La realidad tanto virtual como aumentada, tecnologías que hoy existen y cuyo desarrollo avanza exponencialmente, están por abrirle las puertas a la humanidad a un nuevo mundo en donde las reglas de lo físico y lo tangible quedarán en el pasado.
A pesar de que desde hace décadas existe la idea de un universo virtual capaz de alojar a todo aquel que desee adentrarse en él y en el cual pueda convertirse o vivir la experiencia que quiera, la humanidad nunca había estado tan cerca de hacerla realidad.
Mark Zuckerberg, el creador de Facebook y dueño de Instagram y WhatsApp, por ejemplo, pronostica que su proyecto de Metaverso, por el cual incluso cambió el nombre original de su compañía a Meta, será un hecho en 10 años.
De acuerdo con el creador, este será un “espacio de interacción de máquinas, avatares idealizados y un nuevo mundo virtual donde arte, arquitectura, belleza y ficción se encuentran para socializar, comprar o hacer negocios. Y todo ello, ‘por obra y gracia’ de la realidad virtual y la realidad aumentada”.
Sin embargo, con este universo paralelo y muchos otros más a los cuales tendremos acceso, porque no solo es Facebook la empresa que está buscando dar el salto, son muchas más como Microsoft o Sony, las cuales invierten millones de dólares al año en el desarrollo de aplicaciones para esta tecnología inmersiva, llegarán una serie de retos y obstáculos muy complicados, muchos de los cuales sólo podemos empezar a pronosticar.
Para entender este fenómeno en el que se está adentrando el mundo, Reporte Índigo platicó con Rubén Darío Vázquez, maestro en comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien explica que el concepto de metaverso atañe a una nueva manera de navegar y utilizar el internet.
“La idea es crear una forma de interacción mucho más cercana al mundo físico pero con la lógica y la estética de los videojuegos.
“Hoy ya podemos ver de alguna manera esta interconexión entre usuarios a nivel mundial dentro de plataformas como APEX o Warzone, de Call of Duty. Aquí los jugadores compran “skins” e interactúan con otras personas sin importar si están usando un XBOX, un PlayStation o una computadora y navegan por mundos digitales”.
Ante este escenario, el también investigador en materia de comunicación digital, asegura que el metaverso ya no debe verse como una ficción.
“Todos estos proyectos digitales de los que se están hablando están por llegar. Ya no es una cuestión de ciencia ficción. Además no olvidemos que con la pandemia nos digitalizamos unos cuatro o cinco años. Quizás más.
“Millones de personas que no estaban acostumbradas a las videoconferencias o a comprar de manera digital o a usar ciertas aplicaciones ahora lo hacen de manera cotidiana porque se vieron obligados. Algo que nos impulsó de manera muy fuerte”, comenta Darío Vázquez.
No obstante, el especialista reclama que el gobierno no ha invertido para educar y promover un mercado digital seguro para sentar buenas bases para el brinco que ya se está dando en materia de comercio electrónico y que va a llegar todavía más fuerte con los metaversos.
Retos y oportunidades para realidad virtual y aumentada
La introducción de la realidad aumentada y la realidad virtual en las actividades cotidianas sin duda plantea una serie de retos muy interesantes, pues cambiarán drásticamente la manera en cómo navegamos y utilizamos el internet y las aplicaciones.
De acuerdo con el profesor Pierre Bourdin, de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el primero de ellos es que acabemos dedicando más tiempo y energía al metaverso que a la vida real.
“Esta hipótesis puede parecer inconcebible, pero si observamos con detenimiento nos daremos cuenta de que las redes sociales actuales ya generan en muchas personas una necesidad de estar ahí presentes,” asegura Bourdin.
El segundo, de acuerdo con el especialista en la materia, es el peligro que representa para la seguridad de nuestros datos personales.
“Con las acciones que llevemos a cabo en el metaverso revelaremos mucha más información sobre nosotros mismos y de un modo mucho más inconsciente que con los contenidos que compartimos en las redes de hoy, que muchas veces resultan excesivos”.
El tercer gran reto será controlar ciertas actitudes antisociales como el acoso, el discurso de odio y similares, los cuales pueden verse dañinamente potenciadas por la naturaleza inmersiva y altamente realista del entorno que se pretende crear con en los metaversos.
En este sentido, Rubén Darío también expone como un obstáculo la falta de regulaciones y la dificultad de llevar a cabo esta tarea en lo que a plataformas digitales o redes sociales se refiere.
“Estos cambios eventualmente al afectar a la sociedad y formar parte de la mayoría de las actividades cotidianas de las personas se tienen que reglamentar, y ahí es en donde surge la polémica de la legislación sobre estas plataformas, algo que ya hemos visto actualmente con las redes sociales, e incluso con el discurso sobre si el Estado debe de involucrarse en el manejo de plataformas que son privadas o no.