Medio tiempo

El gobierno de Enrique Peña Nieto llegó a la mitad de un sexenio que no ha sido sencillo.

El primer tiempo de su mandato arrancó con la promesa de reformas que traerían transformaciones de fondo en el país.

Se avanzó. Se lograron consensos, pactos e iniciativas. Pero el juego cambió. La caída en los precios de hidrocarburos, la guerra en el tipo de cambio y la crisis financiera mundial truncaron muchos de los planes.

Imelda García Imelda García Publicado el
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“Los hechos ocurridos en Iguala o la fuga de un penal de alta seguridad, nos recuerdan situaciones de violencia, crimen o debilidad del estado de Derecho”
Enrique Peña NietoPresidente de México
"Hoy México enfrenta la situación de desconfianza en lo interno y la incertidumbre en lo externo por la economía internacional"
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El gobierno de Enrique Peña Nieto llegó a la mitad de un sexenio que no ha sido sencillo.

El primer tiempo de su mandato arrancó con la promesa de reformas que traerían transformaciones de fondo en el país.

Se avanzó. Se lograron consensos, pactos e iniciativas. Pero el juego cambió. La caída en los precios de hidrocarburos, la guerra en el tipo de cambio y la crisis financiera mundial truncaron muchos de los planes.

Además, la disminución en los ingresos petroleros obligó a recortar los gastos y a replantear los presupuestos. Vinieron crisis y señalamientos. Quizá por eso, en el medio tiempo de su administración el presidente salió a reconocer sus errores. Salió también a advertir a la población a evitar las “soluciones mágicas”. Y es que los próximos tres años tampoco serán sencillos, los tiempos electorales parecen haberse adelantado y las fuerzas políticas ya comenzaron a reorganizarse.

Por lo pronto los cambios en su Gabinete ya se dieron. Algunos se fueron a la banca y los jugadores que considera más talentosos ocupan ahora posiciones clave para preparar la cancha para lo que viene.

Admite crisis

El discurso político del presidente Enrique Peña Nieto trajo algunas sorpresas por dos hechos inusuales: un reconocimiento a hechos que han lastimado a su gobierno y la advertencia sobre el peligro que representa el populismo en lugar de soluciones duraderas y a largo plazo.

Ante su gabinete en pleno, gobernadores en funciones y electos, líderes del Congreso de la Unión y del Poder Judicial, embajadores y personajes destacados de la vida académica, social y cultural del país, el presidente Peña Nieto tuvo un gesto inesperado en un mensaje con motivo del Tercer Informe de Gobierno.

Reconoció –aunque sin mencionarlas por su nombre-, las crisis que ha tenido México en el año más reciente de su gobierno.

“Los hechos ocurridos en Iguala o la fuga de un penal de alta seguridad, nos recuerdan situaciones de violencia, crimen o debilidad del estado de Derecho. Señalamientos de conflictos de interés -que incluso involucraron al titular del Ejecutivo-, así como denuncias de corrupción en los órdenes municipal, estatal y federal y, en algunos casos, en el ámbito privado, han generado molestia e indignación en la sociedad mexicana.

“Estas situaciones son muy distintas entre sí, pero todas lastiman el ánimo de los mexicanos y la confianza ciudadana en las instituciones”, reconoció Peña Nieto.

Se refirió así a la desaparición en Iguala, Guerrero, de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, ocurrida la noche del 26 de septiembre del 2014.

A la segunda fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el 11 de julio pasado, de un penal de máxima seguridad; esta vez de “El Altiplano”, hecho que lo ha convertido nuevamente en uno de los criminales más buscados del mundo.

Habló así sobre el caso de la residencia propiedad de su esposa, Angélica Rivera, adquirida a la empresa Higa.

Hace apenas unos días, la Secretaría de la Función Pública declaró infundadas las acusaciones de conflicto de interés.

Y se refirió también a algunos escándalos suscitados por acusaciones como los moches, sobornos cobrados por autoridades de diferentes niveles de gobierno o hechos ocurridos en algunas entidades federativas.

A esto que resta credibilidad y confianza a los gobiernos e instituciones, agregó el mandatario, se suma la incertidumbre que la ciudadanía tiene por la crisis económica pues aunque proviene del exterior, aseveró, se teme un golpe a la economía familiar.

“Es decir, hoy México enfrenta la situación de desconfianza en lo interno y la incertidumbre en lo externo por la economía internacional”, expuso.

Los dichos del primer mandatario llamaron la atención porque no son algo común en el mensaje de un informe de Gobierno, un espacio reservado por lo regular para ensalzar solo las acciones de gobierno.

El número 3

En los últimos dos sexenios, los presidentes en México han enfrentado una crisis justo a la mitad de su mandato.

En 2003, Vicente Fox tuvo que lidiar con los resultados de las elecciones intermedias en donde el PRI ganó terreno.

El expresidente sufrió un duro revés el 6 de julio cuando en comicios legislativos el PAN perdió varias decenas de curules en la Cámara de Diputados, mientras que el tricolor recuperaba lo perdido tres años atrás.

Fox negó que fuera un castigo a su Gobierno, pero la percepción fue distinta.

Pocos meses después, el mandatario tuvo que aceptar la renuncia del canciller Jorge Castañeda, quien rompió el “contrato sexenal” que tanto había presumido Fox cuando presentó a sus colaboradores en noviembre del 2000.

Pero a Castañeda le dio “hueva” seguir. Al menos así trascendió que lo dijo durante una reunión de APEC en Los Cabos.

La salida del Secretario de Relaciones Exteriores movió el gabinete del guanajuatense. Luis Ernesto Derbez asumió el cargo de Castañeda y Fernando Canales ocupó la Secretaría de Economía, en lugar de Derbez.

Antes de concluir el año, una renuncia más obligó a Fox a realizar de nuevo cambios en su gabinete. En esta ocasión designó a Rodolfo Elizondo Torres como secretario de Turismo, en sustitución de Leticia Navarro Ochoa, quien también rompió su “contrato sexenal”. Alfonso Durazo se fue como vocero de Los Pinos y al año siguiente también renunció.

A Felipe Calderón no le fue mejor. A la mitad de su mandato, en el 2009, el michoacano enfrentaba las criticas por las medidas asumidas por su gobierno para enfrentar ante la crisis económica mundial.

Los analistas calificaron que esas decisiones habían tenido un efecto “devastador” en el empleo en México.

Por su fuera poco, Calderón estaba enfrascado en una lucha por la seguridad pública y el virus de la influenza AH1N1.

Además, en ese año también sucedió el incendio en la Guardería ABC, en Hermosillo, Sonora, el cual ocasionó la muerte de 49 niñas y niños y heridas en 76 más.

La responsabilidad del hecho alcanzó a la primera dama, Margarita Zavala, pues su sobrina Marcia Gómez del Campo –también pariente de Mariana Gómez del Campo, dueña en ese entonces del ABC– estuvo implicada en los hechos.

En octubre de ese mismo año, la noche del sábado 11, Calderón publicó el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, argumentando su ineficacia operativa. La desaparición de la compañía dejó sin empleo a 44 mil trabajadores y cientos de marchas y protestas por todo el país. 

Advierte por populismo

Al reconocimiento de las crisis que ha enfrentado en su mandato, Peña Nieto llamó a la población a no tomar “salidas falsas” o “soluciones mágicas” a los problemas que enfrenta el país.

Sin mencionar el nombre de ningún líder del presente o el pasado, ni a político alguno con nombre y apellido, el presidente se refirió a quienes con ideas falsas tratarán de convencer a la gente de tener soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad.

“Los medios digitales y las redes sociales reflejan estos sentimientos de preocupación y enojo, manifiestan que las cosas no funcionan y dan voz a una exigencia generalizada de cambio, de cambio inmediato.

“En todas las naciones surgen dudas y se enfrentan dilemas sobre cuál es el mejor camino a seguir. En este ambiente de incertidumbre, el riesgo es que, en su afán de encontrar salidas rápidas, las sociedades opten por salidas falsas. Me refiero al riesgo de creer que la intolerancia, la demagogia o el populismo son verdaderas soluciones”, expuso Peña Nieto.

El efecto de estas ideas, comentó, se ve magnificado por las redes sociales y las nuevas tecnologías, que han modificado la forma en que nos relacionamos y en cómo vemos el mundo.

“En estos episodios, la insatisfacción social fue tal que nubló la mente, desplazó a la razón y a la propia ciudadanía, permitiendo el ascenso de gobiernos que permitían supuestas soluciones mágicas. Sin embargo, esos mismos gobiernos, lejos de llevar a sus sociedades a mejores condiciones de vida, alentaron el encono y la discordia, destruyeron sus instituciones y socavaron los derechos y libertades de su población”, alertó.

Peña Nieto insistió en que, lejos de lograr un cambio verdadero, las naciones que han tomado la decisión de ese tipo de liderazgo han encontrado división y retroceso.

“Los cambios positivos y duraderos de toda sociedad se logran por la vía de la responsabilidad, de la institucionalidad, de la estabilidad económica, del respeto a los demás y de la voluntad de construir sobre lo que ya se ha avanzado.

“(…) Sin duda, enfrentamos viejos y nuevos problemas. Para superarlos, lejos de retroceder, debemos seguir adelante, hay que continuar por la ruta que nos hemos trazado”, llamó el primer mandatario.

Esta postura despertó reacciones en los partidos de oposición.

Martí Batres, líder de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, escribió en su cuenta de Twitter (@martibatres): “Lo que @EPN quiso decir es: ‘Morena va que vuela a Los Pinos’”.

La bancada del PRD en el Senado identificó en otro lado a quienes causan los problemas del país.

“El enemigo de México no es el populismo, sino la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la violencia. Ojalá que el Presidente de la República pudiera comportarse como un Jefe de Estado y hacer a un lado sus fobias ideológicas”, expusieron los perredistas en un pronunciamiento.

En el PAN también hubo reacciones. Francisco Búrquez ironizó sobre la postura del presidente.

“Acabo de leerlo en un muro: Qué bien q EPN nos recuerde los peligros del populismo, y qué bueno que regaló 14 millones de pantallas planas”, escribió Búrquez en su cuenta de Twitter.

Al mensaje en Palacio Nacional no acudieron ni  Ricardo Anaya, del PAN ni Carlos Navarrete, del PRD.

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