Ante la protesta de los compañeros de Jorge, la directora de la Facultad, María del Coro Arizmendi Arriaga, retiró al equipo de Médicos Internos Pasantes de Pregrado hasta que se mejoren las condiciones para que puedan realizar su trabajo, con las medidas de seguridad adecuadas.
Tania, quien pidió modificar su nombre por temor a represalias, no solo era compañera de Jorge para las guardias en el Hospital sino también su amiga que le ayudaba en momentos difíciles.
“Jorge era ese interno que sabía por qué llegó cada paciente, nunca decía que no al pedirle algo, para dormir era el último y el primero en pararse para que tú descansaras un poco más, recuerdo que si no había alcohol o jeringas él lo compraba para que no nos faltara. Yo le platicaba mis problemas y me sentía mejor, era una persona muy entregada y amable, no merecía ese trato y ese desamparo que le dio el Hospital”, reclama su amiga.
La estudiante asegura que siempre ha existido maltrato hacia los internos pues son vistos como el último eslabón en la jerarquía médica.
La comunidad estudiantil tomó la decisión de no dejar que la muerte de Jorge sea en vano, por lo que a través de un pliego petitorio denunciaron que durante la rotación en el servicio de urgencias su compañero entró a reanimar y tomar muestras de pacientes sospechosos de SARS-COV2 por indicación de su superior en turno sin contar con el equipo mínimo indispensable como guantes, cubrebocas, bata, entre otros materiales.
Además, detallan que el 18 de diciembre, cuando empeoró el cuadro clínico de López Rivas, se avisó al servicio de Urgencias, Epidemiología y Enseñanza, de la Unidad. “Se requería valoración en esta Unidad o en su Unidad de Medicina Familiar o prueba positiva de PCR, la cual se realizó el 15 de diciembre y se pidió el resultado de ésta para poder validar la incapacidad de Jorge ya que de lo contrario se tomaría como incumplimiento de su labor”.
Entre las exigencias de los alumnos destacan el poder contar con la atención médica y tratamiento indispensable para ellos y sus familiares, acceso lo antes posible a la vacunación por ser personal de primera línea, a pesar de no ser considerados como tal, tener valoraciones para médicos internos de pregrado, residentes y familiares de los mismos, por médicos capacitados y certificados, ante la presencia de sintomatología sospechosa así como realización de prueba rápida.
Asimismo, se exige contar en todo momento y sin excusa con material de protección personal y equipo mínimo indispensable, para atención de pacientes.
“Ahora nos voltean a ver, pero esta situación no es de hoy ni hace un mes, es diario, es nuestra realidad como estudiantes de medicina y desde ahora la idea no es que la muerte de Jorge sea algo mediático sino que, si se tuvo que ir, es porque habrá un cambio real, que sepan que decidimos alzar la voz”, finaliza Tania.
Temor a sanciones de médicos y pasantes
Además de los estudiantes de medicina que al realizar sus prácticas profesionales se exponen a contagiarse de COVID-19, los médicos residentes que cursan una especialidad han sido reubicados de sus áreas de estudio para apoyar en la batalla contra la pandemia.
El abogado Emilio Matlalcuatzi explica que aún cuando los residentes no están especializados para atender los efectos del virus en los pacientes, se les encomiendan tareas que no les corresponden o los saturan de trabajo. Dichas labores, apunta, deben ser realizadas por médicos de base que cuenten con la preparación necesaria.
El defensor agrega que el personal de salud que estudia su especialidad y que está inconforme no suele manifestar su descontento por temor a reprobar su residencia.
“Las propias instituciones de salud los está tratando como médicos especializados pero por la situación en la que se encuentran, las autoridades de enseñanza los pueden poner en un dilema, porque al ser estudiantes tienen el temor de verse afectados en sus resultados escolares, al no querer sacrificar la residencia que les ha costado la vida tienen que aceptar”, expone.
Con respecto a la seguridad de los residentes, el experto en materia legal afirma que no todos cuentan con insumos necesarios para estar en áreas COVID y deben de conseguirlos por sus propios medios.
Vacuna, una esperanza
En los últimos días, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, informó que se distribuirán mil brigadas para vacunar al personal médico que está atendiendo a pacientes con el virus.
La meta del Gobierno federal es que todos los trabajadores de instalaciones que atiendan a pacientes con COVID-19 sean inmunizados durante enero.
La Política Nacional de Vacunación contra el virus SARSCoV-2 contempló que después del personal médico prioritario fueran vacunadas las personas de 60 y más años entre febrero y abril de este año. No obstante, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó en días recientes que este sector podría tener acceso al fármaco en marzo.