Aunque inició el año de manera estelar, la proyección mediática del canciller Marcelo Ebrard podría traer no solo buenas noticias, dado que sigue cargando con las polémicas que le afectaron en 2021, principalmente la tragedia de la Línea 12 del Metro.
Según comenta en entrevista para Reporte Índigo el doctor Edgar Ortiz Arellano, politólogo y presidente de Bismarek Consultoría, el “punto débil” del canciller en sus aspiraciones presidenciales será el poder mantenerse lejos de nuevos escándalos de corrupción que pudieran resurgir de su paso por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
“Tendrá que ser muy cuidadoso de que la opinión pública no lo vuelva a ubicar como responsable de actos de corrupción o de otro tipo de problemas”.
Aunque el presidente López Obrador ha mostrado gran confianza en Ebrard, quien a su vez ha resuelto las complejas responsabilidades que le ha encomendado, Ortiz Arellano también destaca la urgencia de que el canciller busque aliados al interior del Movimiento Regeneración Nacional e, incluso, con los partidos con los que ha formado la coalición Juntos Haremos Historia si quiere contender por la candidatura.
“Si realmente quiere ser el abanderado a la Presidencia de la República por parte de Morena, tendrá que hacer una serie de alianzas con las diferentes corrientes, grupos y personajes que se encuentran al interior de Morena. No es suficiente contar con el presidente del partido, que todos sabemos es afín al canciller”.
En ese sentido, el profesor Javier Santiago Castillo, de la Universidad Autónoma Metropolitana, comenta sobre el polémico mecanismo de encuestas con el que eventualmente se decidirá al abanderado morenista en 2024, mismo que ha generado inconformidades recientes, como cuando en diciembre se seleccionaron los candidatos a las gubernaturas.
“Habría que esperar a que se hagan sondeos claros, precisos, bien hechos y que se respeten los resultados. En esa lógica, el canciller tiene posibilidades. Ahora, si las encuestas van a ser como muchas que se han hecho, sus posibilidades son pocas. Por dichos de los mismos morenistas, son peculiares, para no hacer descalificaciones categóricas”.
“Es claro que el Presidente tiene una preferencia, pero va a tener que optar por su preferencia o por respetar el sondeo que se haga. Lo más conveniente para el país sería respetar el resultado de un sondeo serio por encuestas bien hechas y no inclinarse en función de los afectos políticos”, considera el académico.