México y Norteamérica no cuentan con elementos suficientes para reducir sus importaciones de origen chino

La gran economía asiática ha logrado adquirir diversas ventajas a partir de una dinámica comercial asimétrica y desigual en términos tecnológicos
Gabriel Nava y Santiago Nolasco Gabriel Nava y Santiago Nolasco Publicado el
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Pese a que las tensiones comerciales en la región norteamericana han obligado a las autoridades económicas y hacendarias del país a replantear su vinculación con las exportaciones chinas, será una tarea difícil de cumplir ante la presencia que la gran economía asiática tiene en México e incluso dentro de Estados Unidos.

Detrás del gran dinamismo comercial que tiene Norteamérica, y que le ha llevado a generar el 30 por ciento del Producto Interno Bruto global, se encuentra la presencia de las exportaciones chinas; cuestión que en consideración de las autoridades políticas de la región ha jugado un papel estratégico desde México.

No obstante, gracias a los beneficios que la industria estadounidense ha obtenido de la producción china y la manufactura mexicana durante las últimas décadas, se ha generado una nueva relación triangular entre tales naciones; cuestión que se encuentra lejos de finalizar más allá de lo que los liderazgos políticos actuales involucrados planteen, explicó a Reporte Índigo, Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Se ha desarrollado un proceso profundo de sustitución de importaciones de Estados Unidos respecto a las mercancías de procedencia china, impulsado por las propias empresas y clientes estadounidenses; sin embargo, las importaciones chinas son utilizadas en México por la manufactura, que tiene como destino tanto el mercado doméstico como el exterior”, destacó el académico.


Una práctica que la gran economía asiática ha consolidado no solo dentro de la región norteamericana, en la que incluso ha logrado acotar la brecha dentro del liderazgo de las importaciones mexicanas, señaló a este medio Irwing Rico, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

“Esta desigualdad es un elemento fundamental que China ha utilizado para acceder a distintos mercados y para poder tener influencia política, no solo en México, sino en distintos países de América Latina, por ejemplo Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, por mencionar; en donde también han logrado penetrar de manera profunda las capas sociales y económicas de esos países”, dijo.

En 2023 China ya figuró como el principal país exportador a nivel internacional, de acuerdo con el Centro de Comercio Internacional (ITC), y el segundo socio comercial más influyente en México.

Tecnología, el punto clave de la ventaja comercial china

Gracias al desarrollo tecnológico que China ha logrado generar durante las últimas décadas resulta complejo que otras naciones puedan desvincularse de sus exportaciones, que actualmente figuran como la base del proceso productivo de un sinfín de mercancías, coincidieron los catedráticos consultados.

Al respecto Irwing Rico sostuvo que “China se ha configurado como la gran fábrica del mundo, prácticamente cualquier material o producto viene de la gran economía asiática y eso la ha consolidado como una potencia comercial. Actualmente hay esfuerzos por consolidarla como un referente tecnológico, lo que la ha llevado a implementar prácticas expansionistas y extractivistas”.

Para el caso mexicano, Enrique Dussel Peters sentenció que “no es solo una escandalosa relación asimétrica, sino que el contenido del comercio entre ambos países se diferencia resultado del escalamiento tecnológico de China”.

Prueba de lo anterior es que mientras México exporta a la nación liderada por Xi Jinping diversos minerales, accesorios para la producción de vehículos o tableros y consolas para el control eléctrico; importa desde dicha nación teléfonos, incluidos móviles y de otro tipo de redes inalámbricas, circuitos electrónicos integrados y hasta partes y accesorios de maquinaria, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (SE).

La vinculación a las mercancías chinas es una relación que no se detendrá

Los especialistas entrevistados destacaron que a pesar de la asimetría comercial que existe entre México y China, además del contraste en el intercambio de bienes que sostienen y su impacto dentro de la economía estadounidense, ha sido tan profunda la vinculación que se ha generado entre tales economías que resulta inviable y complejo lograr que la presencia de las exportaciones de la potencia asiática se reduzcan al mínimo posible.

Incluso consideraron que más allá de las estrategias que los liderazgos políticos vigentes en México y Estados Unidos puedan llegar a implementar, China continuará presente a partir de sus exportaciones, pues la base del desarrollo económico de esos países y de la región se ha basado, desde hace décadas, en tales mercancías.

México y China han sostenido una relación de comercio desigual por décadas

La relación comercial entre México y China tiene una constante desde 1993: es deficitaria. Esto quiere decir que el país compra más de lo que vende al gigante asiático y en los últimos años tal situación se ha profundizado.

La información de la Balanza Comercial del Banco de México (Banxico) refiere que el déficit comercial con China se ubicó en 104 mil 133 millones de dólares en todo el 2023.

Lo anterior toma relevancia porque desde el 2014 el déficit comercial ha incrementado en casi dos veces al subir desde los 60 mil 293 millones de dólares.

Banxico refiere que la balanza comercial entre ambas naciones se ha ubicado en 100 mil 41 millones de dólares entre enero y octubre de este año. La cantidad es mayor a los 86 mil 240 millones de dólares registrados en el mismo periodo del 2023.

Alejandro Saldaña Brito, economista en jefe de Grupo Financiero Ve por Más (BX+), mencionó a Reporte Índigo que el déficit comercial con la segunda economía del mundo ha resurgido y esto conlleva a analizar qué tipo de productos está comprando en México.

Por su parte, Raúl Ornelas Bernal, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo a este espacio que el país va a ser siempre deficitario con China debido a la condición semi industrializada que impera en la nación latinoamericana.

“El déficit lo que quiere decir es que la mayor parte de las cosas que necesitas para atender tu mercado lo estás recibiendo de afuera, ya sean como insumos o sean bienes terminados”, acotó Ornelas.

Además consideró que México todavía no tiene bases propias con las cuales mantenerse en la competencia mundial. No obstante, mencionó que el déficit con China también le ocurre a Estados Unidos.

Prueba de ello es que la primera economía del mundo tiene un déficit comercial de 235 mil 500 millones de dólares entre enero y octubre de este año con la potencia asiática.

México no tiene la capacidad de China para producir lo que requiere

Alejandro Saldaña Brito comentó que será difícil que México pueda sustituir las importaciones chinas debido a que no cuenta con la capacidad de producción necesaria y puso de ejemplo el aluminio que proviene de China. Sin embargo, dijo que México tendría que revisar “parte por parte” para detectar espacios en donde se pueda aplicar dicho reemplazo.

“La producción de acero y aluminio en Norteamérica en los últimos años fue desplazada justamente por China y retomar esa producción es muy complicado”.

Las importaciones de aleaciones de aluminio chino en México pasaron de 25 millones de dólares en 2018 a 62 millones de dólares en 2023.

Las importaciones estadounidenses subieron de 504 millones de dólares a 529 millones de dólares, sin embargo han perdido participación de mercado, de acuerdo con la información de la Secretaría de Economía (SE).


Por su parte Raúl Ornelas Bernal mencionó que el gobierno actual de la presidenta Claudia Sheinbaum tiene una perspectiva errada con la sustitución de importaciones.

“Es un cálculo de qué posibilidades tiene México de competir en el mercado mundial y que está sobreestimando la posibilidad de desarrollar las mercancías más modernas”, declaró el académico.

De acuerdo con información de la SE, lo que México más importa de China son teléfonos móviles, así como partes y accesorios de máquinas.

Presiones de Estados Unidos para disminuir la presencia comercial de China

El catedrático explicó que sustituir importaciones sería entrar “en el juego del comercio administrado” el cual ya no se rige por los términos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

“Sino que nos regimos por las presiones de Estados Unidos, entonces si Estados Unidos le parece que una manera de frenar a China, en esta competencia global, es impedir que entre México”, mencionó.

En consideración suya en lugar de estar pensando en la sustitución de importaciones de mercancías o insumos chinos, que benefician a “los grandes capitales transnacionales” se tendría que impulsar en abastecer las reservas alimentarias mínimas del país.

Alejandro Saldaña Brito postuló que, de cara a la revisión del T-MEC, habrá que buscar esa sustitución en importaciones, particularmente “va a haber un apetito interesante en industrias como la automotriz o autopartes y desarrollar componentes electrónicos o microprocesadores”.

“La industria automotriz mexicana es bastante desarrollada y pudiera expandirse a otros componentes que hoy realmente no se producen en el país”, sostuvo el analista.

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