En un país con 26 mil desaparecidos, nunca había ocurrido un caso de tal magnitud en el Distrito Federal.
Por eso, para no encender la alarma, las autoridades del DF manejan con suma discreción el hallazgo de varios cadáveres abandonados en diversos municipios del Estado de México. No están identificados aún, pero podrían ser algunos de los jóvenes de Tepito “levantados” en el antro After Heaven de la Zona Rosa el domingo por la madrugada.
Hasta tener la certeza de las identidades de los cuerpos, las Procuradurías de Justicia de ambas entidades no darán a conocer un informe.
Mientras los padres de familia, hermanos, tíos y amigos del grupo de jóvenes supuestamente secuestrados solo conocen la versión de que un comando en el interior del bar Heaven los levantó y siguen manifestándose en las calles.
Exigen al gobierno de Miguel Ángel Mancera una explicación de lo que ocurrió, lo que, hasta el cierre de esta edición, sigue siendo un misterio.
El hecho no es menor pues no existen antecedentes de un “levantón” simultáneo y de tantos jóvenes al mismo tiempo. No en el Distrito Federal donde Mancera Espinosa, desde que era procurador de justicia capitalino, se empeñó a dibujar a la capital como un territorio aislado de este tipo de acciones comunes de la delincuencia organizada. No en uno de los corazones turísticos de la capital, la Zona Rosa, plagada de antros ilegales.
Son llamados “after hours” con apariencia de restaurantes y loncherías durante el día.
Para nadie era un secreto que en el After Heaven, registrado por las autoridades de la delegación Cuauhtémoc como “Mama Grande”, se vendía cocaína entre los clientes. En ese local, que los fines de semana se llenaba a tope, era común encontrar a jóvenes del barrio de Tepito, uno de los más violentos de la capital, sus principales clientes.
“Los ‘chakas’ de Tepito no faltaban cada ocho días”, dice un acomodador de vehículos de la calle de Lancaster, donde se ubica el After, en referencia a la comunidad oriunda del barrio bravo.
Y, como ocurre después de toda tragedia y ante la presión de los familiares, las autoridades de la delegación Cuauhtémoc efectuaron una verificación del establecimiento.
La Procuraduría de Justicia aseguró el antro para un cateo y convencer a los propietarios para que entreguen el video captado por sus cámaras.
Desde hace tres años, las autoridades delegacionales y de la PGJDF tienen informes sobre los integrantes de un grupo delictivo denominado “La Unión”, que está involucrados con la distribución de drogas en las discotecas y bares de la capital.
En octubre de 2010, salieron a la luz pública tras el crimen de seis jóvenes en el Barrio de Tepito. El único sobreviviente de aquella matanza lo declaró ante las autoridades sin tapujos: detrás de la violencia, extorsiones y levantones está una banda de la delincuencia organizada que se hace llamar “La U” de La Unión. Pero la PGJDF desestimó este testimonio y le bajó el perfil a los integrantes de “La U” bajo el argumento de que se trata de simples narcomenudistas.
Es en la Zona Rosa donde tienen su asentamiento, dado el control de la venta de droga que ejercen en los establecimientos con la autorización, o sin ella, de los propietarios. Los integrantes de “La U” fueron los protagonistas de la balacera que se registró durante la madrugada en el interior de Plaza del Ángel, también en la Zona Rosa.
En aquella ocasión, julio de 2012, los integrantes de “La Unión”, que defendían la plaza, protagonizaron una balacera en la que dos hombres quedaron heridos por arma de fuego.
En el lugar se encontraron armas y chalecos antibalas como los que usan las corporaciones policiacas. Otra vez, la PGJDF minimizó los hechos. Pero lo que ocurre dentro de los antros muchas veces se queda ahí, entre cuatro paredes. Como una verdad pública para los clientes, trabajadores y propietarios.
Estos últimos pocas veces se atreven a denunciar abiertamente porque los delincuentes los reconocen y serían los primeros en pagar las consecuencias.
Ahora que los levantones de Tepito fueron denunciados por familiares, las primeras pesquisas reabren la línea del narcotráfico que apunta a “La Unión” y otros grupos del barrio que pudieran dedicarse al tráfico de droga, armas y piratería que inunda ese punto del Distrito Federal.
El más joven
No era la primera vez que Jerzy Esli Ortiz Ponce salía por la noche y madrugada a un after hours, pese a tener escasos 16 años.
El menor, quien trabaja en Tepito ayudando a sus abuelos en los puestos de comida y de ropa que tienen en el barrio, avisó a su madre, Leticia Ponce, que saldría con su amigo Said García, que también está en la lista desaparecidos del Centro de Atención a Personas Extraviadas y Ausentes (Capea) de la PGJDF.
Su madre, su tía Eugenia y su prima Penélope son de las más activas entre el grupo que bloqueó el Eje 1 Norte y Jesús Carranza para exigir a las autoridades una respuesta concreta.
Aseguran que, pese a la presión, las autoridades de la Procuraduría de Justicia los canalizaron hacia personal de la Fuerza antisecuestros, que simplemente les pidieron esperar a que avancen las investigaciones.
Jerzy, asegura su tía, no tiene en su pasado un historial delictivo que hable de enfrentamientos con la autoridad o de cuentas pagadas o por pagar con la justicia. Lo mismo dicen de Said, el amigo con el que salió esa noche, quien aseguran estudia y que ayuda a su abuelita a atender una fonda de comida económica en el mismo barrio.
Jerzy y Said se conocen desde pequeños pues sus madres comparten una añeja amistad. Juntos salen con sus respectivas novias y las llevan al cine. Pero del resto de los desaparecidos no saben su historial ni tampoco corroboran si algunos de ellos tienen antecedentes penales por delitos contra la salud y robo, lo más común en el barrio.
Entre los nombres que aparecen en la lista de desaparecidos están los hermanos Aarón y Josúe Piedra Moreno, Alan Omar Athiencia Barranco, Eulogio Fonseca Arreola, Rafael Rojas Marín, Jennifer Robles, Guadalupe Morales Vargas y Gabriela Téllez Zamudio.
De no resolverse pronto, los familiares aseguran que continuarán con sus protestas en el Distrito Federal.
Los “levantones” de Tepito salen a la luz pública justo cuando el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, hace un llamado a las Procuradurías de Justicia y sus titulares a garantizar la justicia pronta y expedita para sus ciudadanos.
Durante la Conferencia Nacional de Procuradores de Justicia, a la que acudió Peña, el procurador capitalino, Rodolfo Ríos Garza, salió a declarar cuán rápida y expedita es la justicia en el caso Tepito: “No tenemos ningún indicio”, dijo. La Procuraduría General de la República (PGR) ya cruza información y nombre de los supuestos desaparecidos con la capitalina.