La avenida Cristóbal Colón, una de las principales vialidades de Monterrey, se ha transformado en un sitio inseguro, con negocios cerrados y un alto índice de indigencia, pese a que durante años gozó de una intensa vida comercial, con miles de pesos moviéndose día con día en los establecimientos emplazados en este sitio.
El declive de la zona comenzó a registrarse al final de la década de 1980, poco antes de la construcción de la Línea 1 del Metro. En aquel momento, la avenida contaba con numerosos establecimientos, entre los que se contaban discotecas, zapaterías, tiendas de ropa, mueblerías, talleres mecánicos, panaderías, tiendas de conveniencia, hoteles, museos, entre otros.
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— iván (@gajodeluz) April 24, 2023
Sin embargo, en el momento en el que el Metro se convirtió en el principal ‘inquilino’ de la avenida, el resto de los negocios comenzaron a caer por falta de clientes, ya que la mayoría de personas que pasaban por el lugar lo hacían por arriba, lo que obligó a muchos a cerrar sus puertas.
En un recorrido realizado por Reporte Índigo, se comprobó que en la zona comprendida desde la llamada ‘y griega’, que se encuentra al oriente, hasta la terminación de la avenida, en su cruce con Pablo A. González, existen al menos 132 locales cerrados, una cantidad importante tomando en cuenta que se trata de una vía céntrica.
Apostar por la proximidad
Para Gabriel Todd Alanís, urbanista regiomontano, el cierre de negocios en Colón, así como el abandono general de la zona y sus altos niveles de inseguridad, pueden ser consecuencia, al menos parcialmente, de la construcción del Metro elevado, aunque también se deben tomar en cuenta otros factores.
“Lo ideal sería que toda infraestructura de transporte fuese subterránea; eso es en el mundo ideal, aunque obviamente tiene un costo elevado. Me parece que lo más importante es tener cerca a la gente”, afirmó.
Todd Alanís considera que Metrorrey, organismo administrador del sistema Metro en la ciudad, debería explorar alternativas para que la avenida Colón pudiera recobrar su antigua vitalidad económica, a la vez que hizo énfasis en la necesidad de contar con actividades laborales y comerciales cercanas.
Calientan Monterrey en invierno.
Pánico causaron pistoleros al hacer disparos en la entrada del antro Matehualita, ubicado en la Avenida Colón y Villagómez, frente a la Central de Autobuses regiomontana, donde autoridades descartaron víctimas. pic.twitter.com/ngf0snS4C8— Jesús Rubén Peña (@revistacodigo21) February 12, 2023
Sin embargo, reconoció que, para que eso suceda, primero habría que repoblar el sector, ya que el porcentaje de vivienda en la avenida es prácticamente nulo.
“La innovación que pudiera hacer Metrorrey sería incorporar un área de regeneración urbana a lo largo de los ejes por donde va transitando en el Centro; me parece que la proximidad, y no la movilidad per se, es lo que hoy en día tenemos que estar buscando”, comentó.
El urbanista agregó que, al momento de construirla, el Gobierno de Nuevo León optó por que la Línea 1 fuera elevada debido a que no contaba con recursos suficientes para hacerla subterránea, situación que terminó por afectar la actividad comercial de quienes habían hecho ‘carrera’ sobre la avenida Colón.
Samuel Pérez, encargado de un negocio de refacciones automáticas ubicado en la zona, aseguró que la derrama económica se redujo considerablemente a partir de que la Línea 1 comenzó sus operaciones.
“Lastimosamente afectaron a todos los comerciantes, por el tiempo que utilizaron para construirlo… ¡Cuánto tiempo!”, recordó.
‘Referente’ de protestas
Tomando el caso de la avenida Colón como ‘ejemplo’, vecinos y dueños de comercios de la avenida Eugenio Garza Sada, ubicada al sur de Monterrey, así como los de avenida Miguel Alemán, de Guadalupe, han mostrado frecuentemente su inconformidad ante los proyectos de construcción de las líneas de Metrorrey que el Gobierno de Nuevo León tiene planeadas en ambos sectores.
A través de plantones, bloqueos y marchas, los vecinos le han exigido a la administración de Samuel García que los proyectos se realicen de forma subterránea, ya que temen un posible declive de la zona y un ‘bajón’ en la plusvalía de sus inmuebles.
Sin embargo, y a pesar de los reclamos ciudadanos, el gobierno estatal afirmó que la construcción de un metro subterráneo costaría tres veces más, además de significar el cierre de ambas avenidas por un periodo prolongado de tiempo, por lo que prefieren ceñirse al plan original.