El debate que generó la medida administrativa de los uniformes neutros fue adultocentrista, ya que no se le preguntó a la niñez su opinión al respecto. Tania Rodríguez y Juan Martín Pérez concuerdan en que esto se debe a que las niñas y niños se ven como objetos de tutela y no como sujetos de derechos.
“Hay un sentido de paternalismo, de protección, hay que cuidar a las niñas, porque los niños son ‘traviesos’”, coincide el sexólogo educador Luis Perelman.
De acuerdo con la Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes, el ejercicio de los derechos de los adultos no podrá condicionar el ejercicio de los derechos de la niñez y adolescentes. Sin embargo, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) 2017, 22.5 por ciento de las niñas y niños opina que en el país sus derechos se respetan poco o nada.
Las infancias también están protegidas a nivel internacional. México no sólo cuenta con dicha ley, donde se enuncia el derecho a la identidad, también adoptó, desde 1989, la Convención sobre los Derechos del Niño, que reconoce los derechos humanos de las personas menores de 18 años y en el artículo 28 establece que la educación deberá estar encaminada a desarrollar la personalidad.
Los uniformes neutros podrían contribuir a esta garantía para la niñez.
“Recordemos que los derechos son interdependientes, entonces, el uniforme impuesto u obligado viola el derecho a la identidad, a decidir sobre el cuerpo, a expresarse libremente y puede ser discriminatorio. La forma de vestir es parte del libre desarrollo de la personalidad”, añade Pérez.
El exdirector de Redim también cita al artículo 3 constitucional que establece la educación con un enfoque de derechos humanos como la libertad y la igualdad sustantiva.
“La medida es positiva porque ayudaría a superar muchas prácticas de discriminación que siguen permeando en las escuelas”, alude a los uniformes neutros.
Según la Enadis 2017, en México 40.9 por ciento experimentó en el último año, al menos una situación de discriminación por parte de algún compañero o compañera de la escuela y 36 por ciento de los menores se han sentido discriminados por su forma de vestir. Prueba de ello es el caso de Axan, a quien en 2016 le fue negada la entrada al preescolar Imrac en Sonora por tener el cabello largo, ya que el reglamento así lo establece. En agosto de 2015, su mamá envió una carta y una denuncia al Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (Conapred).
“A los niños sólo se les permite portar cabello corto, mientras que las niñas pueden portar el cabello largo. Cuando es el estereotipo social, en este caso relativo al género, el que regula el ejercicio de algún derecho, inevitablemente se termina por vulnerar los derechos”, falló a su favor el Conapred en mayo de 2016.
En un boletín de 2019, el Conapred incluso celebró los uniformes neutros en la Ciudad de México, ya que contribuyen a desmontar estereotipos de género.
Una ciudad de derechos lleva la igualdad a todas las esferas. Con el secretario de la @SEP_mx @emoctezumab anunciamos el uniforme escolar neutro en la Cd. La falda no será exclusiva para las niñas y el pantalón para los niños. Acciones sencillas para promover igualdad de derechos pic.twitter.com/SlohIh5T5P
— Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) June 3, 2019