Con la postura a dos manos del Gobierno mexicano, la creciente presión del estadounidense y los acercamientos del ruso, el panorama para lo que resta del conflicto ocasionado por la invasión a Ucrania se avizora complejo, pues, guardadas las proporciones, México podría sufrir un castigo similar por desafiar a la potencia con la que comparte frontera.
Si bien resulta prácticamente improbable que Joe Biden tome represalias militares contra México, Donald Trump, quien se encuentra en campaña presidencial rumbo a 2024, aplaudió la estrategia bélica de Vladimir Putin de reconocer la independencia de regiones de Ucrania para invadirlas, adelantando que “podríamos usar eso en nuestra frontera”.
Gabriela Nava, analista de inteligencia por el Centro William J. Perry, recalca que “México no puede soslayar que somos frontera con Estados Unidos”, ya que si bien este ha perdido su hegemonía, sigue habiendo un hipervínculo en materia económica, política, social y tecnológica del que México depende en gran medida.
Por otro lado, aunque se busque una supuesta afinidad ideológica con Rusia, sigue estando del otro lado del mundo y México se encuentra fuera de su esfera de influencia.
“Si cree el Gobierno que Rusia podría hacer una intervención o posicionarse a favor de México para oponerse a los estadounidenses, es una ingenuidad”.
Aunque el Gobierno mexicano tuvo una mayor solidez a nivel estatal que Ucrania, factores como el crimen organizado y la destrucción de instituciones la han mermado. Por lo que “hoy, a partir de esa debilidad del Estado, claro que nos coloca en una posición de riesgo de una posible intervención, no tanto militar, pero sí económica y política por parte de Estados Unidos”.