El reciclaje, las energías limpias, la sustentabilidad y la circularidad de los insumos avanzan lento en México, uno de los 13 países más contaminantes del planeta. Y aunque han habido esfuerzos por parte de organizaciones sociales, activistas y algunos gobiernos, estamos muy lejos de convertirnos en una nación verde.
Un ejemplo de esto son los residuos, pues en México se separan menos del 10 por ciento. Además, a diario en el país se producen más de 120 mil toneladas de basura, pero 19 mil no se recolectan nunca, por lo que muchas veces terminan quemados, en el drenaje, en las carreteras o directamente en los mantos acuíferos.
Oficialmente, en el país existen alrededor de mil 600 basureros al aire libre, sin contar varios “tiraderos” clandestinos. En ellos conviven desechos orgánicos, inorgánicos e incluso tóxicos, ya que solamente el 5 por ciento de los que se recolectan son separados
Si la basura no está separada no se puede reciclar. Alrededor del 87 por ciento de los residuos en México terminan en estos basureros y tan solo el 13 por ciento en los rellenos sanitarios, un sistema que contamina menos pero que en varios países ya es obsoleto y fue cambiado hace muchos años por plantas de reciclaje.
Esta realidad contraviene varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas a los que se comprometió México a cumplir a más tardar en 2030.
La reforma legislativa precisa que corresponde al Estado y a la sociedad conservar, restaurar, desarrollar sosteniblemente y proteger la biodiversidad, los ecosistemas y el equilibrio ecológico.
A pesar de la importancia de la misma, no se terminó de materializar en este periodo ordinario de sesiones.
Promesas sin estrategia en México
Durante la 27º Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2022, los 197 países asistentes se comprometieron a llevar a cabo varias acciones para lograr la reducción del aumento de la temperatura y mantenerla en 1.5 grados.
El canciller Marcelo Ebrard, representante de México, aumentó la meta de reducción de emisiones de 22 a 35 por ciento para 2030 (52 millones de toneladas de carbono), invertir 48 mil millones de dólares y generar el doble de la emisión actual de energías limpias.
La estrategia principal del Gobierno federal para reducir 4 mil millones de toneladas de dióxido de carbono es el programa Sembrando Vida, pero un estudio del Centro de Investigación en Política Pública (IMCO) reveló que este no cuenta con un sistema de monitoreo, ni con mecanismos de seguimiento, evaluación y reporte de captura de carbono que ayuden a evaluar su cumplimiento.
Además, durante el primer año del programa, solamente sobrevivió el 7 por ciento de los árboles plantados.
México también propuso el uso de transporte de bajas emisiones de carbono. Sin embargo, para lograr dicha meta para 2030, se requiere que el 50 por ciento de los vehículos vendidos sean cero emisiones (600 mil vehículos eléctricos por año) y para ello se necesitan nuevas políticas públicas como subsidios o incentivos que actualmente no existen.
El otro objetivo del Gobierno de México es aumentar la generación de energía solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica para reducir emisiones contaminantes, lo que representaría una inversión de 48 mil millones de pesos.
A pesar de la promesa de las autoridades, el IMCO señala que no está claro cómo se logrará la implementación y operación de centrales de energía renovable en la administración actual.
‘Tenemos potencial’
René Rosado, director de la Carrera de Gobierno y Transformación Pública en el TEC de Monterrey, comenta que México tiene todo el potencial para ser uno de los países más verdes del mundo.
Un ejemplo de esto, es que en el 90 por ciento del territorio nacional se puede generar energía fotovoltaica.
“Tenemos el potencial de ser uno de los países más verdes del mundo y no lo somos por la descoordinación y la falta de incentivos. No es que todo esté perdido, tenemos legislaciones muy favorables, pero la falta de coordinación es un gran reto ya que la estructura de nuestro país es complicada y existen distintos tipos de intereses”, comenta.
Sobre el papel de la actual administración, Rosales considera que ha dado señales mixtas, es decir, ha realizado cambios favorables, pero también ha propiciado que prácticas malas continúen, como la generación de energía a través de combustibles fósiles.
Finalmente, el especialista recomienda ver lo que se está haciendo en el extranjero para importar ideas.
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