Mexicanos, sin protección ante las sectas

La libertad de culto en México ha sido aprovechada por líderes religiosos, sociales y espirituales para abusar de su poder y de sus seguidores, un delito que es penado en gran parte del mundo
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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México es un paraíso para sectas y grupos religiosos que históricamente han delinquido y violado los derechos humanos de muchos de sus seguidores.

Esto se debe a que en el país no existe ninguna legislación que castigue los abusos de estas sectas ni sus relaciones coercitivas, por lo que víctimas de grupos como NXIVM, Shen Yun o la Luz del Mundo quedan desamparadas.

Debido a esta situación, especialistas exigen la necesidad de una ley para prevenir, tratar, gestionar, combatir y sancionar las actividades que realizan estos grupos.

En su artículo 24, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece que todas las personas en el país tienen derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia, religión y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado.

Dicha libertad incluye el poder participar individual o colectivamente, tanto en público como en privado, en las ceremonias o actos de culto, siempre y cuando no constituyan un delito.

Además, con la reforma de 1992 se adicionó a dicho artículo que el Congreso no podrá dictar leyes que establezcan o prohiban religión alguna.

No obstante, una cosa es la libertad de culto y otra muy distinta es que sus líderes religiosos, sociales o espirituales, aprovechen su autoridad para someter y controlar a sus adeptos.

Combatir la persuasión coercitiva

Carlos Bardavío Antón es un abogado español doctor en derecho penal autor del libro “Sectas criminales y coercitivas en Derecho penal mexicano”, en el cual desarrolla la figura del delito de persuasión coercitiva, un ilícito que opina debería de ser legislado para incluirse en el Código Penal Federal.

En entrevista con Reporte Índigo, explica por qué México es un territorio fértil para estos grupos que manipulan, delinquen y violan los derechos humanos de la ciudadanía, llámense religiosos, espirituales o incluso empresariales como el coaching.

“México es un país muy religioso, con un gran pensamiento mágico y de rituales. Sin embargo, hay muchos líderes, personas y grupos que pueden ser parte de sectas religiosas o grupos pseudoterapéuticos que abusan de su autoridad y su fama para someter y controlar a sus adeptos.

“Esto se llama en la ciencia de la psicología persuasión coercitiva y en México no hay ningún artículo o ley que proteja a los ciudadanos de ser controlados y dominados en su capacidad de voluntad”, comenta.

Lo más cercano que tendríamos en el país a una legislación al respecto está en el Código Penal Federal, el cual dicta sanciones para la superchería popular, es decir, cuando un sujeto intenta abusar de la ignorancia de otra por un beneficio económico.

“En España existe un artículo que sanciona a las asociaciones que utilizan el control o la alteración de la personalidad, aunque sea para fines lícitos, es decir, aunque sea para hacerlos más felices o un bien. En Francia existe un delito que se llama manipulación psicológica. En Bélgica existen unos artículos que protegen a los ciudadanos de no ser dominados en su capacidad de voluntad. Es un problema que existe en todos los países”, agrega.

Construyendo los cimientos

Hace unas semanas, Bardavío Antón, presentó en el Congreso de la Unión en la Comisión Bicamaral de Concordia y Pacificación, que preside el diputado morenista Alfredo Vázquez Vázquez, su libro.

Confiesa que él no los buscó y que le sorprendió que un legislador mexicano organizara la presentación, ya que eso habla de que en el país se están comenzando a sentar las bases para legislar en contra del delito de persuasión coercitiva.

“El que haya interés por parte de diputados a nivel federal de conocer la problemática ya dice mucho. En Europa, cuando se comenzó a legislar sobre este tipo de problemáticas, pasaron de 10 a 15 años para que salieran los primeros informes.

“Estamos en los inicios en México de cierta preocupación por parte de los políticos, de la policía y de la psicología y eso hace pensar que estamos ante un primer cimiento para poder regular de manera más efectiva y proteger a los ciudadanos de esta problemática”, dice.

Cortar las raíces

En 1998 Keith Raniere fundó la organización “Programas Ejecutivos de Éxito”, a través de la cual impartía talleres motivacionales.

En 2003, Keith Raniere, creó NXIVM, la cual contaba con un centro operativo en México y con aliados en la cúpula política y empresarial del país.

Dentro de la organización, Raniere formó una sociedad secreta llamada “DOS”, en la cual las mujeres eran forzadas a ser esclavas sexuales y se les marcaba con un hierro al rojo vivo. Todo esto a través de la persuasión coercitiva.

En 2019, Raniere fue condenado en Estados Unidos a una pena de 120 años de prisión por los delitos de trata de personas, explotación sexual, pornografía infantil y extorsión.

En 2003,Keith Raniere, creó NXIVM, la cual contaba con un centro operativo en México y con aliados en la cúpula política y empresarial del país. Foto: Especial
En 2003,Keith Raniere, creó NXIVM, la cual contaba con un centro operativo en México y con aliados en la cúpula política y empresarial del país. Foto: Especial

A pesar de que la organización tuvo profundas raíces en México y varios connacionales estuvieron involucrados, no ha habido ninguna sentencia al respecto.

Otro caso emblemático en el país fue el del líder de la Iglesia La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, quien fue condado en Estados Unidos a 16 años y 8 meses de prisión por tres cargos de abuso sexual contra menores de edad.

Naasón además es acusado por tráfico de personas y pornografía infantil junto con otros integrantes de su congregación que actuaron como cómplices o facilitaron la comisión de estos ilícitos.

Por llamada telefónica desde prisión, el líder religioso dijo ante miles de adeptos que se reunieron en Guadalajara, como cada año, en la Santa Cena, que todo fue un “capricho de la carne”.

“No hay un estado más triste y lastimoso que el del pecador, sumido en el fango de la culpa, el sadismo de la malicia, todo por un capricho de su carne, por un antojo malsano y un engaño suave que le acarreó los peores males.

“Un placer de momento que los dañó toda su vida, en copa dorada les da a beber el veneno Satanás y reciben a cambio las punzantes espinas del remordimiento. Por eso, humildemente intervengo ante tu presencia bendita buscando tu misericordia y perdón”, dijo.

Al comentar sobre estos dos casos, el abogado especialista en sectas, Carlos Bardavío Antón, insiste en la falta de una legislación para penar la presión coercitiva y los delitos de estos líderes religiosos o sociales.

“Todas las normas constitucionales regulan, como derecho fundamental, la libertad de conciencia y religiosa. Sin embargo, muchas personas cuando tienen poder, como el caso de Joaquín Naasón, abusan y cometen delitos.

“En México llama la atención que no se abrió una investigación más depurada en su contra. Creo que a diferencia de Estados Unidos y Europa hace falta una legislación que garantice el ejercicio de la libertad de conciencia, pero sin abusos de sus líderes o miembros activos”, explica.

Ejercer la ley

Para profundizar en el tema de los abusos de líderes religiosos y espirituales en el país, así como en las posibles soluciones desde el Congreso de la Unión, Reporte Índigo platicó con dos legisladores federales.

En entrevista, el diputado de Morena, Azael Santiago Chepi, dice que ante la proliferación de sectas y grupos religiosos en el país, es necesario mantenerse atentos sobre su conducción, para así evitar que cometan actos que vulneren los derechos de las personas o rebasen los límites de la legalidad.

“Somos un país democrático donde se ejerce la participación, pero hay que estar muy atentos respecto a la organización y funcionamiento de estos grupos para que no se utilicen para vulnerar derechos”.

Cuestionado sobre si es necesario una ley para prevenir, combatir y sancionar las actividades que realizan algunas sectas o grupos religiosos, el legislador oaxaqueño comenta que no es necesario, ya que actualmente existen normas vigentes que defienden los derechos humanos.

Legisladores federales coinciden con que la legislación vigente en el país es suficiente para castigar a aquellos líderes que abusan de su poder, sin embargo, el Poder Judicial debe fortalecerse y las autoridades estar atentas. Foto: Especial
Legisladores federales coinciden con que la legislación vigente en el país es suficiente para castigar a aquellos líderes que abusan de su poder, sin embargo, el Poder Judicial debe fortalecerse y las autoridades estar atentas. Foto: Especial

Por su parte, en el Senado de la República, la legisladora Claudia Anaya Mota, del PRI, señala que en caso de que una persona o un grupo decida denunciar un abuso sexual por uno o varios dirigentes religiosos, tiene que acudir a alguna agencia del Ministerio Público, en donde la Constitución Política y sus leyes secundarias tienen la obligación de protegerlas, pero muchas veces no de denuncia por la desconfianza en las autoridades.

También recalca que el mayor problema por el que atraviesa el país es el debilitamiento de las instituciones, un flagelo que provoca que en los lugares en donde se imparte justicia se carezca de los elementos necesarios para iniciar una carpeta de investigación sólida.

“En la mayoría de los Ministerios Públicos no se dan abasto por el cúmulo de denuncias, por lo que muchas veces los jueces se ven obligados a dejar libres a presuntos responsables por falta de pruebas”, acusa.

En ese sentido, la legisladora por Zacatecas lamenta que el Gobierno federal destine cada vez menos recursos al Poder Judicial.

“Las leyes ahí están, pueden mejorarse, pero el problema inicia con el debilitamiento de las instituciones”, asegura.

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