Migración forzada, cuando la violencia arrebata todo

Las víctimas del crimen organizado que huyen de sus casas por motivos de inseguridad no solo se enfrentan a un sistema que carece de estrategias para garantizar sus derechos humanos una vez que llegan a un nuevo lugar
Roberto Hernández Roberto Hernández Publicado el
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En México hay alrededor de 380 mil personas desplazadas por la violencia de acuerdo con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH).

Estas víctimas del crimen no solo enfrentan la pérdida de su patrimonio, sufren daño psicoemocional y hasta la pérdida de identidad.

Quienes enfrentan este fenómeno violento pierden documentos, bienes materiales e incluso se pueden dar casos de agresiones familiares y separación.

De acuerdo con Lígia de Aquino, coordinadora del área de desplazamiento interno de la CMDPDH, la experiencia de las personas desplazadas depende del contexto en el que se encuentran, sin embargo, hay aspectos en común que suelen compartir: pierden su patrimonio, parte de su historia y terminan con un choque emocional una vez que regresan, si es que pueden.

“La mayoría de los desplazamientos que documentamos son en áreas rurales, entonces, muchas personas tenían ganado, cosechas y todo eso queda atrás.

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— CMDPDH (@CMDPDH) January 23, 2023

“Es muy común que se quemen casas y propiedades de las personas que huyen, lo cual genera un impacto emocional adicional porque no solo se vieron forzadas a dejar su hogar,  sino que si logran regresar ya no tienen casa ni pertenencias”.

Incluso, señala que las propiedades de las personas desplazadas llegan a ser ocupadas por miembros del crimen organizado, “usan los inmuebles ubicados en lugares estratégicos como oficinas o para acampar”.

Volver con la esperanza

Cuando la población desplazada se decide a regresar a su comunidad a veces lo hace acompañada de autoridades o en caravanas con el fin de resguardarse, y aunque saben que no pueden permanecer mucho tiempo en ese lugar, no pierden la esperanza de recuperar algo de lo que dejaron atrás.

“Regresan en caravanas solo para recuperar pertenencias, aunque no hay mucho que recuperar, hay animales muertos, las personas pierden documentos de propiedad, de identidad y eso también genera un impacto adicional porque dificulta el acceso a servicios públicos, de salud y el probar que tenían ciertas propiedades”, asegura Lígia de Aquino.

Además, señala que la burocracia en México, lejos de ayudar a las personas desplazadas, les complica la instalación en un lugar nuevo y seguro.

“Si se mudan de estado, para que puedan acceder al servicio público se les pide realizar un trámite en el que para solicitarlo les piden que regresen a su lugar de origen para pedir este cambio y eso pone en riesgo la seguridad de las personas”.

Por otra parte, retrata una realidad a la que se enfrenta la niñez.

“En el caso, por ejemplo, de niños, niñas y adolescentes se interrumpe su acceso a la educación y eso hace que se queden sin poder asistir a la escuela.

“Conocemos casos en los que aunque sí logran volver al sistema escolar, tienen que esperar al siguiente ciclo”.

Como cada año, @hrw publica su informe anual sobre la situación de derechos humanos en el mundo.🌐

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Se pulveriza la dinámica de vida

La mayoría de los desplazamientos forzados se han dado en zonas rurales, lo que obliga a las personas a inmigrar hacia cabeceras municipales o ciudades, es decir, sustituyen el campo por la urbe.

“Cambia mucho su modo de vida y eso genera un impacto todavía más grave en sus derechos y necesidades básicas porque personas que podían sembrar y de eso subsistían, ahora en un espacio urbano no tienen donde hacerlo, lo que se traduce en inseguridad alimentaria”.

Por otra parte, el analfabetismo, particularmente el digital, se torna en otro factor en contra.

“Se vuelve difícil conseguir trabajo porque en las ciudades para la mayoría de los empleos necesitas saber cómo usar una computadora u otras tecnologías, que es muy diferente a los modos de vida que tenían estas personas antes”, pues muchas de ellas provienen de comunidades indígenas.

“Las disputas entre grupos criminales presuntamente desplazaron a unas 300 familias de Sinaloa en 2020, convirtiendo al estado en el sexto con mayor número de personas desplazadas en el país, según datos publicados por la CMDPDH.”

Texto en @PdPagina👇https://t.co/14VKIwwPTA

— CMDPDH (@CMDPDH) January 10, 2023

Comida primero, identidad después

El sector más vulnerable ante los desplazamiento es el de las comunidades indígenas y, aunque pareciera que lo primero que se vulnera es su identidad, Lígia de Aquino explica que en realidad es el acceso a sus necesidades básicas.

“Las comunidades indígenas son afectadas de manera desproporcionada por los desplazamientos y lo primero que se nos viene a la mente es la importancia de su relación con el territorio y cómo eso afecta su identidad, pero el impacto económico y sobre las necesidades básicas están más presentes al hablar con las propias personas”.

Asegura que cuando se entrevistaban con ellas, las víctimas se enfocaban mucho en que lo más importante era conseguir comida y dónde vivir, “porque ahora eran diez personas en una cama”.

Sin embargo, considera que sí hay una afectación a la identidad a largo o mediano plazo, “pero primero habría que entender estas necesidades más primarias que se generan cuando la población tiene que desplazarse”.

📢Personas víctimas de violaciones a derechos humanos, pueblos indígenas y afrodescendientes de México, EEUU y Canadá exhortamos a nuestros presidentes a atender la violencia armada, crisis ambiental y la criminalización de la migración ⚠️@POTUS @JustinTrudeau @lopezobrador_ pic.twitter.com/RKYYuopBkQ

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Secuelas del terror

Lígia de Aquino considera que las secuelas tras vivir un desplazamiento forzado dañan severamente la salud mental de las personas.

“Las afectaciones psicoemocionales que sufren las personas desplazadas empiezan con el miedo”, explica Lígia de Aquino, investigadora del CMDPDH, pues asegura que dar un seguimiento de los casos es difícil, ya que las víctimas suelen ocultarse para evitar ser identificadas por el crimen organizado.

“En Michoacán las mismas personas desplazadas enterraban o quemaban sus documentos para que los grupos del crimen organizado no pudieran identificarlas, porque a veces tener un apellido o ser de una comunidad vincula a la gente con un grupo”.

En 2021 la violencia por grupos armados fue la principal causa de los #DesplazamientosMasivos en México.
📌 Te invitamos a conocer nuestro Informe anual 2021 sobre desplazamiento interno forzado.

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— CMDPDH (@CMDPDH) January 21, 2023

Además, acusa que las víctimas no reciben la atención psicológica necesaria por parte de las autoridades y faltan programas de apoyo y protocolos de prevención.

“Los porcentajes de población que recibe atención psicológica son muy bajos, al igual que los de personas que logran recuperar algún bien, sobre todo porque no hay mecanismos para la recuperación de bienes en casos de desplazamiento, no existe tampoco un servicio de atención psicológica para personas desplazadas como tal”.

Con esto coincide Israel Galicia García, psicólogo clínico y especialista en tanatología.

“Lo ideal por parte de las autoridades sería que no hubiera desplazamiento sino que lograran corregir esas problemáticas para que las personas no tuvieran que ser desplazadas a otros lugares”.

El especialista considera que si el Estado no puede frenar la violencia que genera los desplazamientos, lo ideal sería proporcionar a las víctimas las condiciones mínimas para que se respeten sus derechos humanos.

Los estragos que provoca el desplazamiento forzado en las personas trasciende el aspecto físico, pues este fenómeno puede generar serios trastornos. Foto: Especial
Los estragos que provoca el desplazamiento forzado en las personas trasciende el aspecto físico, pues este fenómeno puede generar serios trastornos. Foto: Especial

“En el lugar al que llegan tendría que haber condiciones básicas para que puedan subsistir de una manera digna, puedan alimentarse y tener un trabajo que ayude a cubrir sus necesidades más básicas.

“Se tendría que destinar un presupuesto significativo para esta situación porque no lo hay, pero no termina ahí, algo importantísimo es que hubiera programas con los cuales estas familias pudieran acudir a talleres donde se les brinde ayuda psicológica”.

De acuerdo con Israel Galicia García, las víctimas de desplazamiento forzado se enfrentan al miedo, la ira y la tristeza porque tienen que desprenderse de un lugar en el que han vivido, aunque haya sido en condiciones de violencia.

“La emoción del miedo está presente todo el tiempo, esto genera ansiedad, estrés y muchas situaciones que finalmente se pueden convertir en enfermedades físicas como padecimientos respiratorios, neurológicos o alteraciones en el sistema digestivo”.

Ruptura social

Israel Galicia García explica que el desplazamiento forzado fragmenta a las familias nucleares, lo cual deriva en que, si hay menores de edad, crezcan en el abandono y puedan terminar en ambientes hostiles.

“La tendencia lamentablemente tiene que ver con las familias con una dinámica disfuncional debido a todas las problemáticas a las que se van a enfrentar.

“Entonces termina desintegrándose porque todas estas presiones hacen que emocionalmente los padres estén inestables y eso se va a ver reflejado, van a sacar todas esas situaciones que se van acumulando y la manera en la que se expresa es con agresión”.

Las consecuencias de la migración obligada por los contextos de violencia que vive el país afectan profundamente a las comunidades. Foto: Especial
Las consecuencias de la migración obligada por los contextos de violencia que vive el país afectan profundamente a las comunidades. Foto: Especial

El especialista señala que cuando una persona enfrenta una cuestión de pérdida va a entrar en un proceso de duelo que consta de varias fases.

“La primera es negar su realidad, a la cual poco a poco se van a ir adaptando, pero es un proceso largo y obviamente no se va a dar de la mejor manera, entonces se va a juntar con una segunda etapa: la ira.

“Después de esto se viene una situación en la que ellos quisieran negociar, pero es una negociación idealista, situaciones que no van a tener, por lo tanto, van a acumular más frustración y pueden caer finalmente en trastornos mentales y psicológicos que empiezan a guiarse hacia un trastorno de la personalidad.

El fenómeno Zacatecas

El estado gobernado por David Monreal fue el centro de atención durante 2022 en el tema de desplazamiento forzado de personas.

En noviembre pasado, habitantes de El Durazno, en Jerez, denunciaron que su comunidad se convirtió en un pueblo fantasma. Era la tercera ocasión que levantaban la voz para pedir atención de las autoridades de Zacatecas ante el asedio de los grupos delictivos.

Otro caso es el de Valparaíso, donde en abril de 2022, el alcalde Eleuterio Ramos Leal, señaló que al menos 200 familias se habían visto obligadas a dejar sus hogares y reconoció que desde junio de 2021, al menos 17 regiones del municipio han corrido con la misma suerte.

“Durante 2021 nos llamó mucho la atención el tema en Zacatecas, un estado que había aparecido en nuestro mapa, pero por desplazamientos relacionados con la explotación de recursos naturales, a partir de donde se generaba violencia”, señala Lígia de Aquino.

En 2021, Zacatecas fue uno de los casos + emblemáticos de #DesplazamientoInternoForzado debido a la violencia armada.

Esta crisis provocó que 3,693 personas dejaran sus hogares para proteger su vida e integridad.

🗓 24 de enero | 🕒 4 pm | Más info👇#HuirParaSobrevivir👣 pic.twitter.com/Xj4fai52zo

— CMDPDH (@CMDPDH) January 13, 2023

Para 2022, la tendencia se mantuvo, pero cambiaron los motivos, los desplazamientos siguieron en el estado, pero ya más vinculados con la violencia.

La investigadora señala que los focos se centraron en Jerez y Valparaíso, “ahí hemos identificado múltiples eventos de desplazamiento”, pero la lista también la integran Fresnillo, Calera, Zacatecas, Monte Escobedo y Tepetongo.

La hipótesis de la CMDPDH sobre por qué se acentuaron los desplazamientos en Zacatecas giran en torno a la expansión territorial de los grupos del crimen organizado.

“En Zacatecas, pero también en Jalisco, vemos cada vez más desplazamientos porque hay disputas entre grupos del crimen organizado que están peleándose por dominio territorial y lo quieren expandir en esas regiones del país”.

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