@salazarcarlosal
La primer semana de actividades de los diputados federales y senadores de la LXIV legislatura ha tenido polémica, enfrentamientos, reconciliaciones y momentos históricos; y también ha dejado como postal la estampa de algunos legisladores que han optado por dejar de lado la vestimenta formal que ha caracterizado a los integrantes de ambas cámaras del Congreso.
No hay un código de vestimenta establecido. En la Ley Orgánica o el reglamento interno de la cámara no existe ninguna parte que diga que los legisladores tengan que asistir de traje y corbata o las legisladoras con atuendo formal. Sin embargo se ha venido haciendo una costumbre y una regla no escrita para los representantes en la más alta tribuna del país.
El 1 de septiembre los diputados y senadores iniciaron el primero periodo ordinario de la legislatura, y si bien hubo mayoría de legisladores de traje y corbata y legisladoras con atuendo formal, hubo algunos que optaron por un atuendo más informal, y han hecho lo mismo en los dos siguientes días de sesión.
El caso más visible es el del diputado federal del PT Gerardo Fernández Noroña quien en estos primeros días ha optado por presentarse con pantalones de mezclilla y guayaberas, en algunas ocasiones acompañado de una chamarra informal. Noroña, quien ya en otras ocasiones ha sido legislador federal ha mantenido ese estilo.
Otro caso fue el de la diputada sin partido -del Movimiento Ahora- Lucía Rojas, quien en la sesión constitutiva y en la apertura del periodo ordinario vistió pantalón negro casual y camiseta del mismo color con mensajes alusivos a la comunidad LGBTTTI. En esta ocasión, más que la informalidad, se trató de dar un mensaje. En los siguientes días, Rojas ha acudido a San Lázaro con un atuendo más formal.
Antecedentes de legisladores que han ‘roto’ la etiqueta portando ropa con la intención de enviar un mensaje de tribuna hay muchos; algunos de los más reciente son el exdiputado de MC Jorge Álvarez Maynez o la exsenadora de Morena Layda Sandores.
El caso del primero fue común que en la pasada legislatura subiera a tribuna vistiendo camisetas con mensajes de justicia por los 43 normalistas de Ayotzinapa o la llamada ‘Ley Chayote’. En los demás días era usual que vistiera de forma casual, camisa sin corbata y saco o en ocasiones solo camisa. En el caso de Sansores, habría que recordar el día en que se presentó al Senado con un vestido en el que fueron bordados los rostros de los 43 normalistas (lo que después también le generaría polémica).
En la actual legislatura en el Senado, el legislador sin partido Emilio Álvarez Icaza ha dejado la corbata y ha optado por pantalones casuales, camisa y saco sport. El coordinador parlamentario de MC Dante Delgado ha optado por traje sin corbata, incluso en la apertura de sesiones, subió a la tribuna de la Cámara de Diputados con esa vestimenta para leer el posicionamiento de su partido.
Fiel a su tradición, la senadora priista Beatriz Paredes continúa vistiendo trajes típicos, sobre todo de Oaxaca, su estado natal, un sello que la ha caracterizado a través de los años, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, aunque no es la primera.
En la legislatura pasada en la Cámara de Diputados, la panista Eufrosina Cruz, originaria también de Oaxaca destacó por su variedad de atuendos típicos de ese estado. En ocasiones, cuando fue legisladora, la exgobernadora de Yucatán Ivonne Ortega Pacheco también acudió a algunas sesiones con trajes típicos.
La senadora de Nuevo León Indira Kempis, hizo una defensa de la informalidad en su cuenta de twitter. Respondiendo a una nota que hablaba de la ‘informalidad’ en la vestimenta de Luis Donaldo Colosio Riojas en el Congreso de Nuevo León. “Yo también voy de jeans al Senado. La formalidad está en los hechos no en la ropa”, escribió.
Y es cierto, el atuendo de cada legislador será a en el mejor de los casos anecdótico, pero los resultados que entreguen sí serán trascendentes.
