Marginación, primer paso a la violencia

Al menos cinco colonias con un grado de marginación de medio a alto concentran la mayor parte de las denuncias por delitos contra las mujeres, lo que demuestra que la condición social es un factor importante en el problema
David Martínez David Martínez Publicado el
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La marginación en las colonias de la Ciudad de México es un factor que ha influido y agravado la violencia de género en este 2020.

Cifras de la Fiscalía General de Justicia local revelan que, de enero a junio de este año, las colonias más marginadas son las que concentran el mayor número de denuncias por delitos contra las mujeres.

Incluso, cinco colonias con un grado de marginalidad que va del rango medio al alto concentran hasta el 6 por ciento de su incidencia en los ilícitos de violencia familiar y violación en ese periodo de tiempo.

Mientras que una sola acumula el 6 por ciento de las indagatorias judiciales por el delito de acoso durante el primer semestre del año.

Los porcentajes mencionados son grandes tomando en cuenta que existen en la ciudad alrededor de mil 200 colonias.

Especialistas en estudios de género señalan que el contexto social de marginalidad es un factor que interviene en la problemática directamente.

De las mil 200 colonias en la Ciudad de México, el Centro Histórico es en donde más se comete el delito de acoso sexual

También consideran que la alta incidencia es porque las acciones de las autoridades no están enfocadas en atender a las mujeres más vulnerables, tanto social como económicamente.

Violencia familiar

Las 5 colonias que concentran más carpetas de investigación por el delito de violencia familiar son el Centro Histórico, el Pedregal de Santo Domingo, Agrícola Oriental, Morelos y Doctores.

De enero a junio de 2020, estas localidades suman 697 carpetas de investigación por este ilícito.

Lo que representa el 5 por ciento de un total de 12 mil 17 indagatorias abiertas por este crimen en la ciudad.

Estas localidades con más denuncias por violencia familiar, según el Sistema de Información de Desarrollo Social de la Secretaría Inclusión y Bienestar Social (Sibiso), tienen un grado de marginación va de medio a alto.

Violación

Las 460 carpetas de investigación abiertas en este primer semestre de 2020 por el delito de violación se han reportado principalmente en el Centro Histórico, Doctores, Agrícola Oriental, Santa Úrsula y Morelos.

En total, estas 5 colonias acumulan 28 indagatorias, el 6 por ciento de la incidencia de este delito de enero a junio de 2020.

Al igual que en el caso de la violencia familiar, las 5 colonias mencionadas presentan, según datos de la Sibiso, un nivel de marginación que va de medio a alto: Morelos y Santa Úrsula tienen el grado más elevado.

Además, 4 de las 5 localidades con más carpetas de investigación abiertas por violación también son las de mayor incidencia de violencia familiar.

Acoso

En el Centro Histórico se levantaron 28 carpetas de investigación de enero a junio de este año por acoso sexual, lo que representa el 6.8 por ciento de las 406 registradas en el Portal Datos Abiertos de la capital.

Esto significa que en esa colonia, considerada con un grado de marginación medio por la Sibiso y, de las mil 200 que hay en la ciudad, es en la que se inician más indagatorias por acoso.

Factores inseparables de la marginación

Lucía Núñez, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México, considera que la violencia contra la mujer no se puede desligar de la marginación.

Es por ello que las colonias con mayor pobreza son las que tienen más incidencia delictiva.

“La violencia de género también tiene como factor la redistribución económica y cultural”, señala.

Nuñez explica que la violencia que padece una mujer indígena o vendedora ambulante es diferente a la que vive alguien que pertenece a la clase media.

“No todas las mujeres sufren violencia en el mismo grado, no solamente es por ser mujer, también intervienen el factor económico, las carencias. Dependiendo de eso se tiene mayor o menor grado de vulnerabilidad”, señala

Argumenta que no se debe de separar a la condición social del análisis de la violencia machista porque el nivel de vulnerabilidad es un factor que origina la problemática.

“La violencia de género no es en sí el problema, antes de eso está la violencia económica y las necesidades de las mujeres. Si las mujeres tuvieran mejores empleos y mejores salarios la situación sería diferente”, dice.

“No podemos analizar las desigualdades a partir de un solo eje: ser mujer. También influye todo el esquema de opresión detrás”, agrega.

Políticas mal enfocadas

Lucía Núñez, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM, menciona que las políticas públicas para combatir la violencia de género están enfocadas en el sector de la población femenina de la clase media, lo que excluye a las mujeres más vulnerables.

“La política urbana está centrada en la mujer de clase media que desarrolla principalmente sus labores en casa, no a las que salen a la calle y son vendedoras ambulantes, por ejemplo, que también son víctimas”, dice.

Las acciones gubernamentales como la atención a través de videollamada por zoom, que han implementado las autoridades capitalinas en conjunto con el Consejo Ciudadano durante la pandemia por COVID-19, no contemplan a las víctimas más vulnerables, explica.

“Y si el agresor no le permite tener acceso a la tecnología y todo el tiempo la está vigilando, cómo va a poder formalizar una queja o ser atendida”, señala.

Por ello, el Gobierno debe implementar políticas incluyentes que tomen en cuenta la condición social como factor determinante de la violencia machista en la capital.

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