[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_0u2nu0p3″ responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] El debate sobre la regulación de la cannabis y sus derivados es uno de los grandes temas ausentes en las campañas presidenciales a pesar de que hay signos evidentes de que la política oficial de drogas en el país ha demostrado ser un modelo fallido.
La coyuntura político electoral no podría ser más propicia para debatir sobre éste y otros grandes temas de la agenda nacional, sin embargo, la despenalización del uso de la marihuana no parece ser un tema que pueda redituar en votos y, por lo tanto, no se incorpora a las propuestas de campaña de los aspirantes presidenciales.
Con la abrumadora evidencia que coloca ya al 2017 como el año más violento en la historia moderna del país y a las puertas del proceso electoral más trascendental para México, el tema de la política de drogas cobra una mayor relevancia, pero en la clase política parecen no escuchar las demandas de una sociedad lastimada.
“Es desesperante, es frustrante que estos temas que son sin duda de absoluta prioridad para la población en general no se debatan. Esa frustrante necedad es la que nos tiene en esta ruta de nulo progreso y que por lo mismo no lo ves en los debates, ni en las propuestas, ni en los mensajes. No hacen caso a pesar de los llamados constantes y se dedican a atacarse entre ellos”, apunta Juan Francisco Torres Landa, Secretario General de México Unido Contra la Delincuencia y uno de los 4 primeros amparados para el consumo recreativo de la marihuana en el país.
Si bien se reconoce que la despenalización por sí sola no resolverá el problema de la seguridad pública, la regulación de la marihuana le quitaría a los cárteles el control del mercado ilícito, una importante fuente de ingresos y se convertiría en un mercado legal y controlado que podría ayudar a cambiar la dinámica de lucha antidroga.
La semana pasada, la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió una segunda sentencia de amparo para poder utilizar la marihuana para fines lúdicos o recreativos y declaró la inconstitucionalidad de cinco artículos de la Ley General de Salud que prohíben su consumo.
Aunque el fallo solamente autoriza el cultivo y el consumo para el promovente del amparo, especialistas señalan que el precedente sentado por la Corte también debería abrir un debate sobre la necesidad de una reforma legal que permita que los artículos declarados inconstitucionales sean modificados constitucionalmente.
Casi de forma unánime, los promoventes de la despenalización y la regulación de la marihuana: políticos, académicos, empresarios, activistas e investigadores esgrimen la misma razón por la cual este debate no forma parte de la agenda de los candidatos: es un tema que no es redituable en votos y, de hecho, sigue siendo considerado un tabú que podría restarle apoyos en la carrera presidencial.
“Son temas que desgraciadamente cuestan votos. Por lo mismo es complicado que los candidatos los tomen. A mí me gustaría que los candidatos fueran directos y digan cada uno sus propuestas, hoy en día somos muchos indecisos que no sabemos por quién vamos a votar todavía, pero que estamos esperando saber qué piensan de algo tan importante como el tema de la cannabis”, asegura Raúl Elizalde, activista y fundador de Fundación Grace.
Una realidad innegable es que a pesar de que en los últimos años se ha ido avanzando en las garantías individuales, siguen existiendo algunos temas tabú en la sociedad, tópicos muy delicados que continúan generando cierto rechazo por parte de amplios sectores de la población.
En esta dinámica se sigue imponiendo el cálculo político, las campañas continúan girando en torno a los lugares comunes, a las propuestas vacías (y muchas veces irrealizables) y, sobre todo, al cortoplacismo sin ofrecer alternativas a largo plazo en temas de impacto social como la despenalización de las drogas.
No hay que dejar la agenda inmediata de los temas urgentes a corto plazo, pero tampoco hay que dejar de lado la agenda hacia el largo plazo”, señala el Doctor Oscar Próspero García, investigador de la UNAM.
No sólo es el tema de la despenalización o regulación de las drogas. La exigencia hacia los candidatos para que tomen posturas concretas en otros temas como la conquista de las libertades sociales tales como el matrimonio entre parejas del mismo sexo y el derecho al aborto es casi unánime. En esta ocasión, la sociedad no parece dispuesta a aceptar evasivas o frases elaboradas como: “estamos abiertos al debate”.
La oportunidad
Si bien el debate de la regularización de las drogas, especialmente de la cannabis y sus derivados, remite inmediatamente al tema del narcotráfico, de la seguridad y de la violencia, existen otras vertientes menos exploradas pero que podrían verse potenciadas en caso de que se apruebe la despenalización.
Actualmente, gracias a un cambio en la legislación en 2017, ya es legal el uso de la marihuana para fines médicos y terapéuticos, y aunque dado el contexto se considera un gran avance, existe la percepción entre los promoventes de la despenalización que es necesario un cambio de paradigma más ambicioso que permita aprovechar todo el potencial de la producción y comercialización de la planta para distintos fines.
Uno de los más visibles impulsores es el expresidente mexicano Vicente Fox, quien en el marco de la presentación de un foro para discutir sobre la cannabis recalcó el enorme valor que tiene como producto, no solamente para reducir los índices de violencia, sino en términos de su potencial para el desarrollo económico.
Los impulsores de una legislación más abierta en relación a la cannabis manifiestan un enorme entusiasmo del potencial que tiene la planta y sus derivados para poder integrarse como una parte importante del sector económico formal, generando empleos, atrayendo inversión, aportando a la recaudación fiscal, fomentando la investigación e impulsando acciones preventivas.
“Necesitamos hablarlo desde el punto de vista más científico, desde el punto de vista de la industria y poder ver qué beneficios nos puede traer esta planta y sobre todo que exista la voluntad verdadera de los políticos para poder hacerlo”, apunta Raúl Elizalde.
Por su parte, el Doctor Oscar Próspero advierte que la sociedad médica prácticamente no ha sido invitada al debate sobre las drogas, a pesar de que el factor de salud y de investigación debería de ser un punto central en la discusión.
“El tema de la salud y la investigación es tan importante como el de la seguridad. El punto de vista médico, neurobiológico, neurocientífico es ahí donde tenemos la clave. Hay que invertir en la salud, invertir en la investigación de la neurociencia y todo ello nos va a ayudar a mejorar no solamente la vida de una persona en particular, sino la vida pública, la vida social”, recalca.
Para Raúl Elizalde, uno de los grandes obstáculos para una regulación completa es que existe la percepción general de que con la legalización se va a disparar el consumo, por lo que es de suma importancia integrar al debate público propuestas firmes en materia de regulación integral pero sobre todo en materia de salud y prevención.
“Hay que hablar de una buena regulación, por eso es importante la prevención. Lo más importante es la salud, luego la seguridad y luego lo económico.
Pero ese es el problema exacto, a nadie le interesa hablar de un tema de prevención cuando deberíamos estar invirtiendo en esto, sin embrago a nadie le interesa porque no vende políticamente. Vende más el tema de seguridad pública que el tema de prevención”, apunta.
En relación a este asunto, el Doctor Oscar Próspero está convencido de que la mejor manera de prevenir las adicciones es potenciar la investigación en materia neurocientífica enfocada en los efectos de las drogas en cada caso particular, pero para eso se necesita no sólo inversión, sino planeación y compromiso por parte de los actores políticos para apostarle a un tema que no es políticamente redituable.
“Se trata de prevenir pero sabiendo las causas. Si no tuviéramos la vulnerabilidad de las drogas nadie se volvería adicto y entonces de vez en cuando podríamos disfrutar de una droga, como hace aquel que no es adicto al alcohol y ocasionalmente disfruta una copa, pero no es todo el mundo, hay un porcentaje vulnerable a la adicción y ese es el que necesitamos detectar”, argumenta.
Mezquindad política
El abogado Juan Francisco Torres Landa fue una de las primeras cuatro personas amparadas por la Suprema Corte en 2015 para poder cultivar su propia marihuana para fines recreativos, el primer fallo en su tipo en la Corte.
A 3 años de distancia, el máximo tribunal del país ha otorgado un segundo amparo al abogado Ulrich Richter Morales en el mismo sentido, aunque en ambos casos sólo ampara a los promoventes del amparo y, a pesar del pronunciamiento de los ministros de la Corte, ni en el legislativo ni en el Ejecutivo se han pronunciado sobre un posible cambio en la materia.
“Si hablamos de lógica lo que se debería proponer es una reforma legal en la cual los artículos que están siendo declarados inconstitucionales por parte de la Corte procedan a una reforma que hagan que estos artículos cambien.
Necesitamos que haya una mayor visión, una mayor apertura por parte de quienes nos gobiernan. El máximo tribunal ya se ha pronunciado, ya nos ha dicho que esto es algo que requiere un tratamiento distinto”, sentencia Torres Landa.
Para el abogado, existen dos razones por las cuáles la clase política y gobernante se niega a plantear una reforma más profunda en el tema de la despenalización de las drogas, el primero es la hipocresía y el segundo es la mezquindad.
“Hipocresía porque a pesar de que saben perfectamente qué es lo que está sucediendo en materia de seguridad y justicia y lo que la política prohibicionista de drogas ha generado se niegan a reconocerlo.
Y la mezquindad es que por no reconocerlo no podrían o no hacen lo que es lógicamente necesario; que es dar un giro y optar por una opción de política pública distinta”.
Torres Landa también reconoce que sigue existiendo una gran resistencia en amplios sectores de la sociedad a aceptar la legalización de la marihuana, y esto se debe a una profunda desinformación, a una percepción de que este cambio abriría la puerta a una inundación del mercado o a un crecimiento exponencial de los consumidores.
“Esos grandes riesgos que dicen que se podrían propiciar son la realidad que ya estamos viviendo. Hay una gran disponibilidad de estupefacientes. No sabemos de qué calidad, en qué cantidad o de qué forma se están distribuyendo, no tenemos ningún control.
Justamente el propósito del cambio es sacar de la opacidad, sacar de lo oscurito y regular como se hace con el alcohol, el tabaco o los medicamentos: cómo, cuándo y dónde se pueden consumir, de qué manera, quien tiene acceso, etcétera”, concluye.
El 4:20 en México
El 20 de abril se ha convertido en la fecha elegida por los miembros de la cultura de la cannabis en México y en muchas partes del mundo para celebrar los beneficios de dicha planta y también para pedir su despenalización o legalización.
Aunque hay distintas versiones sobre el origen del término (420, 4/20 o 4:20) el más aceptado y difundido entre la comunidad cannábica se refiere a la historia de un grupo de estudiantes de preparatoria de California en Estados Unidos que se reunían justamente a las 4:20 de la tarde bajo una estatua de Louis Pasteur ubicada en el instituto para consumir marihuana.
De acuerdo con esta versión, los jóvenes establecieron esta hora específica porque las clases terminaban a las 15:10 horas y las actividades extracurriculares a las 16:20, y era en ese momento en que el grupo de amigos se reunían para fumar cannabis. Además, el uso de la expresión les permitía poder acordar una reunión sin temor a ser descubiertos por sus padres o profesores.
Con el paso del tiempo, la expresión se hizo popular entre los integrantes de la subcultura cannabica y se convirtió también en un ícono para protestar por la despenalización de la marihuana, aunque con un cambio, de ser una hora (4:20) se convirtió en un día conmemorativo, el día 20 del cuarto mes del año que es abril.
En nuestro país, desde hace algunos años, los colectivos en pro de la cannabis realizan los días 20 de abril manifestaciones pacíficas, jornadas de consumo, actos informativos y este viernes no será la excepción.
Para la conmemoración de este año, el llamado Club Cannábico Xochipilli se manifestará frente a la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) para presentar una solicitud oficial para el cultivo colectivo de la planta, la cual contará con el respaldo de 200 peticiones de los miembros activos de dicha organización.
También habrá otras reuniones en puntos de la Ciudad de México como en la Plaza Lázaro Cárdenas o la Plaza de la Ciudadela en donde se celebrarán asambleas, pláticas informativas y se dará asesoría jurídica.
De igual forma se llevará a cabo la marcha 4:20 Cannabis All Day que parte del Ángel de la Independencia a la Secretaria de Salud.
La fecha hace referencia al 4:20, el término simbólico adoptado para hacer referencia al uso y consumo de la marihuana y a todas las expresiones sociales y subculturas que han ido surgiendo en torno a la planta a través de los años.