En México, las mujeres son objeto de discriminación laboral, siendo las madres de familia uno de los grupos más vulnerables ante este tipo de violencia. De acuerdo con un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las madres participan un 5 por ciento menos en las actividades económicas fuera del hogar, en comparación con mujeres que no son madres.
Andrea, madre y docente, víctima de discriminación laboral comentó cómo a pesar de contar con las calificaciones para un puesto, fue descartada en cuanto supieron que tenía un mes de gestación.
“Soy docente, mandé mi currículum y me llamaron de la escuela. Me entrevistaron y halagaron mi perfil, a la vez que me informaron que daría una clase muestra la siguiente semana. Cuando la entrevista estaba por culminar, comenté que tenía un mes de embarazo. Después de ello ya no me llamaron para la clase muestra”, relató Andrea.
Esta no fue la única ocasión en la que Andrea fue rechazada en un trabajo o fue objeto de cuestionamientos invasivos con respecto a su maternidad por parte de un empleador.
En el informe Cerrando brechas de género en el mundo del trabajo, del BID, se menciona que mientras en países como México, Guatemala y Honduras se registra un 5 por ciento menos de participación laboral de mujeres madres, en sitios como Nicaragua y República Dominicana, las mujeres con hijos participan en la economía aún más que las que no son madres.
🔵 #Entérate | Una nueva medición en torno a los desequilibrios de género en el acceso al empleo y las condiciones de trabajo por parte de la OIT, advierte que 15% de las #mujeres en edad de trabajar desearían tener un empleo pero no lo tienenhttps://t.co/zIhDHfpRR4
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) March 7, 2023
Por otra parte, el mismo informe menciona que los padres incrementaron cerca de 5 puntos porcentuales su participación laboral, en comparación a los hombres sin hijos.
Mientras los hombres no reciben cuestionamientos en torno al cuidado de los hijos cuando realizan sus actividades laborales, las madres son constantemente cuestionadas sobre cómo organizarán su tiempo para desempeñarse como trabajadoras y madres.
“En otra escuela la entrevista contenía preguntas sobre mi maternidad, si tenía quien cuidara a mi hijo, si el papá del niño estaba de acuerdo en que yo trabajara, si planeaba tener más hijos y qué pasaría si mi hijo enfermaba”, rememoró Andrea.
Estereotipos, causa de la dicriminación
Por su parte, la doctora Artemisa Montes Sylván, fundadora y directora del Observatorio Mexicano de la Crisis, aseguró que gran parte de la desventaja laboral de la que son víctimas las madres se debe a la concepción y funcionamiento del mundo laboral.
“La brecha laboral afecta mucho más a las mujeres que son madres, especialmente cuando son cabeza de familia. Además, el entorno laboral sigue siendo un entorno pensado para los hombres, es decir, un entorno en el que no se ve bien que alguien quiera pedir permiso para ir al festival de su hijo.
Ese tipo de cosas van estigmatizando a las madres en el entorno laboral ‘es que siempre su hijo está enfermo, es que siempre está pidiendo permisos es que otra vez llegó tarde’, ¿Por qué? Porque es un entorno diseñado por los hombres para los hombres, en los que las mujeres antes estaban en casa cubriendo todas las necesidades de los hijos, pero ahora si la mamá trabaja no se ve bien, se ve como si su compromiso con el trabajo fuera menor”, aseguró Montes.
Según el BID, pese a los avances en la materia, las brechas de género en el mercado laboral persisten y son una importante fuente de inequidad entre hombres y mujeres. Una de ellas es la creencia de que las mujeres deben ejercer casi exclusivamente el trabajo no remunerado al interior del hogar y el cuidado de los hijos.
“Además de la brecha salarial y la segregación ocupacional, las mujeres luchan por balancear su vida laboral con los cuidados del hogar. Todo ello sucede en un entorno donde las condiciones sociales y los estereotipos de género limitan su poder de negociación en la esfera personal y en la pública, e incluso las expone a situaciones de violencia.
“Detrás de la aparentemente simple decisión de una mujer de salir a trabajar o a buscar trabajo, confluyen múltiples factores (sociodemográficos, económicos, institucionales, culturales y personales) que operan en distintas direcciones toda vez que van cambiando su relevancia a lo largo del ciclo de vida. En la trayectoria laboral de las mujeres de la región, revisten gran importancia la sobrecarga de trabajo no remunerado derivado de la vida en pareja y el cuidado de los hijos pequeños, el papel de la mujer como perceptor secundario de ingresos y las características propias como la edad y el nivel educativo”, menciona el informe.
Las mujeres que son madres basan en varios aspectos su decisión de incorporarse al mundo laboral, tales como: el ingreso de su pareja, los costos asociados a los quehaceres del hogar y al cuidado de los hijos y los roles y estereotipos sociales de género.
Este es un tema muy importante. Países enteros sufren pérdidas en sus tazas de natalidad porqur las mujeres, ante esta discrimiancion laboral, deciden no ser madres por la importante pérdida económica y profesional.
Leyes deberían regular esto.— Manuel Revilla Casil (@manrevca) September 6, 2020
“Al convertirse en madres, muchas mujeres suelen interrumpir su trayectoria educativa y laboral debido al propio periodo de maternidad y al posterior cuidado de los hijos, lo que no suele ocurrir cuando los hombres son padres.
“La penalización laboral a las mujeres madres está asociado a varios factores, entre ellos: el hecho de que las madres dedican menos horas al empleo remunerado, la pérdida de experiencia laboral, el intercambio de trabajos de salarios altos por trabajos flexibles con salarios bajos y la discriminación laboral”, concluye el BID en el informe Cerrando brechas de género en el mundo del trabajo.