Migrantes en la CDMX provocarán cambios socioculturales a largo plazo
Venezuela, Haití y Honduras son los países de donde proviene la mayoría de la población migrante que ha arribado a la capital del país en los últimos años
David MartínezPara quienes habitan en la Ciudad de México (CDMX) cada vez es más común ver a personas migrantes incorporándose a las actividades productivas de la vida cotidiana; en el largo plazo, esto dejará transformaciones en la capital del país.
Margarita Vargas, académica del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indica que dichos cambios sociales provocarán que la entidad se vuelva aún más diversa y pluricultural.
Mientras todos están metidos en la grilla y las peleas por las candidaturas de @PartidoMorenaMx, la plaza Giordano Bruno, a escasas cuadras de la @SEGOB_mx, está convirtiéndose nuevamente en un campamento de refugiados y migrantes, sin que el @GobCDMX encabezado por @martibatres… pic.twitter.com/UPAIB362w2
— Hernán Gómez Bruera (@HernanGomezB) September 21, 2023
Durante los últimos meses, en México el flujo de migrantes provenientes de Centroamérica y el Caribe ha ido en aumento. Una muestra de ello son los datos que exponen las Estadísticas Migratorias en México del Segundo Trimestre de 2023, elaboradas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que señalan que, de enero a agosto de ese año, en comparación con el mismo periodo de 2022, el flujo de migrantes aumentó 62 por ciento en el país.
El estudio de la OIM detalla que en el trimestre de mayo a agosto de 2023 es en el que más migrantes entraron al país, tan solo en ese lapso, ingresaron 256 mil 793 personas provenientes de otras naciones.
Este aumento de migrantes ha sido notable en las calles de la CDMX, principalmente en las alcaldías Cuauhtémoc y Tláhuac.
Los mayores asentamientos
Desde mediados de 2023, el Parque Giordano Bruno, de la colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc, ha sido un refugio improvisado de migrantes, lo que ha provocado la molestia de vecinos, quienes en redes sociales han denunciado que esta población vive en situaciones insalubres e inseguras.
La colonia es un asentamiento de personas originarias de otro país por su cercanía con la Comisión de Ayuda a Refugiados (COMAR).
En coord. con el Instituto Nacional de Migración abrimos un albergue en Tláhuac para brindar un trato humanitario a las familias migrantes. Las trasladamos a este sitio, y estamos viendo la posibilidad de instalar un módulo de @comar_sg e @INAMI_mx para que realicen sus trámites. pic.twitter.com/8PSuNdwUu0
— Dra. Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) March 31, 2023
A su vez, en la colonia del Mar de la alcaldía Tláhuac, la presencia de migrantes, principalmente haitianos, ha crecido de manera indiscriminada, incluso, la zona ha sido apodada como “La pequeña Haití”.
Sin embargo, afirma el documento difundido por la OIM que desde mediados de 2023, diversos grupos migrantes han optado por permanecer en México y esperar a ver si pueden llegar a Estados Unidos (EEUU), debido a las nuevas políticas implementadas por el Gobierno norteamericano.
Trabajar para continuar la travesía
Marcel viene de Haití, lleva cuatro meses en el país y habla muy poco español; sin embargo, ya vende accesorios para celulares en la colonia Juárez, en las inmediaciones de la COMAR.
“Vendo cosas para teléfono, no tengo dinero para seguir a EEEUU y quiero ahorrar para ir”, comenta durante un recorrido realizado por Reporte Índigo.
No dice cómo consiguió su mercancía, que se basa en cables USB y audífonos, que da entre 20 y 30 pesos, pero sí menciona que ha sido muy difícil llegar a México.
“Gasté mucho para venir, traje mucho dinero, pero ya no tengo, por eso vendo, para seguir”, afirma.
Con desconfianza, no detalla si viene solo o con su familia o qué le espera en Estados Unidos, solo dice que se quedará en México hasta poder continuar su viaje.
Por las calles de la colonia Juárez se puede ver que Marcel no es el único migrante que realiza una vida cotidiana en el territorio nacional. Por la calle de Milán hay casas de campaña grandes con ropa colgada afuera, así como hombres y mujeres que no hablan español, quienes cocinan en ollas grandes con anafres. Otros más, barren afuera de sus hogares improvisados.
Asimismo, en el Parque Giordano Bruno, las carpas colocadas por el Gobierno de la Ciudad de México para atender migrantes, ya son usadas por estos para cubrir sus casas de campaña, mismas que ya se ven empolvadas por el paso de los meses.
CDMX, hacia una metrópoli más diversa
“Los habitantes de la CDMX ya no seremos una cultura tan homogénea y tendremos otras influencias que se irán a integrando a la cultura mexicana en el largo plazo”, opina la académica de la UNAM, Margarita Vargas.
La especialista señala que, aunque la mayoría de los migrantes buscan llegar a Estados Unidos, regularizar su situación migratoria para poder ingresar a ese país tarda hasta un año.
Asimismo, la capital del país, al ser un punto neurálgico en el país, se convierte en una zona obligatoria para el tránsito de migrantes.
En consecuencia, comenta que dicha población, principalmente de Venezuela, Honduras y Haití, se quedan temporalmente a vivir en la ciudad y, por estancias largas, deben buscar trabajo en el sector informal.
“Como su tránsito es muy largo, sus fuentes de ingreso se agotan y por eso están en situación de comercio ambulante o de empleo informal porque no saben cuánto tiempo estarán viviendo en la Ciudad de México”, expresa.
No obstante, indica Vargas, una parte de los migrantes se quedarán a vivir en la capital por condiciones que los obliguen a establecerse.
Añade que esta porción de personas que se quedará en la ciudad es la que provocará un cambio social en los próximos años.
“Va a cambiar la ciudad hacia un panorama más multicultural, más empático con gente no mexicana, restaurantes de comida no mexicana, ellos dejarán su impronta cultural”, manifiesta.
Por último, señala que actualmente los migrantes provocan molestias o tensiones con los habitantes de la capital porque servicios como el agua o la electricidad deben ser compartidos con los originarios de otros países, por lo que también está a prueba la empatía de la sociedad mexicana.
“La presencia de desplazados forzados pone a prueba, no solo la capacidad de las autoridades, si no la capacidad de empatía y acogida de la propia población, ante condiciones de estancia que no son las óptimas”, declara.