Los sismos no matan, la corrupción sí, concluyen expertos

A casi un año del sismo del 19 de septiembre, se realizó la presentación del reportaje “¿Por qué se cayó mi edificio?”, en el que se narran 28 historias
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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El sismo del 19 de septiembre que cimbró a la Ciudad de México dejó a decenas de muertos y a miles sin hogar que la corrupción y la impunidad revictimizó.

“Los sismos no matan, la corrupción de las autoridades, la voracidad de empresarios inmobiliarios, e incluso a veces la negligencia de algunos ciudadanos provocan que los daños por los sismos sean mayores”, dijo el periodista investigador Salvador Camarena, en la presentación del reportaje ¿Por qué se cayó mi edificio?, en la que se narran 28 historias de edificios caídos y de sus habitantes.

Thelma Gómez, la encargada de la investigación señaló que durante la elaboración del reportaje de hicieron 800 solicitudes de información de las cuales muchas no fueron contestadas por lo que concluyó que además hay mucha opacidad en el gobierno de la Ciudad de México.

“Hay opacidad, no fueron contestadas muchas de la solicitudes, se reservaron también muchos expedientes como en el caso de la delegación Gustavo A. Madero, donde a pesar de que ganamos los recursos, no nos entregaron los expedientes”, dijo la periodista.

Gómez agregó que en la labor de campo se dieron cuenta de que los vecinos siempre alertan a las autoridades antes de que pase una tragedia, pero la respuesta del gobierno la mayoría de veces es omisa.

Además de la corrupción y la opacidad, la voracidad de los empresarios inmobiliarios ocasionó que la tragedia del 19 de septiembre fuera más grande.

En el edificio ubicado sobre la calle Emiliano Zapata número 56, en la Colonia Portales Karla Kaori y Matilde murieron. Ellas vivían en el cuarto piso y su departamento quedó sepultado a ras de calle bajo una pila de escombros y material de baja calidad.

Tras la investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad se pudo descubrir que en la construcción del edificio se utilizaron cimientos baratos, castillos frágiles y económicos no recomendables para edificios de más de tres niveles, las vigas carecían de suficiente acero y las columnas de soporte eran más delgada.

Hasta la fecha tanto los responsables de la construcción y supervisión del edificio de Zapata como en otros tantos que cayeron el día del sismo siguen libres.

“No hay nada más evidente que la negligencia de las autoridades que permitieron este horror y muerte. Son los mismos funcionarios que permitieron el desastre del 85, los que hoy ocupan y ocuparán cargos”, dijo al respecto el cronista Héctor de Mauleón durante la presentación de la investigación.

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