Con los puños en alto recuerdan a las víctimas del edificio de Puebla 282

Los puños se alzaron al interior del recinto religioso como muestra de respeto y solidaridad con los familiares de las víctimas del 19S. Los aplausos llegaron después, cargados de emotividad, lágrimas y una sensación de pérdida, pero también de resistencia
Pablo Espindola Pablo Espindola Publicado el
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José Carlos Álvarez, José Carlos Álvarez del Real, María Irma Reyes Pantoja , Miriam Gabriela Carranza Pérez, Nayely Itzel Martínez Vieira, Mauricia Guzmán Gómez, Karina Vega Arenas, Natividad Martínez Carrillo, Guadalupe Rojas García, Brisia Itzel Hernández García, Orfelina García Pineda, Dinorah Sánchez Torres, René Rivera Méndez y Jorge González Martínez fueron recordados hoy en una misa que se celebró en la Parroquia de la Sagrada Familia.

El sismo del año pasado les quitó la vida. Ellos se encontraban en el edificio que colapsó en la calle de Puebla 282, de la colonia Roma Norte. Ahí se encontraban los laboratorios del Centro de Control y Desarrollo Biofarmacéutico (Cenco).

Los familiares de Guadalupe Rojas acudieron al inmueble antes de ir a misa, llevaron flores y veladoras que colocaron al interior del terreno. Las lágrimas se hicieron presentes. Fue un momento en familia para recordar a su ser querido.

Familiares, amigos y compañeros de trabajo se dieron cita en la iglesia. El padre destacó la labor de los mexicanos al enfrentar la tragedia. Habló sobre las mujeres que salieron a las calles a repartir alimentos, de los jóvenes que se sumaron como rescatistas, de los voluntarios que sin importar cómo y cuándo siempre se mostraron dispuesto a ayudar.

Los puños se alzaron al interior del recinto religioso como muestra de respeto y solidaridad con los familiares de las víctimas del 19S. Los aplausos llegaron después, cargados de emotividad, lágrimas y una sensación de pérdida, pero también de resistencia.

Don Conrado, sobreviviente del sismo que quedó atrapado en el edificio de la calle de Puebla, asistió a la misa. Iba en muletas y acompañado por su esposa y su hija. Al salir, el hombre fue saludado por todos los presentes que con gusto mostraban su alegría de verle bien.

Don Conrado aun sigue en tratamiento, su pierna no ha quedado bien, pero eso no lo desanima, lo motiva a seguir, porque sabe que fue uno de los afortunados, de esos que después de estar sepultados en la oscuridad pudo volver a ver la luz de Sol, esa luz que se disfruta con la familia.

María Dolores Martínez Martínez, al concluir la misa, fue al terreno que quedó en la calle de Puebla 282, acompañada por sus hijas, colocaron un pequeño altar en honor a su madre, Natividad Martínez Carrillo, afanadora de los laboratorios.

Las nietas de Natividad le escribieron lo mucho que la extrañan, porque “sienten mucho dolor, no hemos podido superarlo”.

María Dolores comenta que no han recibido nada por parte de la empresa en la que laboró su madre, que ahorita están tratando de conseguir que les den su finiquito, pero no han podido lograr nada.

Para ella, el mes de septiembre es muy triste, su madre cumplía años el 7 de septiembre, murió el 19, y hace 10 años, el 23, perdió a un bebé, por lo que estas fechas no son fáciles para su familia.

A raíz del 19S confiesa que le agarró miedo a los sismos, “me dan pavor”, resalta mientras toma la mano de una de sus hijas.

“Extraño su risa, sus regaños, porque aunque ya estaba grande y casada me seguía regañaba. Diario le hablábamos por teléfono, todo eso extraño”, finaliza María Dolores.  

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