El inconforme reclama que el Ayuntamiento no obtuvo la opinión favorable ni el dictamen aprobatorio de la Junta de Protección y Conservación Municipal de San Pedro
Dos administraciones panistas han modificado con inversiones millonarias las calzadas del Valle y San Pedro, pero pasaron por alto un detalle importante: hace más de una década fueron declaradas patrimonio protegido.
Hace 11 años, durante el trienio del alcalde Gerardo Garza Sada, el Ayuntamiento sampetrino declaró los camellones de ambas vialidades como “zonas de preservación natural y protegidas”.
Por causas de utilidad pública fueron nombradas monumentos con valor histórico, paisajístico, ambiental y geográfico, y sólo podían ser alteradas con la opinión favorable de un órgano auxiliar de consulta.
Pero esa condición no se cumplió y se aprobaron diversos proyectos urbanísticos que las modificaron, como el fallido Emblema San Pedro, de la administración de Mauricio Fernández.
El Cabildo acordó la declaratoria en su sesión del 17 de abril de 2002 y creó la Junta de Protección y Conservación Municipal de San Pedro, con las facultades para mantener, conservar y preservar las zonas.
Este órgano estaría encabezado por el titular de Obras Públicas del Municipio, como presidente, un representante de los vecinos y otro ciudadano más, en consentimiento con los dos primeros.
“Se le conceden atribuciones para emitir los acuerdos que tiendan a la conservación y protección de las zonas protegidas a las que se refiere este acuerdo y en su caso para promover ante el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de este Municipio, la expedición de las medidas necesarias para lograr la preservación”, se lee.
Sin embargo, durante la gestión del exalcalde Fernández se aprobaron proyectos urbanísticos que alteraron las calzadas sin una opinión de esta Junta especializada, creada hace más de una década.
Durante la administración del edil se construyó el polémico monumento a Las Banderas que modificó Calzada San Pedro, con un costo que superó los 300 millones de pesos.
La demolición parcial de la obra inició en diciembre del año pasado, hace ya siete meses, pero continúan las labores que obstruyen el libre tránsito en los camellones.
La Secretaría de Obras Públicas autorizó el monumento que consta de cuatro puentes peatonales, pero irregularidades detectadas en el proceso de construcción motivaron el cese y la investigación del extitular de la dependencia, Armando Leal.
Mientras que el pasado 25 de junio, en la actual administración del alcalde Ugo Ruiz, el Cabildo aprobó dos proyectos para equipar y sustituir mobiliario urbano en Calzada del Valle, cuya inversión asciende a 870 mil 536 pesos.
En éstos se contempla instalar pasto para rehabilitar áreas, señalización, bancas, aparatos deportivos de calentamiento, piso de caucho y reja de acero.
También, reponer botes separadores de basura, bebederos y módulos nebulizadores, y colocar una subestación eléctrica para dar servicio al “Mercado de la Fregonería” que se instala todos los domingos en Calzada San Pedro.
Por estas acciones y omisiones, un sampetrino recurrió a la protección de la justicia federal y demandó al Municipio.
El ciudadano reclamó que los proyectos urbanísticos violaron disposiciones federales, estatales y municipales, según el amparo número 1225/2013, radicado en el Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa del Estado.
El usuario de las calzadas reclama que se alteraron las vialidades sin el Visto Bueno del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
No obstante, el delegado de este organismo en el estado, Héctor Jaime Treviño, asegura que no recae en su ámbito este patrimonio, porque la institución sólo protege zonas históricas anteriores a 1900.
En cambio, precisó el funcionario, las calzadas serían “patrimonio artístico” que recaería en el resguardo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
Treviño manifiesta que esto se debe a que la última dependencia protege zonas a partir del siglo XX, periodo en el que fueron construidas ambas vialidades.
El inconforme reclama que el Ayuntamiento no obtuvo la opinión favorable ni el dictamen aprobatorio de la Junta de Protección y Conservación Municipal de San Pedro, integrada por seis vocales encargados de vigilar los camellones y parques protegidos.
E insiste en su demanda que no se respetaron las leyes estatales de Patrimonio Cultural y de Desarrollo Urbano, ni diversos acuerdos y convenciones signadas por México en materia de preservación de espacios públicos.
Según el ciudadano, tampoco se respetaron reglamentos locales que protegen estas zonas, como el de Organización y Operación de la Junta Municipal de Protección y Conservación de Áreas, Predios y Edificaciones; y el de Uso y Preservación de las Calzadas, Parques y Plazas del Municipio.
En el artículo 6 de esta última normativa se lee que la Calzada San Pedro está habilitada para patinaje y ciclismo, pero la del Valle está autorizada exclusivamente para uso peatonal.
Lo anterior pasa aunque los camellones de esa vialidad se utilizan en el programa “San Pedro de Pinta” como parque, campo deportivo, y lugar para comercio y servicios.
Con sus recientes alteraciones, estas icónicas calzadas con un valor histórico incalculable, fueron convertidas en espacios con una vocación distinta a la del libre tránsito de los peatones.
