Los niños y los menores de 18 años en la Ciudad de México están desprotegidos ante la tercera ola de casos de COVID-19.
Pese al alza de contagios, especialistas dicen que dicha población no tiene actualmente ninguna defensa contra el nuevo coronavirus porque no hay fecha para que sean vacunados ni se han dictado nuevas medidas para su protección.
El pasado 9 de julio, en el inicio del tercer pico de contagios en la capital, la titular de la Secretaría de Salud (Sedesa), Oliva López Arellano, dijo que en los quioscos de pruebas COVID, la mayoría de quienes las realizaban eran jóvenes.
“Hay población más joven (..). Incluso niños también tenemos, demanda que no habíamos identificado en otros momentos”, mencionó.
Mientras que el 23 de julio, los datos proporcionados por el Gobierno de la Ciudad de México sobre la situación de la pandemia confirmaron el aumento de contagios en dicho sector de la población.
Según las gráficas mostradas, en mayo pasado se detectaron 0 casos en promedio al día de COVID-19 en menores de entre 0 y 12 años. Pero para el 23 de julio, los confirmados diarios en este grupo de edad aumentaron a 40.
Mientras que los contagios en el sector de la población que tiene entre 13 y 17 años también crecieron: en mayo el promedio diario era de 0 y para la semana pasada se incrementaron a 50 casos al día.
Aunque el incremento no es igual al del grupo de edad que más se ha visto afectado en la tercera ola —el que está entre los 18 y 29 años— y en el que diario se reportan más de 200 casos, especialistas dicen que es preocupante lo que sucede en niños y adolescentes, éstos no están dentro del actual plan de vacunación, que se calcula terminar en el mes de octubre.
La principal recomendación de especialistas es que la familia en general refuerce los cuidados y tenga mayor responsabilidad y conciencia de lo que puede sucederle a los menores si se contagian.
Riesgo invertido
Al principio de la pandemia, los grupos más vulnerables en contraer el virus y tener síntomas graves eran los mayores de 60 años y personas con alguna comorbilidad como la obesidad.
No obstante, con el avance del plan de vacunación que inició con dichos sectores de la población, actualmente los más jóvenes son los más desprotegidos, opina Adán Navarro, especialista independiente en salud y médico privado.
El experto menciona que la situación se agrava debido a que se ha descubierto que si los niños se contagian de COVID-19 no son asintomáticos como se pensaba al principio: sino que desarrollan otro tipo de males.
El especialista explica que, actualmente, las personas mayores de edad que se contagian y están vacunadas tienen una baja probabilidad de presentar síntomas graves. Sin embargo, pueden infectar a los niños y adolescentes con quienes conviven.
“Ahora estamos viendo una tendencia al revés, ahora los mayores vacunados si se contagian tienen menos síntomas y pueden contagiar a los menores quienes presentan este síndrome inflamatorio que afecta riñones, corazón y el aparato digestivo”, refiere.
El segundo factor que los hace estar desprotegidos es que no están contemplados en el actual Programa Nacional de Vacunación en marcha tanto en la Ciudad de México como a nivel nacional y que para octubre busca inmunizar a todos los mayores de 18 años.
Navarro explica que esto se debe a que la mayoría de las vacunas cuyo uso de emergencia fue autorizado por la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) como las de AstraZeneca, Sinovac, Curevac y Sputnik, no fueron probadas en niños y adolescentes menores de 18 años, por lo tanto, prácticamente no hay un activo que sea apto para este grupo etario.
Sin embargo, el pasado 24 de junio, en la antesala de la tercera ola de COVID-19, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del Gobierno de México, Hugo López-Gatell, dio a conocer a través de redes sociales que la vacuna de Pfizer-BionTech había sido autorizada por la Cofepris para su uso de emergencia en menores de 12 años
Mientras que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró el día de ayer en su conferencia matutina que la compra de vacunas contra COVID-19 para niños y menores de 18 años será hasta que se compruebe que son seguras y necesarias.
“Hay que tener cuidado porque es lógico, las farmacéuticas quieren hacer negocio y quisieran estar vendiendo vacunas para todos. Pero tenemos que priorizar, saber si se requieren o no se requieren”, mencionó.
Responsabilidad familiar con salud de menores
Para evitar que la pandemia siga afectando a menores de edad, se necesita que haya más responsabilidad familiar sobre el cuidado de los hijos ante el COVID-19, dice María del Sol Alamilla, especialista en temas de la infancia de la Coordinación de Impulso y Vida Estudiantil de la Universidad La Salle.
“La reapertura de espacios es casi total y hay mayor libertad de ir a reuniones por parte de los adultos. Tomando en cuenta que los niños dependen de sus padres y de las actividades que estos desempeñen, se necesita mayor responsabilidad de ellos para cuidar a sus hijos y evitar así los contagios”, explica.
En este sentido, apunta, los hogares que tengan niños menores de 17 años y especialmente menores de 12, deben de ser conscientes que son un grupo de riesgo y tomar en cuenta esto al momento de salir a algún lugar, a ir una comida o una fiesta.
“Aunque el riesgo en adultos ya disminuyó, en ellos sigue siendo el mismo, no ha cambiado nada porque ‘aunque yo me vacuno, si relajo las medidas los pongo en riesgo a los más pequeños’”, dice.
Indica que hasta que haya un nuevo replanteamiento del plan de vacunación, las familias con niños deben reforzar las medidas de protección como el uso del cubrebocas y el lavado frecuente de manos.