México ha dejado de realizar casi el 75 por ciento de los pagos de sus membresías con distintos organismos internacionales.
Con la llegada de la autodenominada cuarta transformación se observa una disminución importante del gasto en entidades como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), la Organización de las Naciones Unidas y la Conferencia Regional sobre Migración (CRM).
Hay además otras aportaciones –algunas signadas en contratos y otras voluntarias– para los fondos y entidades que han mostrado un descenso en la cuota de la participación de México en organismos internacionales como la Comisión Internacional Contra la Pena de Muerte y el Fondo de las Naciones Unidas para Promover los Derechos de las Personas con Discapacidad (FNUPD), entre muchas otras, que han perdido el apoyo económico otorgado por México.
En promedio, entre el 2012 y el 2018, el gasto en membresías internacionales a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) fue de mil 800 millones de pesos.
Para los expertos, hay un cambio en el paradigma en la relación entre México y las organizaciones internacionales y está planteada a nivel presupuestario.
Además explican que anteriores gobiernos asignaron muchas comisiones en estas organizaciones y su trabajo hoy no es considerado valioso para la administración en turno.
“Se les ocurrió en sus buenos tiempos abrir comisiones. Casi casi les dio el síndrome –perdón por el calificativo– de la “comisionitis”, comisiones para ver cualquier problema, comisiones para esto, para aquello, y claro, ahí se destinan recursos.
“Cuando se dan cuenta de que estas comisiones no arrojan un trabajo más representativo, pues deciden cerrarlas, pero mientras tanto ya se destinó presupuesto, ya se gastó, y esas son las cifras rojas que arrojan y nos dan a conocer”, explica la abogada internacionalista María Guadalupe Peña González.
“No sería por el tema del presupuesto, sería por el tema de la presencia, la primera declaración de López Obrador fue: ‘la mejor política exterior es la política interior’, que por eso no viajaba y por eso no asistía a eventos, eso tiene más impacto que la cuestión presupuestaria, porque eso quiere decir que hay un desdén por la participación de México en organismos internacionales”.
A inicios de este año, la Cancillería informó que en 2019 México obtuvo el número más alto de candidaturas electas a organismos multilaterales con un total de 32.
El cargo de mayor envergadura fue la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en tanto que el resto se trataron de cargos de menor importancia. La obtención de estas candidaturas superó las 30 obtenidas en 2013.
¿Qué son las membresías internacionales?
El objetivo principal de estas membresías es mejorar la relación de nuestro país con los diferentes Estados a través de temas específicos que van desde relaciones laborales, exportación de productos, combate al tráfico de armas y drogas, comercio, etcétera.
Los Estados que busquen pertenecer a un organismo tienen que hacer un pago de cuotas o membresías de acuerdo con los tratados internacionales; en México están autorizados en el Presupuesto de Egresos.
El cumplimiento de los costos son parte de las obligaciones y compromisos contraídos por el gobierno mexicano y por lo general le corresponde cubrirlas a la Cancillería. Pueden ser cuotas obligatorias (contractuales), voluntarias o de participación especial (única ocasión).
Alternativas de colaboración sin membresías
El modelo de austeridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegó a escalas internacionales, pues la baja en el pago de las membresías con las organizaciones está relacionada directamente con los ahorros de la actual administración, afirma la internacionalista María Guadalupe Peña González.
“La primera impresión es obvia, en atención al anuncio de la austeridad en el presupuesto, lo que denominaron la austeridad republicana, pero la cantidad que se asigna para las cuotas que se dan a la ONU, por ejemplo, son con base en los datos que el propio Estado proporciona tomando en cuenta el nivel económico y el número de población”, explica la experta.
Los países definen sus prioridades en sus presupuestos y con base en esto pueden negociar con Naciones Unidas su participación económica. Casi todos los Estados en momentos determinados tienen adeudos con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Depende del tipo de cargo que se tenga al interior de la ONU la manera en como estas disminuciones en los pagos podrían afectar el desempeño de la representación de un país en el organismo internacional, aunque se han hecho excepciones, como la vez en que Venezuela incumplió con sus pagos y se mantuvo en el cargo.
Otro caso es Estados Unidos, que tiene un papel diferente al interior de las Naciones Unidas, y que también ha tenido adeudos, incluso en este mismo periodo presidencial de Donald Trump.
“Hace unos años el país que más debía a Naciones Unidas era Estados Unidos. En las últimas declaraciones, el presidente Donald Trump ha dicho que él puede mantener sus cuotas, siempre y cuando todos los países paguen”, relata María Guadalupe Peña González.
La doctora especializada en relaciones internacionales señala que la exigencia de estas cuotas por parte de organismos como la ONU dependerá de la preponderancia de las naciones y el papel que desempeñen al interior de estos organismos.
La académica dice que el hecho de disminuir la cuota a la ONU o que México no aparezca en su listado no quiere decir que no exista colaboración internacional, ya que puede efectuarse con aportaciones en especie o con apoyo de personal.
“A veces eso es por lo que optan los Estados, tal vez no dan la aportación monetaria, pero dan aportaciones en cuanto a bienes o personal. México ha enviado personal a operaciones para el mantenimiento de la paz. En vez de incrementar la cantidad que se puede aportar, lo que hace es enviar a elementos. Hay elementos de la Policía Federal y Secretaría de Marina incorporados en operaciones para el mantenimiento de la paz”, concluye.
La posición de México en el mundo
El pago de cuotas o membresías a los organizaciones extranjeras dependerá de la voluntad que tenga el gobierno en turno de trascender en el ámbito internacional, afirma el exembajador Luis Ortiz Monasterio.
“Hay algunas otras (cuotas) que son voluntarias que sirven para fortalecer el ‘poder suave’ de México, dependiendo de si el país quiere o no influenciar en el mundo internacional. Si no se quiere influenciar no se pagan las cuotas y no se participa con ninguna más”, explica el profesor que ha sido representante en países como Irán, Afganistán y Pakistán.
El “poder suave” es un concepto utilizado en diplomacia para definir las influencias culturales que tiene un país con otras naciones del mundo.
Ortiz Monasterio menciona que la participación de un país con estas organizaciones siempre dependerá de la imagen y la influencia que quieran tener los gobiernos.
“Es el precio de la fama. Yo no creo que sea un desperdicio. Depende de cada gobierno ver cuál es el papel que quiere jugar en el ámbito internacional. Si quieren un papel influyente no solamente pagan sus cuotas obligatorias, también las voluntarias y las pagan en las áreas que más les interesan, pero si un gobierno no tiene interés de trascender y tener influencia internacional, puede sustraerse y no gastar ni un quinto”, señala el exdiplomático.
Para finalizar, Ortiz alerta que hace falta información para conocer la nueva posición de México en el mundo.
“No sabemos en qué formas están disminuyendo las aportaciones. Quizás están disminuyendo las de Relaciones Exteriores, pero tal vez sea porque en otras secretarías como Agricultura y Educación Pública estamos aportando más. Eso lo desconozco y el tema es de una enorme complejidad”, apunta.