La corrupción oficial que encara el aparato gubernamental mexicano tendrá para el año entrante un costo de 10 mil 399 millones 194 mil 601 pesos con cargo directo al erario.
Ese es el presupuesto que estima gastar el Gobierno federal en los programas de Prevención, Detección y Sanción de Faltas Administrativas y Hechos de Corrupción, según lo establece el Proyecto de Egresos de la Federación (PEF) 2018.
Esta es la primera vez en la historia de México, en que un presupuesto de egresos contempla una partida económica destinada únicamente para prevenir, detectar y sancionar los actos de corrupción que se dan dentro del aparato de gobierno, en donde el mayor monto de inversión para ese fin se pretende otorgar a la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En la propuesta de presupuesto para el 2018, el ejecutivo federal dimensiona el problema de corrupción que encara la administración pública, al otorgar al combate de ese problema un presupuesto equivalente al que se pretende aplicar a la Secretaría de Economía (SE) y triplica el de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS).
Es también casi cinco veces más que el monto de recursos destinados a la Secretaría de Energía (SENER), más de nueve veces el monto aplicado a la Secretaría de la Función Pública (SFP) y es también casi el mismo monto que se aplicaría a la Secretaría de Cultura.
La doctora María Amparo Casar, en su análisis “México: Anatomía de la Corrupción”, estableció que “los niveles de percepción de la corrupción en México son alarmantes y los intentos para reducirlos han sido un fracaso”.
“En el 2015, México obtuvo una calificación de 35 puntos de 100 posibles y el lugar número 95 de 168 países según Transparencia Internacional. Dichos datos coinciden con los del Banco Mundial, organismo que reprueba a México con una calificación de 26 (sobre 100) en sus indicadores de control de la corrupción”, revela la investigadora.
Eso hace que nuestro país se ubique en el ranking mundial en el lugar 153, “es decir, como uno de los países más corruptos”.
Dentro del PEF 2018 llama la atención que el presupuesto propuesto a destinar a la Auditoría Superior de la Federación sea de 2 mil 230 millones 116 mil 964 pesos, más del doble del propuesto a la Secretaría de la Función Pública, que se propone sea de mil 191 millones 905 mil 203 pesos.
“México es percibido como el país más corrupto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)”, establece Casar, en donde Turquía, el país integrante de la OCDE con niveles más cercanos de corrupción a los que se registran en México, tiene una calificación de siete puntos menos de corrupción que nuestro país.
10.3
10
PEF 2018
Presupuestos propuestos para el combate a la corrupción:
[table id=41 /]
Inversión contra la corrupción
En el PEF 2018 el Gobierno federal está reconociendo la necesidad de una mayor vigilancia de los recursos públicos en las secretarías de la Defensa Nacional, Hacienda y Crédito Público, Gobernación, Agricultura y Ganadería, Educación Pública, Salud y PGR, en donde la suma de los presupuestos propuestos para el combate a la corrupción representa el 36.56 por ciento de todo el presupuesto planteado para el rubro.
De todas las dependencias sería el Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción la que recibiera la mayor partida económica del presupuesto bosquejado, al contar con 3 mil 981 millones 688 mil 049 pesos.
De las secretarías, la instancia que más fondos recibiría para encarar la corrupción, sería la Secretaría de la Defensa Nacional.
A la Procuraduría General de la República se le suministrarían 509 millones 355 mil 813 pesos.
“Si dividiéramos a los países por deciles, México estaría en el último de ellos, al lado de países que poco o nada tienen que ver con el tamaño de nuestra economía, nivel de desarrollo o fortaleza institucional”
Corrupción no es exclusiva del Estado
La corrupción en el sector privado en muchas ocasiones se manifiesta con fuertes nexos hacia los funcionarios de todos los niveles de la administración pública, reconoce el Reporte Global de Fraude y Riego 2017 de la consultora Kroll, especializada en riegos de fraude con sede en Nueva York.
El soborno y la corrupción se han convertido ya en una industria en México: montos similares a casi el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, son los que se estiman destinados a la corrupción en el sector privado, en donde se calcula que al menos el 45 por ciento de las empresas han cometido alguna vez actos relacionados con la corrupción.
El nivel de corrupción dentro de las empresas mexicanas se considera uno de los más elevados del mundo, según el estudio de Kroll, pues se calcula que en México los índices de corrupción en las empresas son del 18 por ciento.
“Las empresas mexicanas mostraron un incremento del 2 por ciento respecto al índice global en acciones relacionadas a fraude, soborno y corrupción.
“Combatir la corrupción no es una tarea sencilla. El sistema anticorrupción no ha sido lo suficientemente acotado, y en el caso particular de las empresas, ningún comité ciudadano o instancia han informado qué medidas deben implementarse desde el lado de las empresas”, explicó Arturo del Castillo, director asociado de Kroll en México.
