Productores ejidatarios de la alcaldía Xochimilco decidieron enfrentar la contingencia por el coronavirus en la Ciudad de México y en lugar de abandonar sus cosechas, decidieron ir a distribuirlas ellos mismos.
“En un momento de crisis, lo mejor que puedes hacer es crear una oportunidad”, afirma Dulce María Sánchez, miembro del proyecto El Rincón de la Chinampa.
La iniciativa surgió a partir de la baja en ventas por la contingencia por Covid-19 como una opción para que los productores ejidatarios del paraje de Axayopan, ejidos de San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco, no vieran perdido su trabajo por la crisis sanitaria.
Actualmente, unos 60 ejidatarios del pueblo de San Gregorio Atlapulco se unieron para entregar sus productos a quien se lo solicite en las 16 alcaldías de la capital
Dulce María explica que el proyecto tiene como origen la fonda en el centro de Xochimilco, El Rincón de la Chinampa, inaugurada a principios de marzo pasado pero que con la contingencia tuvo que cerrar.
“Queríamos fortalecer la producción local, pero como negocio incipiente, no soportó la emergencia”, explica.
El lugar tenía la intención de hacer platillos tradicionales de la alcaldía con productos de los Ejidos de San Gregorio Atlapulco para promover el comercio local y solidario.
La fonda estaba atrás de la Catedral de San Bernadino y contaba con aceptación de la población en general y del turismo.
Pero los productores de Axayopan se organizaron para distribuir sus hortalizas, en lugar de rendirse y dejar perder su cosecha.
Lo único que cambió fue la forma de operar y el destino final de los alimentos, pues ya no solo se iban a comercializar en mercados, sino de manera directa con las familias.
Sin intermediarios
Dulce María menciona que desde el 20 de marzo pasado comenzaron a ofertar lechuga, rábanos, verdolagas, entre otras hortalizas. Con ayuda del Gobierno de la alcaldía para promocionarse han logrado entregar 25 pedidos en dos semanas.
Explica que a través del WhatsApp, en el número 55 2518 8824, reciben los pedidos. Después El Rincón de la Chinampa proporciona una lista de precios y los consumidores eligen qué van a comprar.
A las 6 de la tarde del día en que reciben el pedido lo preparan para su entrega.
“Se cortan las hortalizas a las 6 de la tarde, a las 7 se limpian y después se echan a las cajas para que sean enviados”, explica.
Al otro día, la jornada comienza a las 6 de la mañana, cuando inicia el reparto de la mercancía.
Hasta el momento, El Rincón de la Chinampa ha entregado hortalizas en siete de las 16 alcaldías de la capital.
“No habíamos tenido esta dinámica de llevar los productos sin intermediarios. Estamos teniendo muchas llamadas de clientes. Las personas nos dicen que las verduras están muy frescas y les gustan”, señala.
Respecto a las ventajas que están teniendo los productores, considera que no tener intermediarios ayuda a conservar las ganancias, sobretodo en tiempos de crisis.
“En supermercados nos hubieran pagado un peso por lechuga en este momento, cuando su precio normal es de 15”, declara.
No dejar perder la cosecha, prioridad de ejidatarios
Aproximadamente a un kilómetro del centro de San Gregorio Atlapulco, está una de las chinampas de Axayopan donde se producen las hortalizas del Rincón de la Chinampa.
Ahí Gustavo Serralde, dueño de una chinampa, explica que antes de la contingencia la situación ya era difícil.
“Yo iba a la Central de Abasto a dejar mi mercancía y ya desde antes teníamos una baja en ganancias, quitaron muchos tianguis y muchos municipios del Estado de México ya tienen también sus centrales”, indica.
En ese entonces sus ganancias rondaban entre los 300 y 400 pesos diarios.
Cifra que desde la segunda semana de marzo, cuando comenzaron las medidas para evitar contagios como la suspensión de clases y el cierre de negocios de entretenimiento, bajó a 150 pesos.
“Cuando vimos que bajaba la venta, muchos decidieron dejar de regar su cosecha y no trabajar para ya no tener más pérdidas”, relata.
En su caso, él tenía una producción de 400 lechugas y 500 kilos de verdolaga, para los que invirtió 15 mil pesos.
Por ello, colaborar con El Rincón de la Chinampa lo ayudó a no perder su producción.
“No es mucho dinero, pero la producción no se echa a perder y recuperamos para volver a invertir”, apunta.
En su caso, también le permite seguir generando ingresos para las dos personas que dependen de él: su esposa y su hijo.
“Ya tengo para otro mes, a todos nos falta unirnos un poco más, invitar a más personas, es juntar a muchos y apoyarnos”, refiere.