Ante la crisis que enfrenta el país en materia de fosas clandestinas y desaparición de personas, por la que los esfuerzos gubernamentales no terminan de ser suficientes, organizaciones de la sociedad civil y la academia lanzaron un modelo de proyección para determinar la probabilidad de que haya más de estos sepulcros en determinados municipios. Lo que, además, revela las condiciones que han permitido la proliferación de estas prácticas a nivel local.
De acuerdo con el informe semestral de la Comisión Nacional de Búsqueda y la Secretaría de Gobernación, entre diciembre de 2018 y junio de 2021 se localizaron un total de mil 749 fosas clandestinas a lo largo del territorio nacional. Tan solo en el primer semestre de este año, los hallazgos sumaron un total de 174, si bien esto representa una reducción con relación al mismo periodo de 2019 y 2020, cuando se dio con 408 y 297, respectivamente.
“Vemos una tendencia a la baja en el hallazgo de fosas clandestinas, lo cual es positivo. Por supuesto, es un fenómeno que subsiste en nuestro país (…) Mientras no resolvamos que los casos de desaparición sean castigados, este fenómeno va a seguir reproduciéndose, la impunidad es la razón por la que sigue presente”, dijo Alejandro Encinas, subsecretario de Población, Migración y Derechos Humanos, al presentar el informe el pasado 7 de julio.
Mientras el Gobierno federal mantiene esta estrategia de búsqueda, organizaciones como Artículo 19, Data Cívica, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y la Universidad Iberoamericana, en compañía de colectivos de víctimas y familiares, lanzaron su propia Plataforma Ciudadana de Fosas, presentada el pasado 14 de septiembre, la cual registra un total de dos mil 237 hallazgos entre 2006 y 2019.
Además del registro -elaborado con reportes periodísticos, recabados por el Programa de Derechos Humanos de la Ibero, y de la Fiscalía General de la República y sus similares estatales, obtenidos por la CMDPDH– la plataforma también cuenta con un mapa interactivo de país que permite proyectar la posibilidad de encontrar nuevas fosas en cada uno de los dos mil 458 municipios del país. Basándose en 56 indicadores geográficos, sociodemográficos y de violencia.
Entre los indicadores de violencia, el modelo contempla el total y la tasa de homicidios, el hallazgo de fosas, desapariciones, la realización de al menos un operativo de seguridad o decomisos de distintas drogas y armas. Los geográficos incluyen la extensión y tipo del terreno, su cercanía con carreteras o con las fronteras del país, tomando en cuenta si son del norte o sur. Mientras los sociodemográficos se centran en población, marginación, ingreso real y resultados educativos.
Aprendiendo del pasado para la ubicación de fosas
Para conocer los detalles de este modelo predictivo y de su alcance, Reporte Índigo entrevistó a Adrián Lara, director de proyectos de Data Cívica. Quien explica que las proyecciones funcionan “hacia atrás”, es decir, tomando la información de los municipios en los que ya se encontraron fosas clandestinas en el pasado, para después encontrar sus similitudes con otras demarcaciones, principalmente en donde no ha habido hallazgos.
“A grandes rasgos, es tomar los municipios donde ya se han encontrado fosas, buscar estos indicadores y ver qué tan similares son con otros municipios en donde no ha habido hallazgos, todavía. Como asterisco, el modelo está hecho con datos del 2018, todavía tiene cosas por actualizar, hicimos ese corte de caja. De 2018 para acá, algunas características pudieron variar, probablemente lo hicieron, sobre todo en el contexto de la pandemia, pero la idea es la misma”.
Aún pendiente de esta primera actualización, la Plataforma Ciudadana de Fosas comenzó a dar resultados desde sus primeras proyecciones antes del corte de 2018. Si bien ha habido municipios en los que se esperaban hallazgos en los que aún no los ha habido, comenta Lara, el modelo predictivo acertó en un número importante de localidades en donde se encontraron fosas clandestinas, particularmente con las búsquedas iniciadas por la actual administración federal.
Al ser las fosas clandestinas uno de los escenarios más crudos de la ausencia del Estado, la presencia del crimen organizado y la vulnerabilidad de la sociedad, una herramienta como el modelo predictivo de la plataforma podría ayudar, no solo a localizar restos humanos, sino también a prevenir futuros casos en municipios que acumulan varios de los factores clave para determinar que presentan altos niveles de riesgo.
“No es un ‘mapa del tesoro’ donde pongamos una ‘x’ y digamos que ahí tiene que haber forzosamente una fosa o algún tipo de violencia. No, pero la realidad es que sí sirve para este tipo de alertas. Una vez que encontramos estos patrones en los municipios y exploramos las variables que permitieron encontrarlos, es suficiente información para prender alarmas en ciertos municipios, más allá de que se encontraran fosas o haya una comisión de búsqueda activa”.
Como ejemplo de esto, señala la labor que ha realizado el Consejo Ciudadano del Sistema Nacional de Búsqueda, el cual se ha enfocado en evaluar a las comisiones instaladas en los estados de la República basándose en las capacidades con las que cuentan para cumplir con sus tareas. A lo que Lara añade que todas las autoridades involucradas en estas labores se encuentran en situaciones similares en cuanto limitantes para cumplir con las búsquedas, identificaciones y transparencia.