presentación de una iniciativa de Ley de Humanidades, Ciencia y Tecnología elaborada sin consultar a la comunidad científica; la eliminación de la independencia del Foro Consultivo, que se acompañó de la persecución penal de sus integrantes; los cambios en el Programa Cátedras CONACYT, que vulneró aún más los derechos laborales de sus investigadores; los Programas Nacionales Estratégicos, que limitan la libertad investigación y de cátedra así como los cambios en la normatividad de los programas de becas, que ha afectado a estudiantes en México y en el extranjero”.
Además de esto, debemos recordar los problemas de pagos con el programa de estancias posdoctorales; las remociones de académicos de puestos de dirección, lo que se ha traducido en el entorpecimiento de la gestión y conducción de centros públicos de investigación, entre otros.
Contra el falso discurso
La organización ProCienciaMx, también ha levantado la voz para señalar los agravios y descalificaciones que constantemente los académicos e investigadores mexicanos reciben por desde la máxima tribuna del país: la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde donde se les ha acusado de corruptos y neoliberales.
“Las constantes acusaciones sin pruebas de presuntos actos de corrupción, los reproches por detentar una falsa lista de privilegios, los señalamientos de una supuesta complicidad con injusticias del pasado y, en especial, imputaciones sobre ejercer una ciencia neoliberal, dañan moral y profesionalmente a las y los científicos y académicos, vulneran libertades fundamentales como la libertad de expresión, de investigación y de cátedra, pero sobre todo, atentan contra el fortalecimiento y desarrollo de la investigación libre y autónoma del país”, dice la organización civil.
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