Para muchos puede ser un simple cartón, para otros, una casa, un avión, un coche o el escodite preferido.
Así lo visualizó Tamara Bardasano y decidió apostarle a la creatividad y libertad de los niños para regresar a lo básico: los juguetes hechos con cartón reciclado, un toque ecológico.
No le importó la avalancha de tecnología e información a la que hoy están expuestos los niños. Se decidió y lanzó Mi Taton, una popuesta diferente.
Egresada del TEC de Monterrey en la carrera de Mercadotecnia, Tamara logró consolidar su empresa a través de las incubadoras que ofrece el Tecnológico de Monterrey.
A medidados del 2012 lanzó el avión/barco/coche, el primero de varios juguetes de cartón armables y autodecorables que propicia, además, el acercamiento y la participación entre padres e hijos.
Dejó la dirección que tenía en una empresa corporativa “para comenzar esta locura”. Y está muy contenta, confiesa.
“La idea de Mi Tatn nace hace 20 años, cuando tenía seis años y me gustaba jugar con las cajas de cartón.
“Mi lugar favorito era ir ‘Price Club’ y sentarme en el piso a ver todas las cajas que te daban para guardar tu compra. Esas cajas se convirtieron en la cama, la cuna, la mesa, el cambiador de mi muñeca y caja registradora”.
Y el sueño se hizo realidad, hoy Tamara Bardasano tiene una empresa que se enfoca a despertar la creatividad e imaginación de los niños a través de juguetes de cartón.
Pero sobre todo, explica, Mi Tatón ayuda a desarrollar la inteligencia emocional, porque con el armado de los mismos, usan el pensamiento lógico.
Al interactuar dentro del juguete, la psicomotricidad, y al armarlo y desarmarlo, el pensamiento simbólico.
El juguete viene dentro de un portafolio para transportarlo y guardarlo con facilidad.
Hoy en día, explica, el niño pierde esa parte creativa y se busca rescatar esa parte, así como vincular a padres e hijos en una convivencia que se está perdiendo.
Se busca que los papas se involucren en el armado del juguete.
No va en contra de la tecnología, aclara, viene a abonar al desarrollo de la imaginación en los niños.
“Creemos que los niños ya nacen con un chip, se trata de darles herramientas para que desarrollen la parte creativa, viene a cambiar las viejas generaciones, no las nuevas”.
Los juguetes se hacen con la colaboración de pedagogos, psicólogos y diseñadores “para que sea functional, pero atractivo visualmente”.
La idea se puso sobre la mesa y el plan de negocios se lanzó con la tutoría del TEC de Monterrey.
“Un juguete totalmente armable que funciona para niños de 3 a 11 años y que viene en un portafolio para transportarlo”.
Támara Bardasano está por lanzar el nuevo juego de té con bolsa y mantel integrados. Su sueño se hizo realidad, hoy es una empresaria.