Crisis sin precedentes
En un escenario sin precedentes, el Congreso de la Unión arranca hoy labores en medio de una crisis que podría llevarlo a la parálisis.
La negativa del PAN, PRD y MC para apoyar la instalación de la Mesa Directiva en la Cámara Baja deja en la incertidumbre los trabajos legislativos, adversidad que se agrava porque este viernes el Ejecutivo federal enviará el Paquete Económico del 2018, además de que el país se encuentra en plena renegociación del TLCAN.
Imelda García
En un escenario sin precedentes, el Congreso de la Unión arranca hoy labores en medio de una crisis que podría llevarlo a la parálisis.
La negativa del PAN, PRD y MC para apoyar la instalación de la Mesa Directiva en la Cámara Baja deja en la incertidumbre los trabajos legislativos, adversidad que se agrava porque este viernes el Ejecutivo federal enviará el Paquete Económico del 2018, además de que el país se encuentra en plena renegociación del TLCAN.
La sesión de este martes será presidida por la Mesa Directiva del anterior periodo, encabezada por la panista Guadalupe Murguía. Sin embargo, la Ley Orgánica del Congreso General establece que esta conformación sólo puede estar al frente hasta el 5 de septiembre. El plazo para destrabar el acuerdo vence hoy a medianoche.
La Ley tiene un vacío: no establece ninguna alternativa si no hay acuerdos para la instalación de la Mesa Directiva más allá del 5 de septiembre; los legisladores nunca previeron un escenario como este, en que las posiciones partidistas afectaran de tal manera los consensos.
Los tricolores tratan de conseguir los votos necesarios para alcanzar las dos terceras partes que se requieren y así poder instalar la nueva Mesa Directiva, que será presidida por Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRI.
Para instalar el órgano legislativo se requieren las dos terceras partes de los votos de los presentes; en caso de que estén los 500 diputados, se requieren 333 votos.
El PRI con sus aliados –PVEM, Nueva Alianza y PES- alcanzan solamente 266 votos, por lo que deben conquistar otros 67 sufragios.
Los tres aliados de la oposición, que buscan conformar el Frente Opositor en las elecciones del 2018 –PAN, PRD y MC-, tienen 184 votos. Morena no ha tomado una determinación sobre cómo votará.
Este bloque opositor ha pedido que no se concrete el pase automático de Raúl Cervantes de la Procuraduría General de la República (PGR) a la Fiscalía General de la República. Para ello sólo hay dos caminos y no han definido cuál es el que quieren seguir.
El primero sería aprobar la iniciativa que el presidente Enrique Peña Nieto envió en noviembre pasado para eliminar el artículo 16 transitorio de la reforma político electoral donde se establece el pase automático.
Esta iniciativa, empero, fue frenada por el propio PAN en el Senado, argumentando que esa sola eliminación no servía para construir una Fiscalía autónoma, y que además bien buscaban reformar la Ley de la Fiscalía General de la República.
El segundo camino es que el presidente Enrique Peña Nieto cambie de procurador general y sea nombrado un sustituto de Raúl Cervantes para que sea él o ella quien se convierta en fiscal general.
De no resolverse hoy, la Cámara de Diputados y el Congreso entero estarán en una crisis constitucional, sin un escenario seguro para desarrollar los trabajos de este año.
El origen
Tras varias revelaciones periodísticas sobre el incremento exponencial del patrimonio de Ricardo Anaya, líder nacional del PAN, y su familia, éste radicalizó su postura y declaró la guerra al PRI, argumentando que el tricolor busca imponer al priista Raúl Cervantes como fiscal general para no investigar al actual gobierno.
Esto ocurrió a pesar de que Acción Nacional acompañó en el 2014 la aprobación de la reforma político electoral – donde se incluyó un artículo transitorio en el que se estipula el pase automático de la PGR a la FGR- y de la Ley Orgánica de la Fiscalía, requisito para que el pase se concrete.
Dentro del PAN, sin embargo, las divisiones internas que venían dándose desde hace varios meses, encontraron su clímax a raíz de esa declaratoria de guerra al PRI.
Ricardo Anaya ordenó a las bancadas tanto de la Cámara de Diputados y del Senado que no votaran la conformación de sus mesas directivas. Un ala de senadores panistas se rebeló a su dirigente nacional y se unió al tricolor para votar a Ernesto Cordero como presidente del Senado.
En la Cámara baja no ocurrió así. Al ser en su mayor parte afines a Ricardo Anaya, los diputados federales siguieron sus indicaciones y no dieron su voto para instalar la Mesa Directiva; y fueron más allá, al unir en su decisión a sus virtuales aliados en el 2018: PRD y Movimiento Ciudadano.
Las negociaciones transcurrieron ayer en un ambiente ríspido. La pposición llamó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a que medie para lograr un acuerdo; el PRI cerró esa posibilidad, al considerar que el secretario no tiene por qué resolver problemas que competen sólo al Legislativo.
Posiciones irreductibles
Tanto el PRI como los opositores no mueven un ápice sus posturas, lo que ha complicado la negociación.
El bloque conformado por el PAN, PRD y MC han dicho que no cederán a su exigencia de que se elimine el pase automático de la PGR a la FGR y sólo cuando eso ocurra, votarán para que se conforme la Mesa Directiva.
“Hemos decidido pedirle a la presidenta de la Mesa Directiva que convoque de forma urgente y pública al secretario de Gobernación a una reunión con todas las fuerzas políticas representadas en esta Cámara. Es urgente dialogar.
“Nosotros queremos renovar la Presidencia de la Mesa Directiva, pero antes queremos que se corrija el pase automático de un fiscal a modo”, expuso Marko Cortés, coordinador de la bancada del PAN.
Francisco Martínez Neri, coordinador del PRD, aseguró que la parálisis legislativa es un mal menor al que podría presentarse si Raúl Cervantes se convierte en fiscal general.
Para la bancada del PRI, la crisis que vive la Cámara de Diputados no tiene precedentes; es, incluso, peor que la del 2006, cuando la izquierda tomó la tribuna para impedir la toma de protesta de Felipe Calderón.
César Camacho, coordinador del PRI, calificó de “secuestradores” a quienes han impedido que se instale la Mesa Directiva y se inicien así los trabajos legislativos; rechazó que sea el secretario de Gobernación quien vaya a resolver el asunto.
“Ninguna de las exigencias de los secuestradores está en el resorte competencial de la Cámara de Diputados. Así es que este poder constituido en el tiempo de la normalidad democrática, debe seguir funcionando, y en el ámbito de la pluralidad, discutir todo cuanto se necesite y se requiera”, declaró.
El líder de la bancada priista ofreció ayer una conferencia de prensa en la que se esperaba la presencia de Jorge Carlos Ramírez Marín, próximo presidente de la Cámara, pero quien no acudió, en un gesto de prudencia ante las circunstancias.
Camacho advirtió que si el viernes 8 de septiembre no hay Mesa Directiva, el Ejecutivo tendrá que entregar el Paquete Económico 2018 a la Oficialía de Partes de la Cámara de Diputados, pero no podrá iniciarse su análisis en comisiones porque no hay siquiera quién lo turne.
“Esto tiene un efecto colateral negativo para la economía no del gobierno, no de las finanzas públicas, sino del país, porque es una muy mala señal que muestra signos de inestabilidad de las instituciones”, sentenció.
El coordinador tricolor definió como una “tomadura de pelo” el argumento de que se condicione la Mesa Directiva al pase automático del procurador a la Fiscalía.