El Sistema de Transporte Colectivo (STC) pagó el mantenimiento y refacciones de trenes de la Línea A del Metro de la CDMX, pero los bienes y servicios no fueron entregados o se recibieron con defectos aún cuando gastaron en su adquisición alrededor de 123 millones de pesos.
De esa cantidad, el Metro erogó 24 millones de pesos por la compra de 25 ejes motrices para el mantenimiento mayor de trenes modelo FM86 de la Línea A. Sin embargo, no existe un documento que certifique que las piezas fueron entregadas, indica la verificación con número de folio V-1/2019 de la Contraloría General de la Ciudad de México que realizó al medio de transporte en abril de 2019.
Los ejes motrices son necesarios para que los vagones de los trenes del Metro conserven la estabilidad durante sus recorridos. El documento citado revela que la compra tuvo lugar en el mes de septiembre de 2018, durante la administración pasada, cuando Jorge Jiménez Alcaraz se desempeñaba como director del STC. La operación fue realizada a través de un procedimiento de adjudicación directa, sin concurso de licitación pública, por el que se firmó el contrato STC-GACS/CCE- 4051/2018, en poder de Reporte Índigo, que revela que cada eje cuesta 857 mil pesos.
La empresa real, mantenimiento fantasma en la Línea A
La empresa contratada para la compra de los ejes motrices fue Productos y Servicios del Centro S.A de C.V. “La gerencia de bienes y su- ministros no presentó evidencia documental al almacén, siendo el único documento comprobatorio el Formato Único de Movimientos de Almacén, sin firmas”, mencionan los resultados de la investigación de la Contraloría de la capital a los que tuvo acceso Reporte Índigo. Tampoco existe ningún documento que certifique la instalación de los ejes comprados en los almacenes de la estación La Paz de la Línea A.
“La Gerencia de Ingeniería y la Coordinación de Mantenimiento Sistemático de La Paz no acreditaron la instalación de 25 ejes motrices para los trenes modelo FM86”, señala la contraloría.
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Mientras que del contrato STC-CNCS-113-2018, que también se le adjudicó a la empresa Productos y Servicios del Centro S.A de C.V, para el mantenimiento mayor a dos trenes de rodadura férrea FM86 por el importe de 99 millones 832 mil 960 pesos, el órgano fiscalizador observa que el personal de la gerencia de Material Rodante no entregó al proveedor las fichas técnicas para realizar los trabajos. Por lo cual, la contraloría no pudo verificar si se realizó o no el mantenimiento mayor a los trenes con matrices 25/14 y 29/26.
El órgano de control de las dependencias, institutos y organismos autónomos del Gobierno de la capital afirma en la investigación que la gerencia de Material Rodante sólo proporcionó como prueba documental de los trabajos en el tren 25/14 las “Bitácoras de Movimientos de Entrada y Salida de Trenes”.
Sin embargo, respecto al tren 29/26, el Metro no otorgó ningún documento que acredite su mantenimiento mayor. Ante esta situación, la contraloría pidió que se anexen las pruebas legales y oficiales que certifiquen que sí se realizaron los trabajos de mantenimiento mayor en ambos vehículos.
En ese mismo contrato, la verificación señala que 17 pendientes menores, del Anexo Técnico 1, fueron entregados con un retraso de entre 65 y 160 días. Lo cual, ameritaba una penalización de 12 millones de pesos para la compañía. Pero tampoco hay una prueba de la aplicación de la garantía por parte del Metro.
Empresas sin experiencia
En la misma verificación pero en referencia a otra compra, la Contraloría General analiza el con- trato STC-CAGCS/CCE-4016/2016 firmado en noviembre de 2016, que se otorgó a la empresa Consorcio Internacional Quetzalcóatl S.A de C.V. El objeto del acuerdo comercial fue la adquisición mil 19 diferenciales marca Texelis, por un monto de 997 millones 238 mil 684 pesos.
Dichos objetos son los encargadas de transmitir la energía eléctrica de los rieles a los motores de tracción para que los vagones del tren se muevan cuando estén en marcha. De las mil 19 piezas, 22 presentaban la falla de no tener efecto diferencial y una más tenía una fuga de aceite. Sin embargo, la Gerencia de Material Rodante no hizo válida la garantía durante los 30 días posteriores a la entrega de los bienes, con lo que se violó la décima primera cláusula del contrato.
24 millones
Además, el Metro no entregó facturas a la contraloría respecto al pago de 75 diferenciales, cuyo monto asciende a 37 millones 939 mil 538 pesos. Lo cual implica que el STC también incumplió con el contrato y los plazos de pago acordados a la empresa. El 22 de marzo pasado, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se refirió respecto a la compra de dichos instrumentos y la calificó como una vergüenza, pues el Consorcio Internacional Quetzalcóatl S.A de C.V. se dedica al ramo médico.
“¿Cómo es posible que para el Metro de la Ciudad de México, algo tan importante para la capital, donde se mueven más de cuatro millones de personas todos los días, se haga una compra para su mantenimiento de estas características con una empresa que no tiene ninguna experiencia de este tipo?”, cuestionó. Sheinbaum informó que dicha compra fue realizada con recursos del Fideicomiso del Metro y se iba a investigar al respecto.
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“Lo importante es que acabe eso y que todo lo que se encuentre se envíe a la Contraloría General, y en su caso, si es muy grave, a la misma procuraduría”, informó la mandataria capitalina. En aquella ocasión, la jefa de Gobierno no dio más detalles en cuanto a las irregularidades. No obstante, la verificación en poder de Reporte Índigo demuestra que también hubo diferenciales con fallas así como irregularidades en la aplicación de las garantías del contrato para el mantenimiento y servicio de la línea A.
La Gerencia de Ingeniería y la Coordinación de Mantenimiento Sistemático de La Paz no acreditaron la instalación de 25 ejes motrices para los trenes modelo FM86
