Tras 24 horas del fallecimiento de la reina Isabel II, su hijo Carlos se convirtió oficialmente en rey luego de haber estado frente a un organismo ceremonial conocido como el Consejo de Ascenso.
Se prevé que sea el día de mañana cuando el nuevo monarca dé su primera declaración como líder de la corona desde el balcón en el “Friday Court” del Palacio de St. James en Londres.
Al tomar ese cargo, serán diferentes los desafíos que deberá afrontar, como el no poseer la misma popularidad que representaba a su madre, principalmente desde su divorcio con la princesa Diana.
También, tendrá que saber afrontar los escándalos que rodean a su familia, entre ellos a su hermano el príncipe Andrés por señalamientos de violación sexual en contra de una adolescente en 2001, así como a la vida de su hijo Harry, quien con su esposa Meghan habló de casos de discriminación dentro del Palacio de Buckingham.
“Con la coronación del príncipe Carlos tendremos una etapa de reacomodo en la Casa Real, una crisis que él tendrá que ir sorteando paulatinamente para dar muestras de que va a seguir con el comportamiento estricto y de respeto que caracteriza a la monarquía”, dice el doctor Manuel Martínez Justo, director de la FES Acatlán.
Por su parte, el maestro Óscar Abad Corral, internacionalista de la UNAM y docente de la Universidad Anáhuac, añade que para que el rey se mantenga en una buena posición ante las y los británicos, deberán manejar su figura de una manera más sutil hasta que la gente lo canalice con cierto cariño.
“Creo que se trata de crear un prestigio que esté a la altura de la reina, de todo lo que ella llegó a construir tanto a nivel nacional como internacional, y que sobre todo se aleje de los escándalos de carácter social”, dice Abad Corral.
De acuerdo con el experto, otra medida que el rey Carlos III podría implementar para ser respaldado por la población, es cederle la corona a su hijo William, al menos en el mediano plazo, considerando los buenos antecedentes que posee junto con su familia.
“El príncipe William tiene una historia de vida mucho más limpia en términos de escándalos, además de que tiene una familia perfectamente bien constituida y tienen la aceptación de la gente.
“Esa podría ser una estrategia constructiva: poner a William a la cabeza para permitir que él siga construyendo la monarquía que heredó de la reina”, apunta el también egresado del Instituto de Estudios Políticos Science-Po en Francia.
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