Militares en Nuevo León llevaron a cabo una práctica peculiar para evitar actos de terrorismo o ingresos ilegales a Estados Unidos, al simular la intercepción de un avión privado sospechoso que se aproximaba a la frontera sin dar aviso a las autoridades sobre el plan de vuelo.
El ejercicio denominado “Amalgam Eagle 2024” se realizó en las instalaciones de la Base Aérea Militar 14, ubicada en el municipio de Apodaca y formó parte de una serie de entrenamientos que se ejecutaron de manera simultánea en otras fronteras entre México y el vecino país.
Persecución aérea
El simulacro consistió en la recepción de un aviso de las fuerzas especiales de Estados Unidos al detectar una aeronave sin código sobrevolando cerca de la frontera, lo cual genera que personal de la Fuerza Aérea Mexicana entre en acción y active los aviones Texan T6C.
Sobre el aire, los oficiales realizan señas mediante movimientos para alertar al piloto que debe de aterrizar y lo escoltan hasta llegar a tierra firme, en donde la persona es cuestionada sobre su intención de cruzar a Estados Unidos.
“En ese momento se hace una coordinación con el Gobierno de Estados Unidos de América, para que sean aviones de ese país los que nos escolten y nos den indicaciones para aterrizar en algún aeropuerto de ese país. Son muchos los beneficios de esta coordinación, sobre todo reforzar los lazos de trabajo y amistad que hay y también saber cómo conducirnos las dependencias mexicanas y las dependencia norteamericanas”, dijo Francisco Torres, capitán Segundo, quien encabezó el entrenamiento.
En caso de realizar el aterrizaje en México, el Ejército se encarga de solicitar la documentación correspondiente, así como la inspección en Aduana en conjunto con elementos caninos para la búsqueda y localización de objetos ilícitos.
La razón más frecuente que se presenta en los casos donde la autoridad ejecuta una intercepción aérea es porque la aeronave presenta fallas en la comunicación para poder dar aviso sobre la intención de vuelo.