Migrantes mexicanos, víctimas colaterales

Es inevitable. El recién atentado en Boston evoca el septiembre de 2001, cuando la reforma migratoria, que iba caminando, se fue por tierra.

De nueva cuenta algunos sectores de la sociedad norteamericana envían el mensaje de que los inmigrantes son terroristas y se debe tener cuidado.

Por ello algunos analistas consideran que lo ocurrido podría permear en las propuestas de reforma migratoria que están sobre la mesa en Estados Unidos. 

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Es inevitable. El recién atentado en Boston evoca el septiembre de 2001, cuando la reforma migratoria, que iba caminando, se fue por tierra.

De nueva cuenta algunos sectores de la sociedad norteamericana envían el mensaje de que los inmigrantes son terroristas y se debe tener cuidado.

Por ello algunos analistas consideran que lo ocurrido podría permear en las propuestas de reforma migratoria que están sobre la mesa en Estados Unidos. 

Lo desafortunado, considera Leticia Gutiérrez Valderrama es que el tema migratorio se sigue apreciando desde un enfoque de seguridad nacional. 

El ataque en Boston fortalece la postura de las autoridades respecto a tener un mayor control y verificación para los migrantes irregulares en ese país, asegura la la directora de la organización SMR-Scalabrinianas: Misión para Migrantes y Refugiados.

Ahora que las apuestas sobre los posibles alcances de una nueva reforma migratoria en Estados Unidos están en puerta, Gutiérrez Valderrama considera que si bien tiene ventajas, hay varios que consideran que “la tortilla no está completa”.

Alude al programa de trabajadores huéspedes, referente a regularizar a los migrantes que no hayan cometido ninguna felonía o delito. 

La limpieza absoluta en el historial de un migrante es casi imposible. Como tener una licencia vencida, haberte pasado un alto. Con solo eso “te califican de delincuente”, asegura. Hay una gran mayoría, según Gutiérrez Valderrama, que no está en condiciones de ser regularizada.

“La reforma va muy enfocada a poner en marcha los trabajadores huéspedes que van a trabajar con visas H2A y H2B”, dice a Reporte Indigo. Lo que entraña preocupaciones.

Según las investigaciones que han realizado, los trabajadores con el primer tipo de visa “el proceso de reclutamiento, de contratación, es totalmente viciado”.

Sobre todo por el hecho de que solo trabajan tres meses, pero sin contar con derechos sociales, como una pensión, y sin poder ir haciendo historia laboral ni en Estados Unidos ni en México.

“Oficialmente no hay un proceso de un verdadero reclutamiento, o un verdadero proyecto con los trabajadores huéspedes”, dice.

La exsecretaría de la Pastoral de Migrantes recuerda además el caso “Chambamex” donde cientos de personas fueron defraudadas en Puebla. Se pregunta quién dará seguimiento a este tipo de agencias que ofrecen trabajo “seguro” a los migrantes. Ahí las ganancias de agencias y reclutadores “son estratosféricas”.

También dice que se contempla una “cacería” contra los empleadores para que no laboren con trabajadores irregulares.

Un paso adelante, la otra visión

El Centro de los Derechos del Migrante (CDM), con sede en Baltimore, EU, considera se avanza en el camino a la ciudadanía para los 11 millones de aspirantes a ser americanos.

Destaca el proyecto de ley para reformar el sistema de visas de trabajo para incluir algunas protecciones adicionales para trabajadores, entre ellas contra el abuso en el reclutamiento. 

Dice que muchos “patrones inescrupulosos” participan en la trata de trabajadores en ese país y las estipulaciones del proyecto de ley del Senado “mejorarían la transparencia y la rendición de cuentas en el proceso de contratación internacional de trabajadores y ayudaría a prevenir el abuso en el reclutamiento”.

Rachel Micah-Jones, directora ejecutiva del CDM, en entrevista telefónica desde Baltimore, considera la propuesta que ahora se discute cuenta partes importantes. 

“Como que las reformas harán que los reclutadores den información pública y que los patrones sean quienes paguen los gastos de reclutamiento”, dice.

Aunque considera que la reforma podría ser más amplia, la propuesta es un paso que por lo menos puede ser útil para que millones de personas regularicen sus estatus migratorio, lo cual repercutiría además en la protección de sus derechos.

Reconoce que los atentados de Boston causan suspicacia y sí complican el escenario. Pero también, dice Micah-Jons, hay una gran coalición que está a favor de una reforma migratoria, que sabe es necesaria e importante.

Menciona al movimiento sindical, las cámaras de comercio y diversas organizaciones que la impulsan.

Destaca que con la nueva categoría de visas W los trabajadores podrán cambiar de patrón, en caso de que los empleados sufran abusos en el trabajo: “la visa W dará poder al trabajador”.

Si bien la propuesta de reforma tiene partes que aún no se entiende bien cómo van a funcionar, ahora el CDM reconoce las partes positivas como las reformas a los programas de trabajadores temporales.

“Va a ser accesible para muchas personas y ello les parece bueno porque van a ser muchas personas beneficiadas por la regularización y también por el nuevo programa de trabajo que no necesariamente es el modelo de la visa W”.

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