Medicina, profesión de alto riesgo, el caso de Luis Fernando Montes de Oca
Los estudiantes de medicina que realizan su servicio social en zonas marginadas y con presencia del crimen organizado deben enfrentarse a la violencia y a la explotación laboral, por lo que piden que se reforme la ley para garantizar una pasantía digna y segura
Laura IslasEstudiar medicina se ha vuelto una carrera de alto riesgo en México. Pese a que tienen más de un año siendo parte del sector más importante en la lucha contra la pandemia de COVID-19, los estudiantes no tienen garantizada su seguridad ni condiciones dignas al momento de realizar su servicio social en zonas marginadas y con presencia del crimen organizado.
El caso más reciente es el del médico pasante Luis Fernando Montes de Oca, quien era estudiante de la Universidad Autónoma de Guadalajara y realizaba su servicio social en Valparaíso, Zacatecas. Él y su compañero Chabelo Romero fueron asesinados el pasado miércoles 29 de junio después de realizar un traslado en ambulancia.
Carta de un pasante de Medicina asesinado (Luis Fernando Montes de Oca Armas QEPD) al presidente @lopezobrador_ y al gobernador @EnriqueAlfaroR … pic.twitter.com/FKQuef1BSx
— JulioCésarHernández (@jcentresemana) July 6, 2021
Pero no es el único. En enero pasado, la médica pasante Mariana Sánchez fue hallada muerta en el cuarto de la comunidad donde realizaba su servicio social, en Chiapas. Desde octubre de 2020, la estudiante había denunciado ante las autoridades universitarias y gubernamentales que sufría acoso y abuso sexual por uno de los médicos de la clínica donde estaba asignada, pero fue ignorada.
Ante la violencia recurrente que enfrentan las y los estudiantes de medicina en las zonas más alejadas del país, donde muchas veces no hay insumos, tienen largas jornadas de trabajo y están expuestos a la violencia, organizaciones de médicos exigen a las autoridades competentes realizar acciones urgentes para garantizar un servicio social digno, seguridad y que se reforme el servicio social.
Por ejemplo, aunque la Ley General de Educación establece un servicio social de 480 horas en un plazo no menor a seis meses para todas las carreras, los estudiantes de medicina se rigen bajo la Norma Oficial Mexicana NOM-009- SSA3-2013, Educación en Salud, que establece una duración de 12 meses continuos.
“Un médico pasante del servicio social en teoría tendría que tener garantías como un servicio social digno, una retribución económica que le pueda servir para alimentarse bien, para vivir bien y para el transporte. Existe la Ley General de Educación que marca 480 horas y 6 meses de servicio social para todas las carreras, no discrimina, pero la Norma Oficial marca otra cosa, te da un horario de 8 a 12 horas, con atención de 24 horas en caso de emergencias, así es la contraposición de la Norma Oficial con la Ley General de Educación, señala José Francisco Gómez Zapata, presidente de la Asociación Mexicana de Médicos en Formación (AMMF).
Estudiantes de medicina y pasantes en el limbo
Los médicos pasantes son recién egresados que aún no tienen la cédula profesional y realizan su servicio social, la gran mayoría están en centros de salud urbanos o rurales.
Muchas veces, los lugares donde son enviados son tan marginados que no tienen las condiciones mínimas para dar atención y suelen ser los únicos que dan consulta médica en toda la comunidad, por lo que sus jornadas son extensas e incluso realizan actividades fuera de sus facultades. A eso se suma la violencia y el crimen organizado.
“Hemos tenido casos de compañeras que han sido violadas, de compañeros que han sido extorsionados, mutilados, golpeados, incluso pues asesinados. Ahorita tenemos un caso precisamente de eso. Quitando esta parte violenta también sufren carencias en cuestión de la remuneración económica, el Estado no remunera bien al menos para que el pasante tenga una vida digna”, dice José Francisco Gómez Zapata.
Sin embargo, la mayor queja de las organizaciones y los colectivos de médicos es que pese a laborar en estas condiciones, suelen estar en un estado de vulnerabilidad mayor porque aunque todavía son estudiantes, sus universidades suelen deslindarse de ellos, al igual que las secretarías de salud de los centros donde realizan su pasantía, como sucedió en el caso de Mariana Sánchez.
“Un médico pasante de servicio social se encuentra en un limbo porque todavía no está reconocido como un profesionista y en teoría, por lo que marca la ley, es un estudiante como tal. La universidad no se hace responsable porque de hecho ya no le da seguimiento al médico pasante y en tanto el estado le echa la culpa o la responsabilidad a la institución educativa”, explica Gómez Zapata.
Nueva reforma, el objetivo
Cada que ocurre una tragedia en el gremio médico se ha intentado reformar la ley para mejorar las condiciones de los pasantes, pero todos los esfuerzos han sido en vano.
Hace 10 años, en Ciudad Juárez, Chihuahua, médicos protestaron luego de que un doctor fuera secuestrado y asesinado. Y la última vez fue tras la muerte de la médica Mariana Sánchez y se lograron avances, pero solo en Chiapas y no a nivel nacional, como se buscaba.
“Se hizo un mapeo en el cual se localizaron zonas de alto riesgo y esos compañeros que estaban ubicados cerca de esos lugares fueron reubicados en un municipio o una ciudad un tanto más segura, esto tratamos de replicarlo a nivel federal porque solamente fue en Chiapas, desgraciadamente las autoridades no hicieron eco. Nosotros argumentábamos que no necesitábamos esperar a que falleciera otro compañero más para hacer modificaciones a nivel federal, obviamente se hizo caso omiso y actualmente tenemos ya la desgracia ahí otra vez”, señala José Francisco Gómez Zapata.
El presidente de la AMMF menciona que desde el fallecimiento de Mariana ellos han estado tocando puertas en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, donde sí ha habido apertura, pero no un seguimiento al tema. Sin embargo, Gómez Zapata menciona que un grupo de diputados electos ya se acercó a ellos para armar una nueva reforma cuando inicie la próxima Legislatura.