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El derecho al voto, conquistado por las mujeres mexicanas en 1953 fue la revolución social más importante del siglo pasado, dijo Enrique
Enrique Peña Nieto presentó el fin de semana una iniciativa al Cofipe para reformar el Código Federal de Procedimientos Político Electorales y establecer que el 50 por ciento de las candidaturas a diputaciones federales y senadurías de todos los partidos políticos sean de mujeres, al igual que sus suplentes.
“Estoy convencido de que hacen falta muchas más mujeres en la política del país”, dijo el mandatario en el 60 Aniversario del Voto de las mujeres en México, en Palacio Nacional.
En México, para 1996 se fijó un límite de 70 por ciento de legisladores un mismo género y en 2007 se estableció que las candidaturas para integrar el poder legislativo debían de integrarse, cuando menos, de un 40 por ciento por personas de un mismo sexo.
Durante el proceso electoral federal 2011-2012, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación impuso a los partidos políticos y coaliciones el deber de nombrar como mínimo 120 y 26 fórmulas de candidatos propietarios y suplentes de un mismo sexo para diputadas/os y senadoras/es respectivamente.
Por su parte, el IFE emitió un acuerdo para establecer los criterios a los que los partidos políticos debían de apegarse para cumplir con el mandato del tribunal.
Como resultado de estas medidas, el porcentaje de integración femenina en el Congreso federal alcanzó una cifra histórica.
Actualmente, de 500 legisladores que integran la Cámara de Diputados, 184 son mujeres, lo que representa un 36.8 por ciento.
En la Cámara Alta, el 33.5 por ciento de los 128 escaños son ocupados por senadoras.
Pero ante las prácticas de algunos partidos, en las que nombraban a una mujer candidata y la hacían renunciar para que quedara en su lugar un suplente hombre, se modificó de nueva cuenta la legislación electoral para que las sustitutas fueran del mismo género.
A estas candidatas se les llama “Juanitas”, pues solo se postulaban para que alguien más quedara en el cargo, como ocurrió con Rafael Acosta, “Juanito”, candidato a jefe delegacional de Iztapalapa, Distrito Federal, en 2009, quien fue empleado como estrategia para dejar en el cargo a Clara Brugada.
Durante el foro “Las Cuotas de Género y los Caminos de México hacia la Igualdad Sustantiva” realizado por el IFE a principios de este año, se determinó que el cumplimiento de las cuotas de género no sólo implica un aumento con relación a la integración de las cámaras, sino un avance en la implementación de acciones a favor de la igualdad, la eliminación de estereotipos y el mejoramiento de las condiciones de vida para las mujeres y los hombres del país.
Un proceso lento
En noviembre de 2012, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió que los partidos políticos deben cumplir con el mandato legal de postular mujeres para al menos el 40 por ciento de sus nominaciones al Congreso, tanto por el principio de mayoría relativa (voto directo) como por el de representación proporcional (plurinominales).
El hecho fue considerado por algunas mujeres activistas y políticas como histórico.
El Partido Acción Nacional (PAN) es el partido con menor proporción de mujeres entre sus legisladores federales. En ambas Cámaras, 47 de los 152 legisladores panistas son mujeres, es decir, el 30.9 por ciento.
El partido con mayor equidad en los lugares que ocupa en el Congreso es Nueva Alianza: tiene a seis mujeres entre sus 11 congresistas federales, el 54.6 por ciento.
En el caso del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el 35.8 por ciento de los legisladores federales son mujeres; en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), son el 37.5 por ciento; mientras el Partido Verde Ecologista de México, Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo, tienen 40 por ciento cada uno.
Según reportó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres ocuparon un promedio de 19.8 por ciento de los escaños en las Cámaras del Congreso, de un total de 54 países que tuvieron elecciones legislativas en el año 2008.
La Unión Interparlamentaria (UIP) calificó este hecho como histórico, sin embargo, consideró que el progreso aún ha sido muy lento ya que ese índice representa menos del 20 por ciento de ese sector de la población.
Los objetivos
> Reducir la brecha de acceso y permanencia laboral de las mujeres
> Lograr que tengan acceso pleno a la justicia
> Fomentar la participación de los hombres en las labores del hogar
> Fomentar los derechos de las mujeres en el ámbito público
