En el poblado de Santa Rosalía, Baja California Sur, el ambiente es tenso.
La mina El Boleo, que desde hace ocho años es una de las principales fuentes de ingreso para miles de familias que ahí viven, mantiene una pugna por dos sindicatos que buscan la titularidad del contrato colectivo para respaldar a los trabajadores que la explotan.
La definición de este procedimiento está a unas horas de conocerse. Hoy martes los empleados de El Boleo votarán y determinarán si siguen con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Exploración, Explotación y Beneficio en Minas –también conocido como el Sindicato de Minas- o si entregan el contrato al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana.
La trascendencia de El Boleo, pese a estar en una localidad de poco más de 14 mil personas, va más allá del cambio del sindicato que representa para los mineros y sus cercanos; también es la primera prueba que enfrentará desde su escaño el senador de Morena, Napoleón Gómez Urrutia, quien es líder de Sindicato Nacional de Mineros.
Por un lado, se encuentra el Sindicato de Minas, quien actualmente mantiene la titularidad, por lo que los empleados mineros son representados en mayoría por dicha organización.
Por otro, está el Sindicato Nacional de Mineros del que su líder Napoleón Gómez Urrutia hace unos meses regresó a la vida pública de México tras rendir protesta como senador plurinominal por el partido Movimiento Regeneración Nacional y por el que han recaído señalamientos por un presunto desvío de 55 millones de dólares, la tragedia ocurrida en Pasta de Conchos, Coahuila, donde quedaron sepultados en la mina 63 de sus agremiados y del regreso de su autoexilio en Canadá.
Cobre, cobalto y manganeso son los minerales que se extraen de las entrañas de la desértica tierra santarrosalina, impulsados por capital de origen coreano.
La vida que transcurre en las estrechas calles de Santa Rosalía no se puede relatar si no es por su relación con el centro minero, debido a que gran parte de sus habitantes pudieron acceder a una fuente de empleo cuando comenzaron las primeras obras para la extracción de minerales en 2010.
Es por ello que en todo el poblado se escuchan con frecuencia automóviles con bocinas que invitan a sus trabajadores mineros a votar por una u otra opción de sindicato.
El voto de los trabajadores en esa región de Baja California Sur también marcará la pauta sobre qué condiciones se darán los próximos recuentos y procedimientos jurídicos en los demás centros mineros del país durate el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, quien rendirá protesta como presidente constitucional el 1 de diciembre.
La demanda por la titularidad del contrato colectivo se originó en abril 2016, cuando un grupo de empleados solicitó la destitución del líder de la sección del Sindicato de Minas con apoyo del Sindicato Nacional de Mineros, luego de un accidente que derivó en tres trabajadores lesionados.
No obstante, el cierre de las instalaciones, que duró entre dos y tres semanas, no fue procedente como huelga, debido a la falta de elementos en la Ley Federal del Trabajo para su declaración.
Luego de más de dos años de la demanda por el contrato colectivo, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje emitió la notificación del recuento la semana pasada y llamó a que se celebrase a las siete de la mañana de este martes al interior de la mina donde los trabajadores podrán emitir su sufragio identificándose como empleados que ya pertenecían a la matrícula de la mina en 2016.
TE RECOMENDAMOS LEER: ¿EN BUSCA DEL PARAÍSO LABORAL?