Los vagoneros que no se van
Tras cumplirse seis meses de que el Gobierno de la Ciudad de México aumentó la tarifa del Metro, de tres a cinco pesos, no hay poder humano que logre acabar con el imperio de los vagoneros.
Y es que es una práctica común encontrar a vendedores de dulces, discos compactos y demás artículos al menudeo en los andenes y trenes del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Esto, a pesar de que las autoridades locales se comprometieron a sacar el comercio informal de sus instalaciones, una vez que se concretara el aumento al boleto del Metro.
Jonathan Villanuevahttps://www.youtube.com/watch?v=LjedIXqYQgM
Tras cumplirse seis meses de que el Gobierno de la Ciudad de México aumentó la tarifa del Metro, de tres a cinco pesos, no hay poder humano que logre acabar con el imperio de los vagoneros.
Y es que es una práctica común encontrar a vendedores de dulces, discos compactos y demás artículos al menudeo en los andenes y trenes del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Esto, a pesar de que las autoridades locales se comprometieron a sacar el comercio informal de sus instalaciones, una vez que se concretara el aumento al boleto del Metro.
En principio, anunciaron que contratarían a elementos de la Policía Bancaria Industrial (PBI) para controlar el acceso a sus 12 Líneas. Luego informaron sobre grandes operativos y un sin fin de detenidos.
Siguieron los conatos de bronca entre este gremio y las fuerzas policías, que trataron de frenar con un programa de apoyos económicos para quienes cambiaran de fuente de empleo.
Después, reconocieron que era difícil sacarlos, y por último las detenciones se suavizaron, al grado que la tendencia de remisiones al Juzgado Cívico no registran un incremento en comparación con años anteriores.
Por eso, los más de 2 mil 868 comerciantes informales que hay de al menos 15 organizaciones están regresando paulatinamente a las instalaciones del Metro; a gritar y poner música a todo volumen.
Previo al aumento tarifario, el director General del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Joel Ortega, dijo que entre los 11 puntos que justificaban dicho incremento estaba erradicar el comercio informal y dar un mejor mantenimiento a los trenes descompuestos.
Presencia permanente
Ellos siempre han estado ahí. Ofrecen de todo: dulces, chicles, pañuelos, libros digitales, música, videos, cortauñas, juguetes, rompecabezas, lupas, lámparas, agujas, impermeables…
Son los que invaden pasillos, andenes. Quienes lanzan alaridos continuos y empujan a cualquiera que les impide el paso entre los vagones, aún en las horas de mayor afluencia (horas pico).
Sus clásicos gritos son: “llévelo, llévelo”, “como una oferta, como una promoción”, “en esta ocasión se va llevar, damita, caballero”, “aquí le traigo lo que usted estaba buscando”…
En ese grupo también están los que carraspean, gritan o tararean una vieja canción en repetidas ocasiones, y estirando la mano en espera de una moneda mientras se arrastran o cargan menores de edad.
No podrían quedar fuera los vendedores de discos compactos, que a sus espaldas portan gigantescas bocinas empotradas en estructuras metálicas con el volumen a tope.
Según las estimaciones de las propias autoridades, los vagoneros son casi 3 mil comerciantes divididos en 15 agrupaciones; aunque esa cifra podría triplicarse, de acuerdo con el mismo gremio.
Su mercado es grande, pues atienden la demanda de 4.5 millones de usuarios diariamente.
De manera oficial, esta actividad representa una falta a la Ley de Cultura Cívica, pero en la práctica es un terreno con dueño, pues no cualquiera puede entrar a vender su mercancía.
Si alguien lo intenta, es sacado a golpes por los grupos que se dividen la venta en las 11 estaciones del Metro; los encargados de evitar que nuevos comerciantes lleguen son ellos mismos.
La promesa
Desde mediados del año pasado, el Sistema de Transporte Colectivo Metro comenzó a cabildear con el Gobierno del Distrito Federal el aumento a la tarifa; la metodología acordada fue una encuesta.
En tres días (29 y 30 de noviembre, así como el 2 de diciembre del 2013) se realizó una encuesta a los capitalinos para decidir si la gente estaba o no de acuerdo en que se aumentara el costo del boleto.
Según los resultados de la encuesta elaborada por el STC Metro, el 56.2 por ciento de los usuarios entrevistados respaldaron el incremento; mientras que el 43.8 por ciento se pronunció por la negativa.
A cambio, el GDF se comprometió a reparar 105 trenes que estaban fuera de servicio, mantener el acceso gratuito a mayores de 60 años y menores de 5 años, así como a personas con discapacidad.
También se comprometió a retirar a los vagoneros y mejorar la seguridad, comprar 45 trenes nuevos para Línea 1 y 12 y la ampliación de la Línea Dorada; prometió no más incrementos a la tarifa en lo que queda del sexenio y reducir los tiempos de espera.
Para diversos sectores de la sociedad la encuesta fue una burla, ya que la mayoría de la gente asegura que no fue encuestada y que resulta una incongruencia que la sociedad pida que le cobre más.
Con ello surgió el movimiento #PosMeSalto, el cual puso en evidencia que los vagoneros siguen ahí. Luego llegó el cierre parcial de la Línea 12 del Metro, que por ende, retrasará su ampliación.
No crecen remisiones
Quince días después de concretar el aumento a la tarifa, el director del Metro, Joel Ortega, dijo a los medios de comunicación que a partir de enero la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal canalizaría a 500 elementos más para reforzar el operativo contra la venta ambulante.
En conferencia de prensa reconoció que los vagoneros representan un verdadero problema, aunque mantuvo su decisión de retirarlos totalmente de los andenes y trenes.
Dijo que éste es el tema más complicado de cumplir de los 11 puntos comprometidos para mejorar al metro, pero insistió en que en los próximos meses se podrá estar hablando de una solución integral.
Pero a medio año de que se dio el aumento el comercio en el metro sigue y ahora gozan hasta de un apoyo 2 mil 18 pesos que les otorgó la Secretaría de Desarrollo Económico para capacitarlos en el autoempleo. Sin embargo, algunos ya regresaron a vender al metro.
Y con base en una respuesta de acceso a la Información, identificada con el número 0116000030114 en el 2012 se remitieron al Juzgado Cívico 5 mil 579 vagoneros; en 2013, 5 mil 597, y en este medio año van 3 mil 184.
Eso significa que se mantiene el promedio de remisiones, a pesar de que se intensificó un operativo en el que se habló de un importante número de detenidos.
Es más, en el 2011 se registraron más remisiones (9 mi 847). Y ellos siguen ahí, inamovibles.