Durante las actividades del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, México, el cineasta Álex de la Iglesia ofreció una clase magistral en la que profundizó sobre su estilo cinematográfico, caracterizado por su particular enfoque en el cine fantástico y thriller.
Ante un público que se reunió una hora antes de su presentación, De la Iglesia compartió su visión y filosofía detrás de sus películas, así como anécdotas personales y profesionales que han marcado su carrera.
El productor y guionista español describió su cine como una mezcla de “orden no respetado, absurdo, loco y con mucha exageración”. Afirmó que su pasión por el ridículo y su deseo de entretener han sido constantes en su carrera.
“Dirigir es como hacer una fiesta y que sea inolvidable con gente que disfrute algo que no ha visto nunca, hay un poco de parque de atracciones”, expresó el director de ‘Balada triste de trompeta’. Este enfoque lúdico y desmesurado se refleja en su estilo visual y narrativo, buscando siempre sorprender y desafiar al espectador.
Cine como vía de escape
De la Iglesia mencionó que, a pesar de no haber tenido una infancia triste, encontró en el cine una vía de escape. “Queremos aferrarnos a algo que te mantenga despierto. Es difícil enfrentarse a lo de siempre, esa sensación no de tedio, pero de vivir algo que ya se sabe”.
Esta necesidad de romper con la monotonía y ofrecer perspectivas excéntricas sobre la vida es un motor fundamental en su obra, aunque confesó que cada vez le resulta más difícil lograrlo.
El también productor destacó su interés en dar voz a los personajes marginales y a la locura. “Me gusta dar voz a los monstruos y la locura. De llegar a decir ‘no me puedo reír, pero hay un demonio que te cuestiona, en ese momento, pienso, la vida merece ser vivida”.
Según De la Iglesia, el desorden y la transgresión son esenciales para encontrar la felicidad y el sentido de la vida, un tema recurrente en sus películas.
Admiración por Guillermo del Toro
En su charla, Álex de la Iglesia también expresó su admiración por su colega y compatriota Guillermo del Toro. Alabó su capacidad para combinar elementos fantásticos con historias profundamente humanas, destacando su maestría en la creación de mundos únicos y su habilidad para infundir emotividad y profundidad en cada uno de sus proyectos.
“Guillermo del Toro es un maestro en dar vida a lo extraordinario y hacer que nos importe profundamente. Su pasión y dedicación al cine son inspiradoras”.
Durante su clase magistral, el director de ‘El día de la bestia’ compartió anécdotas sobre sus inicios en la industria, incluyendo la historia con un productor que le hizo replantear su visión al decirle que una de sus películas no era buena.
Destacó la importancia de la perseverancia y la pasión desenfrenada por el cine, algo que, según él, es cada vez más difícil de encontrar en la industria actual. “Sobrevivir es apoyar romper una fisura, divertirte y no prestar atención a nadie”, afirmó.
También discutió por qué no realizó proyectos como una película sobre ‘Alien’ o una cinta sobre El Santo. Explicó que no tiene una ‘ambición desmedida’ y se refirió al documental y canción de C. Tangana como ejemplos de su filosofía. Además, reveló que hubo conversaciones sobre hacer una película de El Santo con Ryan Gosling, pero las diferencias creativas y culturales impidieron su realización. “Solo hay dinero si lo encuentras. La película se hace si logras convencer de que será rentable, y si no se hace, se perderá dinero”.
El cineasta expresó su admiración por figuras como Francis Ford Coppola y George R. R. Martin. De Coppola dijo que es un dios por haber conseguido llevar la contraria y hacer lo que él quiere. Sobre Martin, destacó su capacidad de sorprender y encantar, describiéndolo como una persona maravillosa.
Álex de la Iglesia concluyó su charla subrayando su preferencia por un cine “tostado, excesivo y exagerado”, con errores y personajes que no encajan. “No voy a hacer El Padrino ni Titanic porque son perfectas y no me interesa hacer cine así. Es como en el amor y la vida. Actores exagerados con rostros que marcan una diferencia y fuerza”.
Su enfoque se centra en historias únicas y provocativas, como en ‘La noche del demonio’, donde prefiere sugerir más que mostrar, desafiando continuamente las expectativas del público y los críticos.