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México: un país de banda estrecha

La implementación de una verdadera banda ancha en México parece un camino cuesta arriba. 

Apenas hace un mes, México fue exhibido como el país con menor acceso a banda ancha entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Las cifras de las autoridades no dejan lugar a dudas: solo el 16 por ciento de la población ha tenido acceso al programa México Conectado, principal bandera del actual Gobierno Federal para lograr el acceso de los habitantes a Internet de banda ancha.

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de los espacios con Wi-Fi público son operados por Megacable, Operbes y Iusacell, pertenecientes al consorcio Televisa
Apenas el 16 por ciento de la población ha obtenido acceso a Wi-Fi público, el cual está repartido en el 96 por ciento de los municipios, la mayoría de los cuales coinciden con los sitios donde se ha concentrado la Cruzada contra el Hambre
“El hecho de que uno de los países pertenecientes a esta organización haya elevado el techo de velocidad de descarga, empujará a la alza la cifra promedio para el resto los países miembros”
The Competitive Intelligen Unit
Telmex, Axtel y Cablevisión tienen la menor cantidad de contratos, con 3 mil 135, 3 mil 345 y 938 respectivamente
https://www.youtube.com/watch?v=dxu92dtQfpE

La implementación de una verdadera banda ancha en México parece un camino cuesta arriba. 

Apenas hace un mes, México fue exhibido como el país con menor acceso a banda ancha entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Las cifras de las autoridades no dejan lugar a dudas: solo el 16 por ciento de la población ha tenido acceso al programa México Conectado, principal bandera del actual Gobierno Federal para lograr el acceso de los habitantes a Internet de banda ancha.

De los 65 mil 149 sitios que el gobierno ha logrado conectar en el país, solo 4 de cada 10 tienen acceso a Wi-Fi público.

Esta situación se agrava con la decisión que tomó el pasado 29 de enero la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés), en una controvertida votación de tres a dos, de aumentar el umbral de la velocidad de banda ancha. 

Estas nuevas regulaciones, aunadas a las bajas cifras de logros actuales, los precios y la mala calidad del servicio, elevan la cuesta en el camino del país a una mejor conectividad.

Una meta compleja

El gobierno mexicano tiene durante este año la presidencia de la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA).

En esta iniciativa multilateral, los gobiernos de 63 países miembros trabajan en conjunto con la sociedad civil para promover la participación ciudadana, incrementar la transparencia, combatir la corrupción, y usar la tecnología como habilitador de esta apertura.

“En México, la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA) es un espacio de diálogo e intercambio de ideas que, en colaboración con la sociedad civil, permite que el gobierno asuma compromisos para transformar la calidad de vida de las personas”, refiere la página de Internet de la iniciativa.

La meca de este programa es el portal gob.mx, el cual hasta ahora solo contiene información de la Presidencia de la República.

Estados Unidos nos rebasa

El 30 de noviembre, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) anunció que había logrado, con un mes de antelación, la meta de 2014 de conectar 65 mil sitios públicos a Internet de banda ancha.

El mapa de acceso a estos sitios actualizado por esa dependencia muestra que, actualmente, solo 28 mil 142 de éstos ofrecen Wi-Fi público, es decir, de acceso para la población. 

Lo demás son servicios regulares de conexión que tienen las dependencias federales en sus oficinas, como se desprende del desglose de cada uno de los “sitios conectados”. 

El proyecto forma parte del programa México Conectado, que busca lograr la inclusión de este tipo en 250 mil lugares públicos, “incluyendo escuelas, clínicas y hospitales en todo el país”, dijo en diciembre pasado el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, en una comparecencia en la Cámara de Diputados. 

El mapa de los lugares conectados muestra que las compañías pertenecientes al consorcio Televisa han sido las más beneficiadas por estos contratos. 

En conjunto, Megacable, Operbes y Iusacell operan 24 mil 480 de estos espacios, es decir, más de una tercera parte.

Le siguen en importancia GSAT Comunicaciones, con 8 mil 697, Grupo Pegaso, con 5 mil 62 y Telecomm Atlas, con 4 mil 134.

Telmex, Axtel y Cablevisión tienen la menor cantidad de contratos, con 3 mil 135, 3 mil 345 y 938 respectivamente. 

Estos logros, sin embargo, están lejos de eliminar a México de su puesto como el peor conectado de la OCDE. 

Y poco ayudan las nuevas disposiciones tomadas el 29 de enero por la Comisión Federal de Comunicaciones Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés), el principal socio comercial del país. 

El organismo espejo del Instituto Federal de Telecomunicaciones en ese país otorgó mayor poder para que los proveedores de servicios de Internet mejoren su servicio, lo cual deja a México aún por debajo de los estándares internacionales en conectividad. 

Hasta la semana pasada, un usuario en Estados Unidos que pudiera descargar de Internet a 4 megabits por segundo se consideraba poseedor de banda ancha. 

Ahora, este  mismo usuario debe poder hacerlo a 25 megabits por segundo y 3 megabits para cargar contenido desde sus aparatos electrónicos a la red. 

Con esto, de los 19 millones que antes no tenían banda ancha en EU, ahora serán 55 millones, esto es, el 17 por ciento de la población, según datos oficiales de la FCC.

El diario The Guardian publicó que las decisiones de esta Comisión han provocado una polémica con las principales proveedoras del servicio: Verizon, Comcast y AT&T, la misma que adquirió en México primero a Iusacell y luego Nextel el 26 de enero, tres días antes del cambio en la regulación estadounidense. 

La reacción de la industria en EU ha sido una crítica al aumento de la velocidad, con una postura basada en que la FCC “ignora el uso que le dan al Internet los usuarios en EU”.

Efectos negativos

La decisión de EU de aumentar del umbral

de la velocidad de banda ancha pone énfasis sobre la diferencia que hay en Méxco entre la velocidad que compran los usuarios cuando firman el contrato y la que verdaderamente reciben en sus hogares

La decisión que tomaron los comisionados de telecomunicaciones en Estados Unidos la finales de enero de este año es una mala noticia para México. 

En principio, confirma los datos de la OCDE sobre la baja velocidad de banda ancha en el país, la peor entre todos los miembros, 16 lugares por debajo del promedio de los países que pertenecen a esta organización.

Además pone énfasis sobre la diferencia entre la velocidad que compran los usuarios cuando firman el contrato y la que verdaderamente reciben en sus hogares.

Con esto, disminuye los resultados del programa México Conectado, principal bastión de la actual administración federal en materia de conectividad que ayude a una mejora en la calidad de vida de la población.

Los especialistas Rolando Alamilla y Radamés Camargo, de la consultora The Competitive Intelligen Unit, consideraron que el promedio de la OCDE es de una velocidad efectiva de descarga equivalente a una cuarta parte de lo que ofrecen los operadores, es decir, que no supera los 10 megabits por segundo. 

Esta estadística en México decae de 11 megabits por segundo ofrecidos a nunca más de cuatro logrados en la práctica.

“El hecho de que uno de los países pertenecientes a esta organización haya elevado el techo de velocidad de descarga, empujará a la alza la cifra promedio para el resto los países miembros”, escribieron los analistas. 

Esto pone a México “en un estado de mayor rezago en el tema conectividad y demuestra la incapacidad que ha tenido el mercado para alcanzar los estándares tecnológicos que predominan en el mundo”, determinaron.

El Internet no es para todos

Los resultados del programa México Conectado, hasta ahora una cuarta parte de la meta que se impuso el actual gobierno para 250 mil sitios públicos, han sido principalmente en escuelas, centros de salud, centros comunitarios y oficinas de gobierno.

Al cierre del año pasado, apenas el uno por ciento de los sitios conectados eran lugares abiertos, de acuerdo con las cifras oficiales que ha divulgado la SCT. 

Esto significa que en el país solamente se han colocado antenas Wi-Fi libres para acceso de la población en 650 espacios en los 32 estados del país, es decir, en menos de 20 espacios públicos por cada entidad.

La SCT divulgó el 31 de enero un boletín en el que anunció que estos espacios beneficiaban a 18 millones de mexicanos, en voz de la Coordinadora de la Sociedad de la Información y el Conocimiento, Mónica Aspe Bernal.

Estas cifras reconocen que apenas el 16 por ciento de la población ha obtenido acceso, el cual está repartido en el 96 por ciento de los municipios, la mayoría de los cuales coinciden con los sitios donde se ha concentrado la Cruzada contra el Hambre, el principal proyecto social del actual sexenio.

Este promedio está muy por debajo de otras ciudades como Nueva York, que este año tendrá red inalámbrica gratuita en toda la ciudad, Santiago de Chile, que contará con 100 espacios públicos con Internet, o Buenos Aires, que terminará el 2015 con 78 espacios.

El precio anunciado por el Internet de banda ancha también es el más caro de la OCDE. 

Un estudio presentado a la Cámara de Diputados por el exdiputado Rodrigo Pérez-Alonso antes de la reforma en telecomunicaciones ya mostraba que el precio mensual por cada megabit de Internet en 2010 era de 41.98 pesos.

Mientras, en Corea del Sur, el país con el Internet más veloz del mundo, apenas pagaban 1.76 dólares mensuales.

El informe de la SCT de diciembre pasado reconoció que en el país existe una “brecha digital”, pero las regulaciones actuales aún no muestran presiones sobre las compañías para mejorar la velocidad ni bajar los precios.

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